Cada regalo fue ideado por Juliana Awada. La primera dama aplicó el oficio familiar heredado para organizar cada uno de los obsequios que se llevarán de recuerdo los líderes asistentes a la Cumbre del G-20.
Pensados para representar de la mejor manera a la rica tradición artesanal del país, los regalos para los mandatarios y sus acompañantes son 100% nacionales.
Por un lado, chalinas de alpaca para los hombres y para las mujeres pulseras de plata. Y para cada uno, un pin de mandala y la palabra 'Argentina' que portarán durante la extensión de la visita.
El regalo femenino fue realizado por Ignacio Bárcena, un reconocido artista y joyero argentino junto a su equipo de orfebres. El taller -con prestigio internacional- desarrolló una pieza de plata elegante, discreta para cada una de las acompañantes.
Juana, Andrea y Teodora son artesanas de Belén -región conocida como cuna del poncho- y con la Asociación de Hilanderas y Tejedoras forman del proyecto "Emprendedores de Nuestra Tierra", del Ministerio de Desarrollo Social, responsables del especial encargo.
"La propuesta fue realizar 40 chalinas de alpaca para el G-20", explicó Juana, que se dedica a este oficio desde su adolescencia.
Cada chalina llevó meses de elaboración, ya que están hechas a mano con los hilos más finos de la vicuña, provenientes del oeste de la provincia de Catamarca. Hoy es patrimonio protegido por su escasez, ya que estos animales estuvieron en peligro de extinción. El urdido de esta manta se hizo con 1.500 hebras y fue tejida sobre un telar rústico en un solo paño de 2 metros por 60 centímetros de ancho. La versión más cara de la prenda, como la que recibirán los líderes, se vende a $60 mil.
Un regalo similar recibió la entonces primera dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, en 2016.
La primera dama, que incentiva este tipo de proyectos, la semana pasada resaltó la labor artesanal: "Es una propuesta que busca resguardar el conocimiento ancestral de nuestros artesanos mientras les da un impulso para desarrollar sus proyectos. Increíble el trabajo de nuestros artesanos y una muestra de calidad, diversidad, historia y cultura" .
Este tipo de confección requiere de materiales naturales de primera calidad difíciles de conseguir. La lana de este animal posee características singulares: liviana, abrigada y a la vez impermeable.
Cada uno de los tejidos permite visibilizar los rasgos culturales de la región norteña. En principio fue una tradición matriarcal, y hoy participa todo el grupo familiar, una forma de sustento económico. Teodora, contó que el "telar es herencia de su madre. Yo no veo la hora de sacar una prenda y poner otra, así que para mí es alegría".
"Es importante que nuestros tejidos salgan de aquí, estoy tan agradecida", manifestó Andrea."Primero ovillar el hilo, urdirlo y va siguiendo enlazado y seguir tejiendo", agregó con respecto al proceso de elaboración.
La Asociación de Hilanderas y Tejedoras de Belén es un emprendimiento productivo integrado por 22 personas que se dedica a realizar tejidos con fibra de vicuña obtenida mediante el proceso de esquila. Se especializan en la producción artesanal de mantas, ponchos, ruanas, corbatines y chales.
Belén forma parte de la fascinante ruta del telar, donde nueve localidades de la provincia unen un recorrido con más de 300 artesanos que se dedican al tejido, y tendrán visibilidad internacional de la mano de los mandatarios internacionales.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: