En fotos: la escuela rural de Ireneo Portela, un modelo exitoso de educación secundaria para jóvenes del campo
El CEPT n°17 (Centro Educativo para la Producción Total) es uno de los muchos establecimientos que aplican la pedagogía de alternancia, sistema que permite a los estudiantes que viven lejos de los centros urbanos acceder al estudio evitando el desarraigo respecto de sus familias y su ámbito. Infobae visitó el lugar
Cuando fue creado, en 1999, el CEPT 17 funcionaba en la estación de tren de Ireneo Portela, partido de Baradero, provincia de Buenos Aires. El nuevo edificio se construyó en 2017. Se trata de un colegio secundario. Los alumnos permanecen una semana completa en el colegio (conviviendo y pernoctando) y dos semanas en sus hogares, donde son visitados por los docentes para un seguimiento de los trabajos educativos pero también, de las necesidades familiares, costumbres, prácticas productivas y proyectos
A modo de actividad extracurricular, directivos y docentes de la CEPT n°17 de Ireneo Portela invitaron a Infobae a dar una charla sobre periodismo a los alumnos del último año de secundario. El director de la escuela es Fernando Alé
El sistema de alternancia en la educación rural es un método creado en Francia en la década de 1930, como una solución a las dificultades que el entorno impone a las familias del campo para enviar a sus hijos a la escuela. En la foto, alumnas del último año del CEPT 17 asisten a la charla de Infobae en el comedor de la escuela
En la provincia de Buenos Aires, las escuelas de alternancia son llamadas Centros Educativos de Producción Total. Existen escuelas similares en varias provincias del país, aunque con otros nombres. La charla con Infobae en el comedor de la Escuela
Por turno, y en equipos, los alumnos de la escuela colaboran en las tareas de cocina y de limpieza. De pie, a la derecha, el profesor Oscar Dinova, docente por varios años en Portela, ya retirado, pero siempre presente, organizando visitas, charlas y donaciones para el CEPT
El organigrama de distribución de tareas de limpieza por grupos. A eso se suma el cuidado de los animales de la granja
Respondiendo a las preguntas de los alumnos. A la izquierda, María Inés Kajihara, la profesora de inglés. Los docentes también se alternan para permanecer por las noches en la escuela, acompañando a los alumnos
Junto al profesor Oscar Dinova y una de las dos cocineras que se turnan a lo largo de la semana
La cocina, donde además de preparar las cuatro comidas, se elaboran mermeladas caseras
Cada semana, los alumnos de un año diferente permanecen en el establecimiento; mientras que los demás regresan a sus hogares
Cada estudiante pasa un tercio del tiempo en el ámbito educativo, lo que limita la logística necesaria y los costos operativos. No es necesario que se traslade diariamente a la escuela; sólo debe hacerlo una vez cada 21 días, sin desmedro de la calidad del aprendizaje
“La idea de las Escuelas de Alternancia fue proveer, para las familias de las comarcas rurales, un ámbito donde sus hijos pudieran proseguir estudios post primarios, capacitarse para nuevos desafíos productivos, pero además tener un lugar donde poder formarse como personas y líderes de su comunidad. La convivencia en esa semana presencial contribuye a la maduración del joven, tanto en toma de decisiones como de responsabilidades”, explica el profesor Dinova
En este sistema, el estudiante está siempre acompañado por sus docentes, tanto mientras está en la escuela como cuando regresa a su casa, donde es visitado por los profesores
Un rasgo particular de los CEPT es que cuentan con un Consejo de Administración de Padres que tienen voz y voto, incluso en la designación de las autoridades de la escuela, explicó la profesora Laura Ramírez (der, brazos cruzados), anfitriona de la visita
“En los CEPT se articulan con total naturalidad los contenidos teóricos con los prácticos que se ejercitan en los lugares donde viven con sus familias”, explica Oscar Dinova, autor del libro "Escuelas de Alternancia, un proyecto de vida" (Geema-1997 Biblioteca del Docente), Las escuelas cuentan con instalaciones donde los estudiantes realizan tareas rurales
En la Escuela se llevan adelante producciones intensivas de autoconsumo, vegetales y animales. Sirven para proveer al CEPT pero también para que los estudiantes practiquen tareas rurales y puedan aplicar lo aprendido en sus hogares
Los CEPT articulan su actividad con las escuelas primarias de la zona con las cuales trabajan desde 6° grado, antes del ingreso de los alumnos a la secundaria
Todos los alumnos del CEPT pertenecen a una familia que trabaja en el ámbito rural por lo que existe una constante interacción entre el hogar y la escuela
Los padres de alumnos que integran el Consejo de Administración del CEPT 17 están construyendo nuevos baños para la escuela
Una incubadora fabricada por los alumnos
El radio de influencia del CEPT 17 abarca varios pueblos y parajes rurales de Baradero -Alsina, Sta. Coloma, Ireneo Portela, La Tortuga, La Media Vela, El Torito, El Triángulo, La Paloma-; de San Antonio de Areco -Villa Lía y Duggan-, de San Pedro -Ingeniero Monetta, Pueblo Doyle, Santa Lucía, Gob. Castro, Tabla, El Descanso, Río Tala, El Espinillo, La Buena Moza, Parajes Beladrich y Basso-, de Arrecifes -Cañada Marta, La Delia, Arroyo de Luna-, de Capitán Sarmiento y de Ramallo -paraje rural El Paraíso
En el predio alrededor de la escuela, los alumnos crían ovejas, conejos, gallinas y otros animales
Dos ejemplares de gallina japonesa
Las familias de los chicos que asisten a estas escuelas viven en contextos rurales, en zonas a las que se accede por caminos de tierra, y casi siempre a gran distancia del pueblo o ciudad más cercana. En su área de influencia, el CEPT se vincula con más de 27 escuelas primarias rurales de las que surge su matrícula, y con ellas también desarrollan proyectos de desarrollo local, proyectos culturales y comunitario-recreativos
La semana en la que permanecen en la escuela es de total convivencia: además de las clases, tienen otras actividades productivas y también recreativas
La pedagogía de alternancia utiliza el medio rural como escenario de aprendizaje, con una vinculación estrecha entre teoría y práctica, y una gran integración de las familias en la toma de decisiones respecto del futuro de sus hijos
En los 15 días que pasan en sus hogares, prosigue el aprendizaje en el entorno familiar de cada estudiante, con la visita y supervisión de una dupla de docentes
El profesor Oscar Dinova escribió una tesis sobre la educación de alternancia, que fue publicada por el Ministerio de Educación y Cultura de Nación, y es una de las referencias para los docentes que ingresan a estos establecimientos
Este exitoso sistema de educación rural, pronto centenario, ideado por un sacerdote francés, Pierre-Joseph Granereau, fue adoptado en muchos países de Sudamérica, como Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Paraguay y Uruguay, entre otros. Argentina fue uno de los primeros países en promoverlo.
En Argentina, hay un centenar de Escuelas Rurales de Alternancia, con diferentes nombres según la provincia. Permiten la escolarización en el campo, superando el desafío de las distancias, y evitando el desarraigo familiar y la ruptura con la realidad socioeconómica de origen
En el año 1969, Moussy, una comunidad cercana a Reconquista, provincia de Santa Fe, "copiaba" el modelo y abría la primera Escuela de la Familia Agraria (EFA). Así empezó la expansión de este sistema en nuestro país. Fue un éxito: en pocos años se abrirían más de 10 EFAS
Cuando se creó, en 1999, el CEPT 17 funcionaba en la vieja estación de tren de Ireneo Portela (partido de Baradero)
En los años 80 el sistema de alternancia conoció un resurgimiento, con la creación de establecimientos de este tipo en Misiones, Buenos Aires, Córdoba, Santiago del Estero, Salta, Formosa, Chaco, Corrientes y Jujuy. Hoy, son más de 100 las Escuelas de Alternancia en toda la República Argentina, con diferentes denominaciones y dimensiones. En la provincia de Buenos Aires hay 37 CEPT. En la foto: los alumnos en el andén de la vieja estación de Portela
Desde que la escuela funciona en el nuevo edificio construido en el centro del pueblo, la estación de ferrocarril ha sido convertida en Museo Histórico Rural
En Francia, estas escuelas se llaman Casas Familiares, nombre que alude a la intención de formar a los jóvenes en el plano técnico pero nunca en desmedro del perfil humano y familiar, y propiciar un ámbito democrático donde las comunidades rurales se sintieran respetadas y protagonistas activas de su destino
La profesora Laura Ramírez es la encargada del proyecto de Museo, que está en construcción en la estación de tren
Foto de familia al final de la visita, con todos los alumnos presentes en la escuela y los profesores "Chino" Panzero (educación física), María Inés Kajihara (inglés) y Laura Ramírez