25 fotos del lujoso Palacio Alvear, la residencia del embajador de Italia que nunca habitó su dueño original
Infobae recorrió esta imponente joya arquitectónica de estilo francés, ubicada en el barrio de Palermo. Fue construido por el conde Federico de Alvear, que cuando lo vio terminado lo vendió sin usarlo porque no era de su agrado
19 Mar, 2023 00:06 a.m.Actualizado: 21 Mar, 2023 07:20 p.m. EST
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La residencia del embajador de Italia se ubica en el barrio de Palermo, más precisamente en la intersección de la calle Billinghurst y la Avenida Libertador. El edificio, de estilo francés, se construyó a principios de la década de 1920 (Nicolás Stulberg)
El palacio fue construido inicialmente como residencia particular de una de las familias más ricas de Buenos Aires por aquel entonces: los Bosch Alvear. En el frente del edificio, se destaca la cabeza en relieve del primer propietario, el Conde Federico Diego de Alvear Elortondo (Nicolás Stulberg)
Los propietarios no se encontraban en Argentina durante la construcción del palacio. A su regreso, Bosch Alvear visitó la obra finalizada e ingresó por la entrada principal, que se ubicaba a 45 grados sobre el eje de la casa, como marca la antigua tradición del estilo Beaux Arts. La disposición no fue del agrado del Conde, que decidió vender la propiedad (Nicolás Stulberg)
La residencia fue puesta en venta sin que sus propietarios originales vivieran en ella. El gobierno de Italia la adquirió en 1924. El edificio es también conocido como Palacio Alvear - Ortiz Basualdo, pero Italia lo llama simplemente Palacio Alvear (Nicolás Stulberg)
Las tres grandes puertas en hierro forjado vidriadas llevan a un pequeño vestíbulo, donde se destaca un espejo de 230cm x 130cm (Nicolás Stulberg)
La planta baja se compone de tres amplios salones de recepción, el despacho del embajador y un comedor en el que sobresale un fastuoso hogar de hierro forjado (Nicolás Stulberg)
Al ingresar, se impone a la vista una majestuosa escalera de mármol blanco que, en dos direcciones, conduce a la planta alta, donde se encuentran las habitaciones (Nicolás Stulberg)
La decoración y los muebles fueron todos importados de Italia en 1924 y calzan a la perfección con el estilo francés del palacio. La única excepción es el sillón rojo del salón de entrada que fue donado tras una reciente exhibición de diseño italiano en el Museo Nacional de Arte Decorativo (Nicolás Stulberg)
Con su coherencia en la arquitectura y la decoración, la residencia representa un período de riqueza y esplendor en la Buenos Aires de la década de 1920 (Nicolás Stulberg)
Un piano en el rincón de la música. La decoración de los salones fue actualizada en lo que respecta a sus cortinados, alfombras y la reubicación de muebles y espacios (Nicolás Stulberg)
El rincón de la música es uno de los más bonitos de la residencia y se ubica a la izquierda del salón de entrada y la gran escalinata (Nicolás Stulberg)
Los muebles que arribaron a Buenos Aires en barco desde Italia en 1924 pertenecían a la familia real de los Saboya (Nicolás Stulberg)
El año pasado, durante la Noche de las Embajadas, una multitud visitó la residencia del embajador italiano. Se estima que unas 800 personas participaron de la recorrida (Nicolás Stulberg)
En la pequeña sala de recepción del embajador, impera una tela al óleo del siglo XVII de grandes dimensiones con la figura de Sansón (Nicolás Stulberg)
Una escultura dorada de José de San Martín en el despacho del embajador. El prócer argentino casi muere en un hotel de Roma en febrero de 1846, tras sufrir convulsiones y un ataque de epilepsia que lo dejaron con signos vitales muy disminuidos (Nicolás Stulberg)
Un secreter de fina marquetería genovesa. Todas las obras de la residencia pertenecen a la pinacoteca de la Embajada (Nicolás Stulberg)
La pinacoteca esta compuesta por obras que pertenecieron a la colección del Palazzo Pitti, de Florencia. Es, junto a la de la Embajada de Brasil, una de las colecciones de pinturas más importantes entre las representaciones extranjeras en Buenos Aires (Nicolás Stulberg)
En la foto de la izquierda, el presidente de Argentina, Alberto Fernández, se saluda con el embajador de Italia, Fabrizio Lucentini, en el acto de recepción de cartas credenciales en la Casa Rosada, el 25 de enero de 2021. A la izquierda de Fernández, el canciller argentino, Santiago Cafiero (Nicolás Stulberg)
La sobriedad del comedor contrasta con la ostentación del resto de los ambientes de la casa. Sin embargo, los detalles del techo llaman la atención a la vista (Nicolás Stulberg)
Con los años, la residencia requirió obras de restauración que permitieron que se siga mostrando tan magnífica como desde el principio (Nicolás Stulberg)
Las tres puertas de hierro forjado en el frente vistas desde el interior de la residencia. Atrás, el bonito jardín que conecta con la Embajada (Nicolás Stulberg)
El palacio es, sin lugar a dudas, un representante de una tradición arquitectónica que rigió durante muchos años en el seno de las familias más acaudaladas de Buenos Aires (Nicolás Stulberg)
Dos esfinges custodian a los costados el acceso al edificio. Lucen garras felinas y se cree que fueron traídas especialmente desde Italia (Nicolás Stulberg)
Una placa en memoria de los ciudadanos italianos que fueron víctimas de la última dictadura militar argentina (Nicolás Stulberg)
Felisa Ortiz Basualdo, esposa de Federico de Alvear
Agradecimientos especiales a Alessandra Passerini, Nicoletta De Guglielmi y Lorenzo Vermigli de la Embajada de Italia en Buenos Aires.