Allí donde la mayoría de la gente ve tornillos oxidados, pedazos de vías de tren, postes rotos de alambrados y partes de automóviles desechadas, Carmela Blanco ve el ciclo de la vida. El pasado de cada una de esas piezas es sólo parte de su historia: la artista plástica argentina teje con ellas una continuación, un futuro para aquello “que alguna vez fue y que vuelve a ser”, como definió. Sur, la muestra que llevó a Miami, es una selección representativa de su reconocida obra.
La exposición, que ya había abierto al público, recibió a famosos en 4 Midtown / Studio 114 Gallery, en el barrio del arte de la ciudad, Wynwood (3301 Ne 1st Ave., Miami, FL 33137). Fue una celebración exclusiva de Blanco y su arte, al que se sumó Javier Vázquez como artista invitado, con producción de CorvusArt. Estuvieron Enzo Francescoli —pareja de la creadora—, Edgardo y Ana Cristina Defortuna de Fortune International Group, el beisbolista De‘Andre Asbury-Heath, Jeff Meshel de Candor Capital Partners & Lux Miami, el artista Daniel Bottero, el abogado Martin Litwak, la presentadora española Lucia Riaño y el productor de televisión Gonzalo Morosi, entre otros.
El hierro, la madera y diversas formas de residuos industriales, atravesados por la imaginación artística de Blanco, se transforman en criaturas expresivas, estructuras dinámicas, ensamblajes provocadores.
Entre ellos se infiltra el color de león del Río de la Plata, el “lugar en el mundo” de la artista, a cuyo taller de Vicente López llegan estos objetos viejos y cotidianos en busca de una nueva vida. Los ocres rioplatenses también hablan de su admiración por Joaquín Torres García, el pintor y escultor uruguayo que buscaba “ese retorno al pre-arte, a lo originario, que considera único, singular y universal”, detalló Blanco. “Lo no aprendido”.
Blanco estudió pintura y dibujo con Kazu Takeda, pero fue en el taller del escultor Ricardo de la Serna —otro representante del universalismo constructivo de Torres García— donde incorporó la cerámica y reorientó su obra en la dirección que hoy muestra en Sur. “Exploré esta nueva forma de expresión”, dijo. “Uniendo mi formación con mi manejo de las herramientas, me sumergí en este mundo fascinante”.
Antes que Miami, la artista ha expuesto en Nueva York y en Madrid, donde participó de Arco, y en el Uruguay. En Argentina su obra participó en el Salón Nacional de Artes Visuales Palais de Glace y el Centro Cultural Borges, además de haberse presentado al púbico en exhibiciones individuales como A cielo abierto (Museo de Arte Popular José Hernández) y en Expoartistas.
Hace pocas semanas, en Argentina, Blanco se sumó a la cuarta edición de +Arte +Fútbol, una muestra colectiva, con fines benéficos, para el club River Plate. Sus obras y las de los demás artistas —Milo Lockett, Karina El Azem, Ezequiel Suranyi, Florencia Zampieri, Mónica Tiezzi, Guillermo Irmscher, Javier Vázquez, Lucas Baglioni, Daniel Baino, Omar Panosetti, Carlos Vera, Ricardo Martínez Gálvez, Javier Elo Menéndez, Luis González Oliva, Manuel Paz, Willi Rommel, Pablo Stein y Andrés Fasel— se venden para recaudar fondos que sostengan los programas del club dedicados al desarrollo de niñas, niños y adolescentes socialmente vulnerables.
La relación de Blanco y River va más allá de la de una hincha fiel: la artista es la pareja de Enzo Francescoli, aquel Príncipe del fútbol argentino en los ochenta y siempre ídolo del club.
Parte de lo que se exhibe en Sur nació durante la crisis del COVID-19, cuando Blanco resignificó el confinamiento: “Vivo en mi taller, así que hago cuarentena de manera permanente”, dijo en la inauguración de A cielo abierto.
Su pasión contagió a Francescoli durante aquellos meses difíciles: el ex jugador talló un escudo de River que se subastó a beneficio de la fundación del club. “Hizo trabajos muy interesantes durante la pandemia”, confió Blanco. Y le lanzó un elogio muy poco común en las parejas, muy especializado: “Tiene muy buena motricidad fina y es muy detallista”.
Poco antes la artista había presentado su libro, Carmela Blanco, que recorre una parte importante de su obra de más de 20 años. Junto con el prólogo del arquitecto Justo Solsona, el volumen tiene un texto y una entrevista de la curadora Fernanda Akian.
Sur reúne piezas de sus series Rostros, Flores de acero y Ellos, que junto con Fondo del mar, Collage y Zoo se destacan en su producción reciente. “Acopio las cosas que veo y me parecen interesantes, piezas que encuentro en el río, en el campo, a las que resignifico y les doy belleza”, sintetizó sobre ellas.
Sur, la muestra de Carmela Blanco, se puede visitar todos los días de 10 de la mañana a 6 de la tarde en 4 Midtown / Studio 114 Galery, en 3301 Ne 1st Ave., Miami.
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