El fútbol americano es el deporte de contacto por excelencia y no es exclusivo de los varones.
Fernanda Melo tiene 25 años, es quarterback en el equipo femenil de futbol americano equipado Mayas de la LIFFAE, Liga Femenil de Football Americano Equipado.
De una familia deportista en el que su padre practicaba futbol y su madre natación, Fernanda quiso seguir los mismos pasos, su vida como atleta inició a los ocho años de edad en un equipo de flag o conocido como futbol bandera, en 2006 quedó en cuarto lugar en una olimpiada nacional de atletismo. Sin embargo, el interés y deseo de jugar futbol americano la llevó a enfrentar desde niña los estereotipos sobre deportes que han sido considerados exclusivos para hombres.
“Toda la vida, desde que empecé a jugar, la primera vez que recibí un comentario así fue en la primaria de un niño que me dijo que por qué jugaba eso si yo era niña”, dijo Fernanda a Infobae México, asegurando que no fue algo que le afectó en su entusiasmo por el deporte, sintiéndose siempre apoyada por su familia.
Los comentarios no los recibió únicamente de sus compañeros de escuela, también de la familia al recordar las palabras: “por qué juegas eso, es para hombres, tu deberías estar en ballet”. Los cuales aumentaron a los 15 años de edad, momento en el que comenzó a dirigir a niños incluso dos años menores que ella. “Una mujer qué le va a venir a enseñar a mi hijo”, palabras que recuerda Fernanda y asegura que en ningún momento sintió desmotivación de continuar creciendo en el deporte.
Fernanda jugó futbol americano equipado con niños hasta los 16 años, inició con Águilas Blancas y siguió con Búhos Guinda. Jamás se enfrentó a discriminación por parte de sus compañeros por ser mujer dentro del equipo mixto.
“Jamás recibí un comentario machista”. La ultima temporada que jugó, los entrenadores casi no la metían a jugar. “Tu vas y eres igual a ellos” recuerda las palabras de su padre “aquí no es de que eres niña o eres niño”. Al insistir en querer jugar, demostró que las diferencias físicas no influían en su capacidad como jugadora.
“No sabía, jamás me pasó por la cabeza que existía una liga femenil”, Fernanda a Infobae México, al recordar el momento en el que debió dejar el equipo mixto por edad. En juegos varonil los campos son de 100 yardas, al ser invitada a un equipo femenil en 2012, se encontró con que los campos de juego solo eran de 50 yardas, al que le decían “caja de zapatos”.
Jugaban en campos llaneros, los coaches no eran especializados y los equipos tenían muy pocas jugadoras. Águilas Blancas femenil únicamente tuvo dos temporadas, por falta de apoyo desapareció. Cuando se implementa el juego en canchas de 100 yardas, deciden fusionar equipos para poder jugar, Fernanda recuerda la emoción de volver a canchas grandes, sin embargo, la pandemia por Covid-19 las alcanzó.
“Te desmotiva muchísimo”, Fernanda a Infobae México. Con la llegada del encierro, se vio truncada su rutina activa del día a día, así como su manera de entrenar, ahora, entre cuatro paredes “con el garrafón de agua, con botellas, con lo que tuvieras”.
Iván, coach general de Mayas femenil, recuerda el inicio de la crisis sanitaria, decidieron no generarles ningún tipo de presión, tras un año sin la posibilidad de regresar a los entrenamientos de manera presencial, pusieron en marcha las prácticas de manera digital. “Por lo menos verlas en las camaritas era un alivio, eso fue lo que a mí me ayudó a sobrellevar, sin el deporte me hubiera dado depresión”, Fernanda.
“Fue raro el regresar con tantas medidas, pero fue un alivio”, recuerda Fernanda el primer día de su entrenamiento en campo, “se notaba que no habían jugado futbol en un año”, dijo Iván a Infobae México al destacar la meta que tienen como equipo: preparar a sus jugadoras para su primer temporada después de meses sin jugar y el desarrollo de quienes se han integrado de manera reciente.
Una de las metas de Fernanda Melo es clara: el mundial de 2022 que tentativamente tiene como sede Finlandia.
Su primer mundial lo jugó en 2017 en Canadá, logrando regresar a México con medalla de bronce. “El fútbol americano femenil no es reconocido, nosotras pagamos por jugar”, Fernanda a Infobae México al recordar los problemas en la Federación de Futbol Americano, quien le informó a las jugadoras que no contaba con dinero para costear el viaje al mundial.
De inmediato, Fernanda junto con sus compañeras comenzaron a buscar modo de conseguir dinero incluso recorriendo calles y camiones donde exponían el conflicto en el que se encontraban como seleccionadas nacionales, pidiendo una moneda a cambio de un dulce. Dos semanas previas al viaje, dicha Federación les informa que podrá pagar el mundial para las 45 jugadoras, con el dinero que lograron juntar, invirtieron en mochilas y lo que hiciera falta para el equipo.
Actualmente en LIFFAE cuenta con 25 equipos de futbol americano equipado femenil y con aproximadamente 500 jugadoras en Estado de México, CDMX, Toluca, Puebla y Querétaro. Los esfuerzos por lograr el crecimiento del deporte en mujeres han llevado a una futura expansión a Estados como Durango, Monterrey y Coahuila, donde se espera el alcance de mil atletas femeninas.