Atentado a la AMIA: 17 históricas imágenes del horror
El fotógrafo Julio Menajovsky fue uno de los primeros reporteros gráficos en llegar a Pasteur 633, minutos después de la explosión. En sus fotos quedó registrada la desesperación, la muerte y la solidaridad que provocó el brutal ataque a la sede de la mutual judía. Su dramático recuerdo de aquel trágico 18 de julio de 1994
18 Jul, 2020 01:00 a.m. EST
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El fotógrafo Julio Menajovsly fue uno de los primeros reporteros gráficos en llegar a Pasteur 633. Sus imágenes se convirtieron en un testimonio histórico del horror. Así lo recordó frente a Infobae: "Me encontré media hora después de haber escuchado la explosión caminando por este caos, con ruidos de sirena, gritos, llantos y un montón de gente mirando atónita algo que no podía entenderse” (Julio Menajovsky)
Las primeras imágenes que sacó fueron en blanco y negro. Hasta que se le acabó el rollo y decidió seguir con diapositivas a color. “Estas son las primeras que saqué. Estoy al nivel del piso sobre Pasteur. Esa mujer se quería desprender de la gente que la sujetaba para salir corriendo hacia algún lado. Era una vecina porque está con ropa de cama", recordó el fotógrafo (Julio Menajovsky)
El reportero estaba en Avenida Corrientes, a pocas cuadras de la sede de la AMIA, haciendo unas fotos para la prensa de la Defensoría del Pueblo sobre una nota de desocupación. "A las 9:53 tembló el piso, se escuchó un terrible estruendo y el ruido de los vidrios que caían, lo cual indicaba la cercanía que había tenido la explosión. Fui caminando, no fui corriendo. El grado del estruendo me hacía sentir que iba a ir al encuentro de algo muy feo de transitar” (Julio Menajovsky)
El reportero llegó al lugar y lo que vio fue monstruoso. "Ese ruido que no se sabía qué era ya empezaba a adquirir identidad. Acercarme fue empezar a meterme en un escenario horroroso”, contó el fotógrafo. Esta es una de las imágenes que tomó y que recorrió el mundo (Julio Menajovsky)
“Lo primero que vi fueron vidrieras rotas, ambulancias que iban y venían, gente que caminaba aturdida. La primera escena fuerte fue ver a un chiquito que quería salir corriendo de ahí. Cuando voy por Viamonte veo ya la montaña de escombros que había sobre Pasteur. Entré en un estado de perplejidad tal de no saber cómo encarar lo que estaba sintiendo" (Julio Menajovsky)
“Esta imagen da un poco de magnitud del atentado. Fue una fotografía muy usada por los medios porque el primer plano del coche destruido genera muchas lecturas” (Julio Menajovsky)
"Pensé que tal vez el joven podía estar herido porque su cabeza estaba descubierta. No sabía quién era. En una convocatoria de AMIA, apareció la hermana y ahí pude saber 25 años más tarde el nombre de esta persona: se llamaba Germán Parsons, era artista plástico y escenógrafo, vivía en un edificio justo enfrente de la AMIA. Lo sorprendió la onda expansiva saliendo del baño y lo mató en el acto. Fue uno de los primeros cuerpos que llegó a la morgue y uno de los últimos en ser reconocidos por los familiares” (Julio Menajovsky)
El fotógrafo reconoce que haber estado allí le cambió la vida. Son imágenes horrorosas que quedan para siempre en la memoria. “A mí el acontecimiento me superó fotográficamente hablando. A las 9:53 me cambió todo y profesionalmente fue un punto de inflexión que no busqué ni esperaba tener” (Julio Menajovsky)
La ambulancia recibían a los heridos que se sumaban de a cientos. “En la AMIA yo tenía una estimulación visual tremenda a tal punto que no podía decidir qué hacer con todo eso. En la única situación en la que yo creo que pude prever algo es cuando vi un par de ambulancias preparadas a recibir heridos con las puertas abiertas”, reflexionó (Julio Menajovsky)
Impactado por lo que estaba viviendo, levantó la cámara sin un plan preestablecido, sin un esquema de trabajo, por puro instinto. Un niño descalzo y sin pantalones escapando del drama fue una de las primeras fotografías que tomó Julio Menajovsky del atentado a la AMIA, minutos después de que una bomba asesinara a 85 personas y dejara más de 300 heridos (Julio Menajovsky)
El reportero no sabe quién es el joven que protagoniza la fotografía, pero la imagen le despierta una inquietud: “Esa chica, muy jovencita, de camisa a cuadras y campera oscura aparece ayudando en muchas fotografías. Siempre quise conocer su nombre, saber quién es” (Julio Menajovsky)
A cada instante la escena cambiaba. Al caos se iban sumando las imágenes de las víctimas y los sobrevivientes que la gente lograba sacar de los escombros (Julio Menajovsky)
Se usaron algunos cartones para tapar los cuerpos de las víctimas. La emoción golpeaba a cada paso. El fotógrafo pensó en esos seres sin vida... Siguió caminando hasta llegar a Pasteur al 600. Luego, junto a cientos de personas que buscaban ayudar, se subió a los escombros de lo que había sido la AMIA (Julio Menajovsky)
Sus fotos quedaron inmortalizadas en la memoria. “La sensación que tuve después del 18 de julio de 1994 fue como si me hubiera quedado atorado con las imágenes que saqué esa mañana”, relató el fotógrafo (Julio Menajovsky)
Quiso subirse a un edificio lindero para fotografiar el desastre desde arriba, pero no lo dejaron porque había riesgo de derrumbe. “Me pareció que desde adentro de una casa podía aportar un punto de vista distinto”, consideró el reportero gráfico (Julio Menajovsky)
Subieron y bajaron telas. No se sabe en qué momento ocurrió eso, pero finalmente retrasó el trabajo. Muchos quisieron ayudar, pero no todos eran rescatistas ni sabían cómo buscar entre los escombros a los heridos que permanecían con vida. “En ese momento lo mejor que hubiera ocurrido es que todo el mundo se baje para dejar trabajar a las pocas personas que sabían lo que estaban haciendo, para tratar de escuchar si había algún ruido. Desafortunadamente se hizo todo lo contrario” (Julio Menajovsky)
“Yo reconozco en estas imágenes el estado en el que me encontraba. Hay muchas fotos con gente de espalda. Generalmente eso es un error. Sin embargo para mí hoy estas fotos tienen mucho valor porque representan mi propia perplejidad. No podía entender qué había pasado. Y siento que la gente que está fotografiada tampoco, estaba desesperada. Estaban tan perplejos como yo” (Julio Menajovsky)