La residencia del embajador de Bélgica es conocida como "Residencia Tornquist". Fue encargada en 1928 por el empresario Carlos Alfredo Tornquist (Crédito foto: Franco Fafasuli)
La construcción, a cargo del reconocido arquitecto Alejandro Bustillo, finalizó en 1930. Tornquist y su familia vivieron allí solo dos años antes de que el edificio fuera adquirido por el gobierno de Bélgica (Franco Fafasuli)
Tornquist mantenía estrechas relaciones con Bélgica, por eso no sorprendió que le vendiera su casa en 1932. Su éxito como empresario se debe en gran parte al apoyo del capital belga (Franco Fafasuli)
El rey Felipe de Bélgica y su esposa, la reina Matilde de Bélgica. Felipe visitó la Argentina en 2008 cuando todavía era príncipe (Franco Fafasuli)
La residencia representa uno de los mejores ejemplos de la renovación del clasicismo francés en la arquitectura de la Buenos Aires de la primera mitad del siglo XX (Franco Fafasuli)
Tornquist invitó al arquitecto Bustillo a París en 1921. Allí comenzó a estudiar y ver de cerca la clásica arquitectura francesa que luego le serviría como inspiración para la construcción de casas en Buenos Aires, París y Bruselas (Franco Fafasuli)
El edificio presenta patrones urbanos de las corrientes bubónicas, inspiradas en las casas rurales de las familias de la nobleza de Francia (Franco Fafasuli)
Una de las tantas magníficas arañas que cuelgan de los techos de la residencia (Franco Fafasuli)
Se cree que, del continente americano, Argentina fue el primer país elegido por los inmigrantes belgas, quienes arribaron entre 1857 y 1897 (Franco Fafasuli)
El ascensor de la residencia, un lujo inusual para la época en que se inició la construcción (Franco Fafasuli)
Una foto antigua de la Residencia Tornquist. El edificio se integra perfectamente en el estilo del barrio porteño de Palermo Chico (Franco Fafasuli)
En 1832, tras la independencia belga, el gobierno del país europeo dispuso la presencia del primer cónsul en Buenos Aires (Franco Fafasuli)
Históricamente, Argentina y Bélgica mantuvieron buenas relaciones diplomáticas. El General José de San Martín vivió en Bélgica durante seis años, mientras que el célebre escritor Julio Cortázar nació en Ixelles, en la región de Bruselas (Franco Fafasuli)
Un fino florero se destaca en una de las salas de estar más bonitas de la residencia (Franco Fafasuli)
Las aventuras de Tintín, una de las historietas más famosas del siglo XX, fue creada por el belga Georges Remi en 1929 (Franco Fafasuli)
La serie alcanzó un éxito inédito. Se estima que fueron vendidos alrededor de 200 millones de ejemplares traducidos en más de 60 idiomas (Franco Fafasuli)
La estupenda piscina del jardín de la residencia se asoma por la ventana en medio de dos sillones (Franco Fafasuli)
El embajador Karl Dhaene y su familia suelen disfrutar de la piscina en los meses de verano (Franco Fafasuli)
El embajador es vecino de sus homólogos de Grecia, Portugal y Arabia Saudita. Todas las residencias se encuentran en el corazón de Palermo Chico (Franco Fafasuli)
El diseño del vecindario fue ideado por el arquitecto y paisajista Carlos Thays, quien pretendía transformarlo en un complejo urbano capaz de romper con el rigor geométrico de la cuadrícula de tablero de ajedrez (Franco Fafasuli)
Thays propuso en Palermo Chico calles curvas e irregulares que recuerdan a las típicas ciudades jardín estadounidenses (Franco Fafasuli)
El escudo de Bélgica tiene como emblema a un león de oro sobre campo de sable, conocido como León Belga o Leo Belgicus (Franco Fafasuli)
Una placa en honor a quienes partieron de Argentina para servir para Bélgica en la Segunda Guerra Mundial (Franco Fafasuli)
Bustillo es considerado uno de los arquitectos más importantes de la historia argentina. Se le reconoce haber fundado el "estilo clásico nacional" (Franco Fafasuli)
La majestuosa fachada de la Residencia Tornquist, vista desde la calle Rufino de Elizalde (Franco Fafasuli)