Miles de personas siguieron este martes de juerga en las calles de las principales ciudades de Brasil para disfrutar del último día oficial del Carnaval, que amenaza con prolongarse hasta el final de la semana en algunas zonas del país.
Desde San Pablo hasta Río de Janeiro, pasando por Salvador y Recife, los brasileños continúan entregados al son de los “blocos” (comparsas), en un éxtasis colectivo que empezó oficialmente el viernes y acaba este Miércoles de Ceniza, día de volver a la rutina, en teoría.
“Quiero a todo el mundo en este Carnaval / Yo lo que quiero es poner mi bloco en la calle y jugar”, rezan los versos del melancólico tema “Eu quero é botar meu bloco na rua”, uno de los lemas musicales brasileños por excelencia, obra del cantante Sérgio Sampaio.
Lanzada en 1972, la canción sufrió la censura de la dictadura militar brasileña (1964-1985), pues de alguna forma denunció la represión del régimen y llamó a la población a ocupar las calles.
Haciendo honor a Sampaio, los ‘blocos’ han vuelto a conquistar las calles en este 2023, tras dos oscuros años de pandemia de coronavirus, que ha causado cerca de 700.000 fallecidos en el país.
En 2020, el Carnaval se pudo celebrar en medio de las sospechas de los primeros casos de COVID-19, en 2021 se cancelaron todos los festejos y en 2022 las restricciones aún vigentes en muchas regiones impidieron mostrar todo el esplendor de la gran fiesta nacional.
Este martes, los brasileños quemaban los últimos cartuchos para “matar a saudade” (acabar con la nostalgia) del Carnaval más esperado de los últimos años.
Ni la lluvia ahuyentó a los “foliões”, como se denominan en Brasil a los que acompañan las comparsas, en San Pablo.
Sin tiempo que perder, la comparsa “Cornucópia Desvairada” convocó este martes al público de la capital paulista a las 08:00 de la mañana. Durante el desfile hubo números de magia y también gritos a favor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Y es que este carnaval también llega después de un truculento año electoral que culminó con la victoria de Lula sobre el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, que buscó sin éxito la reelección.
En Río de Janeiro, el Sambódromo bajó el telón tras la segunda noche de desfiles de las escuelas de samba, pero las calles de la “Cidade Maravilhosa” aún hierven de emoción y pretenden seguir haciéndolo hasta el próximo domingo.
La “Orquestra Voadora” desfiló en la capital fluminense con la atención puesta en las personas con discapacidad, a las que quiso dar todo el protagonismo por medio de diversas iniciativas, como la inclusión de intérpretes de lengua de signos, con la idea de hacer más democrática la mayor celebración del país.
(Con información de EFE y fotos de AFP)
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