Cuáles son las recomendaciones que la sociedad civil entregó a los líderes mundiales del G20

Que los políticos no sean los únicos que tengan la palabra en la cumbre del G20. Esa es la intención de los siete grupos de afinidad, que durante todo el 2018, bajo el liderazgo argentino, consensuaron comunicados en los que plantearon las recomendaciones de cada sector sobre qué políticas deberían ser aplicadas en el corto y mediano plazo.

Si bien los mandatarios tienen el voto, deberán escuchar la voz de expertos y activistas de todo el mundo que, reunidos en foros paralelos, acordaron y plantearon sus propuestas de política pública.

"Los estados son muy selectivos en las ideas que adoptan, que suelen reflejar sus intereses en vez de cambiar las percepciones de sus intereses", explicó a Infobae la académica australiana Hayley Stevenson, docente especializada en gobernanza global y sociedad civil. De todas formas, apuntó que las últimas cumbres han estado "cada vez más abiertas" a la participación de actores no-estatales y con más oportunidades para la contribución de estas voces.

Si bien estas recomendaciones no son vinculantes para los países firmantes, las agrupaciones y los activistas realizan el seguimiento y sirven como un compromiso asumido. "Es importante para la legitimidad del G20 evaluar empírica y críticamente el impacto de los grupos de afinidad", añadió Stevenson.

Importantes líderes de negocios del mundo presentaron en octubre las 70 recomendaciones con 300 planes de acción, agrupadas en tres directrices fundamentales: promover la igualdad de oportunidades y la inclusión; impulsar el crecimiento económico, y asegurar el uso sostenible de recursos y acciones en relación con el cambio climático.

La comunidad empresarial que trabajó durante 10 meses, liderada por Daniel Funes de Rioja, puso el énfasis en la creación de puestos de trabajo como "prioridad número uno para los países del G20", siendo además la empleabilidad un componente clave de los sistemas educativos para atender las demandas del mercado laboral.

También, remarcó el rol de las PyMES en la economía y demandó que sean las políticas enfocadas en ellas tengan como eje la inclusión financiera. Entre otros puntos focales, se pidió un apoyo al comercio digital abierto e inclusivo, que proteja la privacidad de los usuarios, y se resaltó la importancia de facilitar las transiciones hacia energías más limpias, con la expansión de políticas de adaptación al cambio climático.

En tanto, subrayaron que el 75% de las propuestas pueden ser implementadas directamente por los países involucrados, y el 25% restante deberán ser debatidas por foros multilaterales.

Más de 600 ONGs de 45 países sostuvieron intercambios para definir sus prioridades y propuestas, que fueron entregadas en agosto a Mauricio Macri, con una postura clara sobre el multilateralismo: "Los problemas comunes necesitan soluciones comunes".

Reconocer la urgencia de los efectos del cambio climático, apoyar la educación de calidad con igualdad de género y reconocimiento de los diversos contextos, fortalecer los sistemas que previenen e investigan la corrupción y poner en marcha un plan de acción que reduzca la brecha de participación laboral de las mujeres, fueron cuestiones destacadas en el documento, entre otros temas.

María Emilia Berazategui, sherpa del C20, señaló a Infobae que "desde un primer momento" se tuvo en cuenta el contexto mundial en el que se ve un retroceso de la cooperación global. "Tiene un impacto directo en el trabajo. Se evidencia cada vez menos espacio para la participación efectiva de la sociedad civil", comentó.

En cuanto a las prioridades sobre lo que se quisiera ver plasmado en el futuro, Berazategui explicó que el objetivo principal es que se apliquen las promesas asumidas: "Uno de los acuerdos básicos del C20 era la falta de implementación de los compromisos del G20. Obviamente que quisiéramos ver un consenso en el comunicado y que reflejen las recomendaciones, pero lo principal es que haya una aplicación efectiva de los compromisos".

Representantes de los sindicatos de los países del bloque se reunieron en Mendoza en septiembre y consensuaron un documento que denuncia la desigualdad y el estancamiento salarial.

"El trabajo digno no es una realidad para la gran mayoría y la competencia a la baja entre los países en materia de salarios y condiciones de trabajo tiene consecuencias desastrosas para los trabajadores y las trabajadoras", reclamó el informe, que consigna nueve demandas basadas en "constataciones que ya han demostrado ser eficaces".

Las organizaciones sindicales piden, entre otros asuntos, un salario mínimo en función del costo de vida, derechos de negociación colectiva y el abordaje de problemáticas como el desempleo juvenil y la brecha de género.

No escapó del análisis el estudio sobre las nuevas tecnologías, para lo que se pidió una "transición justa" que promueva el diálogo sobre las necesidades de inversión y adaptación de los sistemas de protección sociales, así como la preparación de los trabajadores hacia "un futuro del trabajo digital".

"La ciencia puede hacer una diferencia. Tenemos que reivindicar el rol de la ciencia como parte de la cultura contemporánea. No es solo lectora, sino también constructora de la realidad", expresó Alejandro Vila, co-chair del grupo que representa a la comunidad científica y reunió a las academias del sector de los países del G20.

Los expertos debatieron sus propuestas en torno a dos ejes de trabajo, la seguridad alimentaria y nutricional y el manejo sostenible de los suelos, los cuales fueron estructurados en tres secciones con sus respectivas recomendaciones.

Así, encomendaron a los líderes mundiales promover la buena gobernanza del uso de suelos con políticas que limiten el crecimiento urbano y estén enfocadas en el cambio climático; mejorar el monitoreo sobre el uso de suelos, promoviendo el estudio de éstos; y crear más programas de cooperación científica que generen oportunidades para profesionales y estudiantes de países menos desarrollados.

Más de mil especialistas de 150 think tanks se reunieron para agrupar los lineamientos de la comunidad académica y las usinas de pensamiento en respuesta a desafíos globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria, el comercio multilateral y la inequidad global, entre otros. "Tenemos que abandonar la zona de confort del análisis tecnocrático e involucrarnos en la conversación global", sostuvo Julia Pomares, directora ejecutiva de CIPPEC.

Teniendo como guía un rediseño de la Organización Mundial de Comercio, el cumplimiento del Acuerdo Climático de París y la discusión para promover un Nuevo Contrato Social, se trazaron 20 propuestas para ser planteadas en el G20, con base en valores como la democracia, la transparencia y el comercio sustentable.

Los investigadores buscan asegurar que las políticas sean flexibles para poder "atender a la heterogeneidad y a los desafíos que enfrentan los países" Las exhortaciones incluyen temas diversos como el desarrollo de un marco para la inteligencia artificial en el lugar de trabajo, una reforma fiscal "verde" que incentive las energías limpias o impulsar un sistema alimentario mundial sostenible.

Sobre temas financieros, se alienta al swap de monedas y la firma de acuerdos financieros regionales que promuevan una Red Global de Seguridad Financiera más resiliente, así como un marco legal multilateral sobre el uso de las criptomonedas. A su vez, se alienta la cooperación entre estados y ONGs que monitoreen los procesos migratorios y promuevan acuerdos en la materia.

"Hay razones muy poderosas para que los líderes del mundo nos escuchen", puntualizó Susana Balbo, empresaria enóloga y ex diputada que encabezó la red de mujeres líderes. Los pedidos con enfoque de género y búsqueda de igualdad estuvieron en varios de los grupos de interés, pero se concentraron en el W20 para buscar soluciones frontales a los problemas de la mujer.

Escueto pero contundente, el documento puntualiza 15 recomendaciones entregadas a Mauricio Macri con el aporte de 146 delegadas de diversas organizaciones, en cuatro ejes y con un horizonte claro: la igualdad de género como motor clave del crecimiento sostenible e inclusivo.

En cuanto a aspectos laborales, el communiqué reclama políticas de licencia parental obligatoria remunerada para el 2025, que promuevan la responsabilidad compartida, y un combate frontal contra la discriminación legal y la violencia, así como la reducción de la brecha de género. También se hizo foco en el desarrollo de la mujer rural, solicitando inversión en infraestructura para lograrlo y la asignación de fondos para las cooperativas y emprendimientos de estos sectores.

Sobre la inclusión financiera, se exhortó a asegurar la igualdad de acceso al crédito, a los servicios financieros y a los mercados; y propone que un mínimo del 10% de los contratos públicos sean adjudicados a empresas bajo la dirección o propiedad de mujeres. Y con una mirada en los mercados más modernos, se recomendó aplicar prácticas intersectoriales que garanticen la inclusión digital, eliminando barreras de acceso y uso de estas tecnologías, así como asegurar la participación de la mujer en el desarrollo de algoritmos en inteligencia artificial para prevenir un sesgo de género en estos avances.

Millennials y centennials, de entre 18 y 30 años, estuvieron reunidos para darle forma a sus recomendaciones en torno a cuatro ejes que "tienen implicaciones en todas las discusiones del G20": desarrollo sostenible, educación para el siglo XXI, emprendedurismo y el futuro del trabajo, con una dimensión de género.

Entre sus propuestas, apuntan a un enfoque que vaya más allá de la idea del "crecimiento" y consumo, apuntando a un desarrollo de economía circular; educación de calidad sin discriminación de las poblaciones vulnerables; incentivos fiscales y financiamientos innovadores para emprendedores y PyMES; promover en las empresas la formación de los empleados; y el establecimiento de una plataforma que evalúe las implicaciones legales, éticas, sociales, económicas y ambientales de las nuevas tecnologías, protegiendo la privacidad y asegurando las oportunidades de acceso.

"Si van a estar discutiendo el futuro del trabajo, que se tenga en cuenta a los jóvenes y su preparación. Van a estar decidiendo cómo vamos a interactuar con el mundo laboral, y no estamos sentados en esa mesa", reflexionó en charla con Infobae Agustín Batto Carol, chair del Y20, pidiendo una participación del sector en la toma de decisiones.

Batto Carol admite que hay un "statu quo g-veintiano" que se pretende cambiar, por lo que el Y20 lanzó, además de las recomendaciones de política pública, la plataforma Social Innovation Warehouse que reúne proyectos con posibilidad de escalar y replicarse. "Es una forma de decirle (al G20) que los pibes ya están cambiando el mundo, están haciendo esto y está funcionando", resaltó.

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