Lo que queda de Villa Epecuén en 20 fotos: el pueblo que emergió en ruinas y el recuerdo de su último habitante

El 10 de noviembre de 1985, hoy hace 39 años, una inundación cambió para siempre el destino de la localidad. Un recorrido en imágenes de las ruinas y el testimonio de Pablo Novak, de 93 años, antes de morir en enero de este año

El 10 de noviembre de 1985, hoy hace 39 años, una inundación cambió para siempre el destino de Villa Epecuén (Fotos Gustavo Gavotti)
Inaugurado el 23 de enero de 1921 por Arturo Vatteone, Lago Epecuén, se transformó en el balneario más exclusivo del país. Era el destino de moda de esa época y el lugar escogido por la aristocracia bonaerense como destino no solo para el ocio, sino también para curar enfermedades reumáticas y de la piel
En 1985, todo Epecuén quedó sepultada por el lago del mismo nombre. Sus aguas saladas, diez veces más que el océano atlántico, y solo comparable con el Mar Muerto, taparon las casas, la municipalidad y hasta el edificio de “El Matadero”, realizado por el arquitecto Francisco Salamone (AFP)
El muro de contención que había entre el lago y la villa no era lo suficientemente fuerte como para contener el agua del lago por mucho tiempo. Por eso, el 10 de noviembre de 1985 una sudestada comenzó a gestar la catástrofe (AFP)
Todos los habitantes debieron abandonar la pequeña ciudad y la mayoría se afincó en Carhué (AFP)
La fuerza del agua fue tan potente que el muro que protegía al pueblo cedió y el lago creció de a un centímetro por hora. Luego de dos semanas esa pared que parecía de acero, cedió (AFP)
Los habitantes debieron ser evacuados y abandonar con mucha tristeza sus hogares y comercios (AFP)
El exceso de construcciones y la falta de obras -que contrarrestaran los efectos de la mano del hombre- fueron su perdición. El muro de contención que había entre el lago y la villa no era lo suficientemente fuerte como para contener el agua del lago por mucho tiempo
Luego de pasar unos 10 años bajo el agua, las ruinas de Epecuén resurgieron desde las profundidades como barcos encallados en la costa del lago
Tras su reaparición se usaron decenas de veces como escenario natural apocalíptico
Sus ruinas fueron usadas para videoclips, transmisiones de youtubers y hasta para un recital de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda del Indio Solari
“Estábamos trabajando y en eso vemos que viene una camioneta del lado de Epecuén y era el delegado que nos dice ‘vayan rápido que se reventó el terraplén’, entonces dejé lo que estaba haciendo, formé al cuartel y me fui para allá”, expresó el fundador de Bomberos Voluntarios de la localidad, Miguel Ángel ‘Lito’ Sottovia en una entrevista a un medio local cuando se cumplieron los 30 años de la inundación.
Primero fue una pequeña filtración e los terraplenes en la costa del lago, pero una vez que el agua empezó a pasar ya no hubo vuelta atrás y Epecuén empezó a inundarse
Epecuén se fue cubriendo de agua lenta y paulatinamente y dos años después de la mañana del 10 de noviembre de 1985 llegó a su pico máximo de inundación; así quedó bajo el agua durante una década y sus casi 1.500 residentes estables perdieron todo
La peor parte fue cuando el agua llegó al cementerio de la ciudad. Los ataúdes empezaron a flotar. Los bomberos entraron al campo santo con gomones y rescataron los cajones uno por uno para llevarlos a su nuevo destino en Carhué
Pese a estar en ruinas y ser un pueblo fantasma que revivió desde el fondo de las aguas, Epecuén tuvo un habitante que apenas el pueblo emergió se volvió a afincar para nunca más retirarse. Se trata de Pablo Novak (archivo)
Pablo Novak murió el 21 de enero de 2024. Le faltaban cuatro días para cumplir 94 años. Era papá de diez hijos, abuelo de veinticinco nietos y bisabuelo de nueve bisnietos. Era el hombre que vivía solo en un pueblo antes iluminado y próspero: el habitante único
Pablo Novak recordó en una nota con Infobae cuando el arquitecto Salamone llegó al pueblo, él estaba en la escuela primaria y lo llevaban a ver la obra. “Subimos hasta las terrazas y se veía toda la ciudad desde arriba -recuerda Novak con una precisión que asombra- . El arquitecto nos regaló caramelos y nos fuimos todos contentos para nuestras casas”
En la orilla de la chacra de Pablo Novak encallaban los cajones que se habían liberado del cementerio. Él les avisaba a los familiares y a los bomberos para que los recogieran
Actualmente, Villa Epecuén dispone de varios circuitos turísticos que reviven aquella época de esplendor: El Matadero, Ruinas de Villa Epecuén, Playas sustentables, Spa termales y el Museo Regional de Adolfo Alsina (Fotos de Gustavo Gavotti)

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