A 80 años del terremoto de San Juan: fotos de una ciudad destruida, 10.000 muertos y una boda trágica
El 15 de enero de 1944 se produjo el más terrible sismo que recuerde Argentina. El 90 % de los edificios de la capital provincial fueron destruidos. Horas después, en la iglesia de Concepción, descubrieron entre los escombros los cuerpos de los novios, del cura, de los testigos y de algunos asistentes. La ceremonia se estaba realizando cuando sucedió el temblor de 7.4 grados en la Escala de Richter
15 Ene, 2024 00:20 a.m. EST
Guardar
En solo veinticinco segundos, San Juan ya no existía. En menos tiempo que el que se tarda en leer este párrafo, la ciudad había caído, sepultada por un terremoto, convertida en un extraño océano de polvo y cenizas que tornaban el aire irrespirable, en medio de los gritos de terror y desconcierto de sus habitantes (Télam/Archivo General de la Nación)
Sucedió el 15 de enero de 1944, hace 79 años. Nunca tanta desgracia había caído sobre una ciudad argentina, y nunca nadie había enfrentado una emergencia tal como la enfrentaron los sanjuaninos aquella noche terrible y espantosa (Télam/Archivo General de la Nación)
Con la ciudad arrasada, miles de sanjuaninos quedaron sin techo y a merced de las lluvias, las réplicas del terremoto y las enfermedades que la descomposición de los cadáveres podían acarrear (Télam/Archivo General de la Nación)
Aunque no se conoce con exactitud la cantidad de víctimas, porque debieron ser enterradas con rapidez por el Ejército en una fosa común, se calculan en un número de alrededor de diez mil (Télam/Archivo General de la Nación)
Las operaciones de rescate dependieron en esos instantes de la voluntad de los héroes anónimos que se largaron a revolver escombros para salvar las vidas atrapadas o desenterrar a los muertos (Photo by Keystone/Hulton Archive/Getty Images)
Al caos general le siguió la lluvia, otra desgracia bíblica, que entorpeció las labores de rescate. Enseguida siguió el calor del verano sanjuanino, los cadáveres podridos al sol, o izados desde las profundidades de la tierra, eran cremados en pilas a los costados de las calles o en el cementerio de la ciudad (Télam/Archivo General de la Nación)
La ayuda llegó de todo el país, en especial de la vecina Mendoza, que habilitó su Hospital Central para recibir a los heridos, y envió a médicos, enfermeras y voluntarios (Télam/Archivo General de la Nación)
La ciudad de San Juan debió ser reconstruida casi en su totalidad (Getty Images)
Fue un sismo de 7,4 de la escala Richter y 9 de Mercalli, con epicentro a 20 kilómetros al norte de la capital, en La Laja. En esa zona, hubo terrenos que literalmente desaparecieron, y donde el agua afloró (Télam/Archivo General de la Nación)
Horas después, en la iglesia de Concepción, descubrieron entre los escombros los cuerpos de los novios, del cura, de los testigos y de algunos asistentes (Photo by Keystone/Hulton Archive/Getty Images)
Los cadáveres eran llevados a la Plaza 25 de Mayo, iluminada con las luces de los autos que estacionaron mirando hacia el centro de la misma. Todos los servicios estaban cortados (Télam/Archivo General de la Nación)
Adelina (izquierda, 88 años) hoy vive en Chimbas, a unos 4 km del epicentro del terremoto de 1944. A su derecha, su hermana mayor, Lola.
La ciudad debió reconstruirse casi por completo. Las obras demoraron años.
En diversos puntos del país, se organizaron colectas para ayudar a los miles de damnificados (Fotografía Legislatura de la Ciudad)
Juan D. Perón, Secretario de Trabajo y Previsión, encabezó la ayuda a la provincia. En la foto, junto a un grupo de actores y actrices, el 29 de enero de ese año.
San Juan, una ciudad devastada, en la que se destruyeron el 90 por ciento de los edificios, la mayoría de adobe.
Miles de sanjuaninos no tenían dónde ir y dependieron de la ayuda oficial.
Por el terremoto perecieron miles de habitantes; muchos de los sobrevivientes se quedaron sin nada.
A la mañana siguiente, en una zona donde las precipitaciones son escasas, se desató una fuerte lluvia. Se veían a familias que, en improvisadas capillas ardientes a la intemperie, velaban a sus muertos. Los que tuvieron suerte, habían conseguido un féretro
La gente pudiente abandonó rápidamente lo que quedaba de la ciudad y se fue a sus fincas, en las afueras. Otros optaron por abandonar la provincia (Gentileza Diario de Cuyo)
El 18 se declaró día de duelo nacional, y se suspendieron todos los espectáculos. El gobierno envió al ejército y a médicos, ya que en la ciudad quedaban muy pocos (Archivo General de la Nación)
En el caos, hubo presos que escaparon de la cárcel que también quedó destruida, y otros dejaron sus celdas para ayudar a sus familias (Archivo General de la Nación)
Miles de personas esperan la ayuda del Estado días después del terremoto (Archivo General de la Nación)
Un grupo de evacuados en uno de los pocos edificios que se mantuvieron en pie en San Juan (Archivo General de la Nación)