El Palacio Barolo festeja su centenario: 40 fotos que reviven la historia del edificio inspirado en la Divina Comedia
El 7 de julio de 1923 se inauguraba sobre la Avenida de Mayo 1370 el edificio de la propiedad del empresario textil Luis Barolo, de una altura de 100 metros, que hasta 1936 fue el más alto de América latina. Solo era superado por edificios de Chicago y Nueva York a nivel mundial. El arquitecto fue otro italiano, el milanés Mario Palanti. Quienes eran estos hombres y qué los unía. La muerte de Barolo 6 meses antes de la inauguración y los festejos para la fecha
El Palacio Barolo (Avenida de Mayo 1370) rinde homenaje a la Divina Comedia de Dante Alighieri. Sus 22 pisos expresan la fusión de varios estilos arquitectónicos como el neorromántico, neogótico y su cúpula presenta un estilo único indio de la región de Bhubaneshwar que simboliza la unión tántrica entre Dante y Beatrice, los protagonistas de la obra (Foto Guille Llamos)
El Palacio Barolo fue inaugurado el 7 de julio de 1923 sobre la Avenida de Mayo como el rascacielos más alto de América Latina. Solo era superado por edificios de Chicago y Nueva York, a nivel mundial. Fue el más alto de la Argentina hasta 1936, cuando fue destronado por el Edificio Kavanagh, frente a la plaza San Martín (Fundación Amigos del Palacio Barolo)
Luis Barolo, el propietario del edificio, era un empresario textil y poderoso productor agropecuario, nacido en la región del Piamonte, en Italia. Había llegado a la Argentina en 1890 y fue pionero la importación de máquinas para hilar algodón. Instaló las primeras hilanderías de lana peinada en el país y dio inicio a los primeros cultivos de algodón en Chaco. Barolo le encargó la construcción de este imponente a otro italiano, el milanés Mario Palanti, masón, como él. Sin embargo, Luis Barolo no inaugurar su edificio y menos vivir en él. Murió seis meses antes de la inauguración oficial. No llegó a disfrutar un solo día de su grandioso palacio (Gustavo Gavotti)
El Barolo también fue uno de los edificios más altos del mundo construidos en hormigón armado, con un total de 22 plantas y 2 subsuelos y 100 metros de altura. El arquitecto, Mario Palanti, llevó adelante la obra en tiempo récord, de 1919 a 1923. Se atribuye a que los hombres ya se conocían desde hacía 9 años y es posible que tuvieran el proyecto bien conversado (Fundación Amigos del Palacio Barolo)
Retrato del arquitecto Mario Palanti, en la oficina museo del Palacio Barolo. El hombre había nacido en Milán en 1885 y se había formado como pintor en la Academia de Brera para más tarde recibirse de arquitecto en la Escuela de Arquitectura de Milán. Palanti fue un arquitecto prestigioso, de enorme talento, pero también cuestionado por su apoyo abierto al fascismo de Benito Mussolini (Gustavo Gavotti)
La planta baja tiene forma de cruz latina como las iglesias. En un comienzo, se trataba de un pasaje abierto (entre Avenida de Mayo e Hipólito Yrigoyen), o galería como las que pueden verse en Milán (la Vittorio Emanuele II). El lugar se conocía como pasaje o galería Barolo. En 1990 las puertas fueron vidriadas por cuestiones de seguridad y protección del palacio (Foto de archivo)
En la imagen se pueden ver los quioscos restaurados de madera y vitrales de colores en la Galería (en uno funciona Palacio Barolo Tours). En el piso están presentes los colores de la bandera italiana: verde, blanco y rojo. Y las flores doradas son lucarnas que llevan luz al subsuelo (Fundación Los Amigos del Palacio Barolo)
Desde la planta baja del Palacio parece verse el techo una cúpula, sin embargo es un efecto visual. Lo que en realidad se ve es un techo del 4 piso que es bastante plano (Gustavo Gavotti)
Vista desde el 4to piso a la planta baja, el punto donde se genera la ilusión óptica. Desde esa altura puede verse uno de los kioskos de madera con sus vitrales y la recepción (Gustavo Gavotti)
Vista del techo del cuarto piso, que es chato, que se puede observar desde la planta baja como si fuera la parte más elevada del palacio (Gustavo Gavotti)
Tanto Barolo como Palanti eran apasionados de la cultura de su país de origen por tal razón tomaron como inspiración la Divina Comedia, escrita por Dante Alighieri en el siglo catorce, obra maestra de la literatura italiana. Barolo creía que Europa sería destruida por las guerras y estaba desesperado por conservar los restos de Dante Alighieri. El Barolo sería su gran mausoleo y las cenizas serían guardadas dentro de la escultura hecha en bronce por Palanti en 1919. "La ascensión", que está en la planta baja es una réplica, porque la original, que tenía un águila en lugar de un cóndor, nunca llegó a destino y fue robada más de una vez. Solo se recuperó una parte que está en las oficinas de Miqueas y Tomas Thärigen, directores de Palacio Barolo Tours, quienes salieron en su búsqueda (Gustavo Gavotti)
Todo el edificio tiene referencias y alegorías a la Divina Comedia y se divide en tres partes: el infierno, el purgatorio y el paraíso. En las excursiones, como el Dante sobre el cóndor, del Infierno se asciende a la luz. Mientras tanto en el infierno pueden verse dragones sosteniendo lámparas y serpientes en el hall central (Fundación Los Amigos del Palacio Barolo)
Sobre mármol de carrara pueden verse la cantidad de pisos en números romanos a partir del tercero. Los dos primeros junto con el subsuelo iban a ser utilizados por el propietario, con un ascensor privado. El sótano le serviría como depósito de su pujante negocio textil. El resto de los pisos, tal como lo había concebido Barolo, fueron destinados a oficinas comerciales. Nunca nadie vivió aquí. En la planta baja puede verse también otra placa de mármol de agradecimiento al intendente Luis Cantilo, por 1921, que autorizó la obra que superaba en casi cuatro veces la altura permitida (Gustavo Gavotti)
No solo Barolo y Palanti fueron masones. Allighieri lo fue también. La simbología asoma en cada rincón del edificio asociado a esta logia secreta. Por ejemplo las cadenas verdes simbolizan la fraternidad, hermandad, uno de los principios. Y los pisos dameros (ajedrezados) de las fotos, representan la dualidad entre el bien y el mal, la luz y las tinieblas (Gustavo Gavotti)
La letra A, de palabra ascensor lleva un símbolo masónico, que incluye un compás y una escuadra, que significa maestro y aprendiz. La aguja que marca los pisos está adornada con una flor de lis, símbolo de pureza, que vuelve a verse en el recorrido. Todo lo que se encuentra en el edificio fue traído de Italia, menos los ascensores que son suizos. Las puertas tijera que son peligrosas fueron aceptadas porque el Palacio Baralo fue declarado en 1997 como Monumento Histórico Nacional (Gustavo Gavotti)
Documento histórico de la construcción del edificio. Palanti que era un estudioso de la Divina Comedia hace referencia a los 100 cantos con 100 metros, 22 pisos, referidos a las 22 estrofas en algunos cantos y 11 balcones frontales por la misma cantidad de estrofas en cantos (Fundación Amigos del Palacio Barolo)
En el subsuelo se encuentra Los Bajos de Barolo, un centro de exposiciones, donde actualmente está en exhibición, abierta al público de la muestra “Dulce Roma. Fotografías de Tazio Secchiaroli”, el primer paparazzo. Finaliza el 7 de julio con el inicio de los Festejos del Centenario del Barolo (Gustavo Gavotti)
Además de este centro de exposiciones, donde se puede ver la puerta anulada que correspondía al ascensor privado de Barolo que nunca terminó de construirse, se observa un montacargas, salidas a la calle por fuera del pasaje y una escalera a ninguna parte. Un cuarto del subsuelo está ocupado por el archivo de la AFI de la causa AMIA (Gustavo Gavotti)
Una lucarna desde el subsuelo. Cuentan que desde el sótano hay una tapa que permiten escuchar el rumor del Tercero del Medio, el arroyo que pasa por debajo del Palacio. Construir sobre agua, para los masones, es algo positivo, representa abundancia (Gustavo Gavotti)
Una serpiente en la planta baja, donde está el infierno. También pueden observarse lámparas sostenidas por cóndores y ocho dragones
Al cumplirse el 97 aniversario, se le rindió homenaje a Luis Barolo y Mario Palanti con estas esculturas realizadas por Rodolfo Bayom. Barolo y Palanti se habían conocido en el festejo del centenario de la Revolución de Mayo. El primero tenía ideas, el segundo las materializaba (Gustavo Gavotti)
Curiosamente las oficinas no tienen baños en su interior, sino por fuera. Hay 8 por piso y cada oficina tiene el suyo (Gustavo Gavotti)
Luis Barolo murió el 14 de junio de 1922, de una forma sospechosa. Se atribuyó su deceso, a los 52 años, a un paro cardíaco, pero también se habló de suicidio y envenenamiento (Gustavo Gavotti)
El purgatorio toma lugar desde el 1er piso hasta el 14. Cuando Barolo muere, su hija, única heredera, vende el edificio para regresar a Italia. A partir de ese momento, dejó de tener un solo dueño. Las oficinas, pequeñas, comenzaron a unirse por los inversores para ganar espacio. Actualmente están ocupadas por profesionales de todos los ramos. La de la foto es una oficina museo, con una recreación del mobiliario de 1920 de un contador que fue uno de sus primeros oficinistas (Gustavo Gavotti)
Las esculturas de Dante y Beatrice, los protagonistas de la Divina Comedia. Hoy por medio de la Fundación Los Amigos del Palacio Barolo se difunde culturalmente el legado. Tomás y Miqueas Thärigen forman parte de la comisión directiva y los tours que se realizan sirven afrontar gastos del edificio y mantener la llama encendida del sueño de Palanti y Barolo. En sus oficinas museo se exhibe parte de la escultura La Ascensión, hecha por Palanti, recuperada en Mar del Plata, que había sido robada desde un principio cuando el arquitecto la había enviado en barco desde Milán (Gustavo Gavotti)
Los hermanos Miqueas y Tomás Thärigen son cuarta generación en el Palacio Barolo, ya que su bisabuelo, contador público, tuvo una oficina a los 3 años de la inauguración del rascacielo. Luego Miqueas trabajó con su tío, que es el administrador del edificio y empezó a dedicarse a a partir de 2004 a la difusión cultural y turística del Barolo. Los hermanos, directores de Palacio Barolo Tours, recrearon las oficinas de su bisabuelo, con los sombreros que él tenía que hoy usan sus guías. En la foto, el recuerdo de María Kodama quien contribuyó a la difusión del patrimonio histórico y cultural del Barolo. Jorge Luis Borges era un gran admirador de La Divina Comedia y, dado que el Palacio Barolo está inspirado en esa obra, tenía especial aprecio por este edificio. Kodama seleccionó personalmente los poemas que se recitan durante una visita guiada como un homenaje a la cultura
Una toma de la escalera con un rico trabajo de herrería hasta la planta baja (Gustavo Gavotti)
Fachada de azulejos verdes que a un patio de altura, que está en el contrafrente. La arquitectura está inspirada en un templo de la India dedicado al amor, porque es en el Paraíso donde Dante se encuentra con su amada Beatrice. Desde ese sector se ingresa a la torre del edificios, el Paraíso, que ocupa desde el piso 14 al 22. Son ocho pisos por los cuerpos celestes del sistema solar de Dante: La Luna, Mercurio, Venus, El Sol, Marte, Júpiter, Saturno y Las Estrellas (Gustavo Gavotti)
Silvina Saa tiene un pequeño centro de estética, con vistas al Congreso, en el piso 14. Decidió alquilar el espacio luego de hacer un tour y enamorarse del Barolo. "El lugar es mágico". Al lado, hay un local de moda, Barolo moda, con las puertas abiertas para que curioseen los tantos turistas que pasan a diario. (Gustavo Gavotti)
El atardecer es buen momento para disfrutar de las vistas incomparables del edificio que supo ser el rascacielos más alto de América latina (Gustavo Gavotti)
A medida que uno se aproxima al faro, el edificio se vuelve más austero. Debido que en el purgatorio se dejan atrás los bienes materiales (Gustavo Gavotti)
Por esa escalera, se asciende a un mirador que permite ver la ciudad en 360 grados. Algunas son ventanas, otros balcones. El viento hará de las suyas. El ascensor solo lo usa el personal de la torre (Gustavo Gavotti)
Vista a la Plaza del Congreso desde el mirador del piso 20 (Gustavo Gavotti)
Si el cartel indica que hay que tener cuidado con la cabeza hay que hacerle caso y estar muy atentos a los grandes desniveles del techo, a medida que se sube por una apretada escalera que lleva al faro, el broche de oro de esta magnífica obra arquitectónica (Gustavo Gavotti)
La fantástica vista de la ciudad desde el faro, a 100 metros de altura. Fue traido de Milán e inaugurado en 1923. La idea de Luis Barolo era darle la bienvenida a los barcos que llegaban por el Atlántico e ingresaban al Río de la Plata. Mario Palanti, construyó un edificio similar en Montevideo, el Palacio Salvo Mario Palanti, también con faro, para que estos se comunicaran entre sí. Sin embargo, hubo una disposición que prohibió el encendido del Barolo, para evitar confusiones a los navegantes (Gustavo Gavotti)
Una vista al Obelisco desde el Faro y a su lado, a la izquierda, el famoso chalet del centro. De fondo, el Río de la Plata (Gustavo Gavotti)
Cynthia Lenzy es Guía de Turismo y pasea turistas a diario desde el infierno al paraíso de Dante, todos los días. Conoce el Barolo como la palma de su mano y lleva un aro de flor de lis en la oreja, porque no hay quien no se enamore de este Palacio e historia (Gustavo Gavotti)
Vista del mirador y el faro a los 100 metros. El faro dejó de funcionar ´hace 70 años, por un pedido gubernamental para evitar accidentes. Fue restaurado en 2009 y actualmente está en funcionamiento. A las 22 horas, por Av de Mayo se lo puede ver brillar durante 20 minutos (Fundación Los Amigos del Palacio Barolo)
Eventos del centenario: el viernes 7 de julio la Fundación Los Amigos del Palacio Barolo invitan a celebrar la fecha aniversario con un concierto de la pianista Martha Noguera, que ejecutará un repertorio de Chopin. Comenzará a las 19 horas y continuará la celebración con la proyección de un video que recorrerá los cien años del Barolo. La entrada es libre y gratuita, con cupos limitados y el ingreso es por orden de llegada en la planta baja