Volvió la Fragata Libertad: emociones, una propuesta de casamiento y la inocultable tensión entre Villarruel y Petri

Los 64 guardiamarinas completaron su viaje de instrucción y fueron recibidos por familiares y autoridades. Los detalles coloridos de la bienvenida y las intrigas en torno a la presencia de la vicepresidente en el acto que iba a encabezar el ministro de Defensa

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El guardiamarina Pereira le propuso
El guardiamarina Pereira le propuso casamiento a su novia a bordo de la Fragata

La Fragata ARA “Libertad”, buque escuela de la Armada Argentina y “Embajadora de los Mares”, volvió a la Argentina y fue recibida con un emotivo acto, en el que no faltaron los detalles coloridos, como la propuesta de casamiento de un guardiamarina a su novia y otro egresado que pudo conocer a su hijo recién nacido. Un capítulo aparte merece la cuestión política, por la sorpresiva presencia de la vicepresidente Victoria Villarruel, que hasta la mañana del sábado no figuraba entre los invitados y por la tarde fue hasta el Apostadero Naval Buenos Aires para encabezar la ceremonia que iba a conducir el ministro de Defensa, Luis Petri.

Tras finalizar el 52º Viaje de Instrucción, el buque escuela atracó en el Puerto de Buenos Aires y toda la tripulación tuvo un recibimiento con toda la pompa. La ceremonia de recepción estuvo presidida Villarruel y Petri, quienes tuvieron acompañados por el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac, y el jefe de la Armada, vicealmirante Carlos María Allievi. Al evento asistieron autoridades del Ministerio de Defensa, el ministro de Salud, Mario Lugones, altos mandos de la Armada, representantes de distintas Fuerzas Armadas, personal militar y civil, así como familiares y amigos de los tripulantes.

La Fragata Libertad regresó después
La Fragata Libertad regresó después de más de 100 días de viaje de instrucción

Durante el acto, tras entonarse el Himno Nacional, la vicepresidente y el ministro de Defensa saludaron y dieron la bienvenida a los tripulantes, quienes completaron 105 días en el mar bajo el mando del capitán de navío Adolfo Rodrigo Ureta. La dotación incluyó los 64 Guardiamarinas en comisión de las promociones 153º del Escalafón Comando Naval, 88º del Escalafón Infantería de Marina y 109º del Cuerpo Profesional Escalafón Intendencia, junto a 29 oficiales, 190 suboficiales, y 23 invitados nacionales y extranjeros.

Durante esta travesía de cerca de 13.000 millas náuticas, la “Embajadora de los Mares” visitó puertos en Fortaleza (Brasil), San Juan (Puerto Rico), Baltimore (Estados Unidos), Bridgetown (Barbados), Recife y Río de Janeiro (Brasil), y Montevideo (Uruguay). En cada escala se desarrollaron actividades protocolares para reforzar los lazos diplomáticos y fortalecer la amistad con Armadas extranjeras. Este viaje también incluyó la participación de efectivos de las Armadas de Brasil, Paraguay, Chile, Alemania, México, Canadá, Costa Rica y España, consolidando el espíritu de cooperación internacional.

La misión de cada viaje de la Fragata ARA “Libertad” es completar la formación profesional de los Guardiamarinas en Comisión, ampliando sus conocimientos marítimos, náuticos y culturales, y promoviendo la camaradería con fuerzas de otros países.

La vicepresidente Villarruel, el ministro
La vicepresidente Villarruel, el ministro Luis Petri y el jefe de la Armada, vicealmirante Allievi

La presencia de Victoria Villarruel en el Apostadero Naval sorprendió porque hasta la mañana del sábado no figuraba en la lista oficial de invitados a la ceremonia. En su entorno recordaron que la vicepresidente está ligada a la Armada Argentina porque, además de hija del fallecido teniente coronel Eduardo Villarruel -veterano de la Guerra de Malvinas- es nieta del almirante Laurio Hedelvio Destéfani, reconocido y prestigioso historiador naval.

Lo cierto es que ante una consulta de Infobae, ni en la Armada Argentina ni el Ministerio de Defensa confirmaron que se le hubiera cursado una invitación de manera formal. A diferencia de lo que ocurrió en agosto pasado, cuando decidió no ir al acto de entrega de los despachos y sables a los nuevos generales, almirantes y brigadieres de las Fuerzas Armadas que encabezó Milei porque no había sido invitada. En esa oportunidad, desde el entorno de la Vicepresidenta explicaron que había faltado porque no recibió invitación al evento, aunque ella quería estar. Esa vez, al no tener una convocatoria formal, la dirigente no fue.

Más allá de las versiones encontradas sobre si tuvo invitación o se limitó a avisar que estaría presente -que es la versión que circuló de fuentes oficiales- en el acto la tensión y la incomodidad entre ambos fue evidente y, apenas terminó la liturgia castrense, ambos se separaron y evitaron cruzarse. “¡La Fragata Libertad ya está en casa! Tras completar su 52° Viaje de Instrucción, regresó a Buenos Aires cargada de historias, aprendizajes y sueños cumplidos de una nueva generación de marinos argentinos. Hoy, el puerto se llenó de emoción con los abrazos y la alegría de familiares y amigos que la recibieron. Qué orgullo verte volver, Embajadora de los mares. Bienvenida, Libertad”, publicó el ministro en su cuenta, junto a cuatro fotos, entre las que no aparece Villarruel.

El saludo del ministro Petri
El saludo del ministro Petri a los guardiamarinas que regresaron del viaje de instrucción

Historias de vida

Entre los datos de color que tuvo el recibimiento de la tripulación de la Fragata Libertad hubo dos momentos salientes. El primero fue que uno de los oficiales que estuvo embarcado más de tres meses recién este sábado pudo conocer y tomar en sus brazos a su pequeño hijo recién nacido. Al guardiamarina Ezequiel Rocha lo fue a buscar su pareja Amira con su pequeño bebe en brazos, a quien solo lo había visto por videollamadas de celular. Los casos de marinos que embarcados dejan familia e hijos son habituales en la Armada Argentina.

Y el otro momento emotivo se vivió con otro guardiamarina: Lautaro Pereira le propuso casamiento a su novia delante del ministro Petri: el oficial se arrodilló y, emocionado, le ofreció el anillo y le propuso casarse. La joven, con lágrimas en los ojos, aceptó. Luego apareció la vicepresidente y los felicitó y les prometió que está dispuesta a ir a la boda en caso de que la inviten.

Son apenas dos de las historias de vida que se dan en este tipo de carreras, que exigen un compromiso y una vocación singular, que tiene al amor a la Patria como requisito y razón primordial.

La embajadora de los mares

La Fragata Libertad es el buque escuela de la Armada Argentina, utilizado principalmente para la formación y entrenamiento de los cadetes navales. Construida en 1956 y botada en 1958 en el astillero Río Santiago en la provincia de Buenos Aires, la Fragata Libertad es reconocida a nivel mundial por su elegancia y diseño clásico de velero de tres mástiles. Desde su incorporación oficial en 1963, el buque ha completado más de 50 viajes de instrucción, atravesando los océanos y representando a Argentina en numerosos puertos internacionales.

La embarcación, de 103,7 metros de eslora y con una capacidad para albergar hasta 300 personas, se distingue por su imponente estructura y por mantener elementos tradicionales de la navegación a vela, al tiempo que incorpora tecnología moderna para la formación de los cadetes. Cada año, la Fragata Libertad realiza el viaje de instrucción de guardiamarinas, una travesía de varios meses que recorre diversos puertos alrededor del mundo, permitiendo a sus tripulantes adquirir experiencia práctica en navegación, habilidades marineras y formación cultural a través de intercambios internacionales.

Considerada un emblema de la soberanía argentina y un símbolo de paz, la Fragata Libertad ha recibido numerosos premios y distinciones en regatas y eventos navales internacionales. Además de su misión educativa, el buque representa al país en ceremonias y eventos diplomáticos, y su presencia en puertos extranjeros busca fortalecer los lazos de amistad entre naciones. La nave ha sido protagonista de diversos episodios históricos, incluidos reconocimientos en competencias internacionales y desafíos legales, como su retención en 2012 en Ghana por un conflicto judicial relacionado con la deuda externa argentina, situación que generó repercusiones diplomáticas y fue resuelta en tribunales internacionales.

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