La Embajada de los Estados Unidos abrió sus puertas: un recorrido en fotos por los rincones secretos del Palacio Bosch
En el marco del programa de Embajadas Abiertas, Infobae recorrió los suntuosos espacios de esta obra arquitectónica de más de 100 años, distinguida como Monumento Histórico Nacional. Una joya que perteneció a Ernesto Bosch, con una estética inspirada en el Grand Palais francés
La escalera honorable da ingreso al Palacio Bosch, que fue construido en 1918. Esta residencia perteneció al abogado y diplomático Ernesto Bosch junto a su su esposa, Elisa de Alvear
La placa, ubicada al final de la primera parte de la escalera, da la bienvenida a los visitantes . “El 32° presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Delano Roosevelt, vivió en la embajada desde el 30 de noviembre hasta el 2 de diciembre de 1936. La democracia es la esperanza del mundo”, dice la leyenda escrita sobre piedra París
La construcción ubicada en Palermo ocupa 3.996 metros cuadrados cubiertos, sobre un lote de 7 mil. El diseño de cuatro pisos es del arquitecto francés René Sergent, que nunca viajó a Buenos Aires por lo que los arquitectos argentinos Eduardo María Lanús y Pablo Hary, prestigiosos profesionales que fundaron la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, debieron encargarse de materializar los planos enviados desde Francia
La suntuosa araña -realizada en Argentina- invita al primer piso, o piso noble, dispuesto para los eventos sociales. Aquí se casó la hija del matrimonio Bosch, en 1917
“Bienvenidos a mi casita”. Así recibió el embajador Edward Prado, junto a su mujer María, a los vecinos que se anotaron en la visita guiada dispuesta por el programa del Ente de Turismo porteño, “Embajadas abiertas”, que invita a descubrir grandes palacios de la ciudad de Buenos Aires. Este fin de semana se anotaron más de 500 personas
Parte del foyer de la planta noble que refleja el estilo palaciego: pisos de roble de Eslavonia, paredes ornamentadas pintadas en oro, puertas espejadas, arañas de cristales y tapices que revisten rincones
El salón principal se usaba, al igual que en la actualidad, para los refinados eventos sociales. Tiene vista al jardín y obras de arte en sus paredes
La vajilla que se utiliza es blanca con reborde dorado y ornamentos con el símbolo de los Estados Unidos. Los cubiertos son de plata y están acompañados por copas de cristal
La mesa principal presenta su disposición protocolar con lugar para treinta personas
Parte de la vajilla en plata utilizada en las grandes recepciones de la actual residencia del embajador de los Estados Unidos
Biombo decorativo dispuesto en el salón principal. Todos los materiales y muebles fueron traídos desde Francia
El salón de baile es el más grande del palacio y donde se suelen llevar adelante las recepciones más numerosas. Entre otros, por allí pasaron presidentes estadounidenses como Franklin Delano Roosevelt en 1936, Dwight Eisenhower en 1960, George H. W. Bush en 1994 y Barack Obama en 2018
Dos arañas de cristales de Baccarat, ambas originales del siglo pasado y traídas de Francia, visten el salón de baile
En la misma planta, los visitantes pudieron observar otro de los salones, donde funcionó el escritorio de Ernesto Bosch. No sólo mantiene la estética original sino que además se conserva su mobiliario con más de 100 años de historia
El escritorio de roble con ornamentos bañados en oro. Bosch no tenía planes de vender su residencia. Sin embargo, pidió 3 millones de dólares al entonces embajador Robert Bliss , una exorbitante cifra para la época
Las alfombras dispuestas en los espacios están bordadas con las iniciales B, un homenaje a Bosch y también a Bliss
Diseños con instrumentos en los rincones del salón de la música
Decorado en un elegante tono dorado, aún conserva la chimenea, el mobiliario, y los accesorios de época
El piano de cola que se usa para musicalizar las galas
Cada rincón transporta a la “belle époque”
Robert Bliss compró la casa con cada uno de sus muebles y detalles decorativos
Uno de los espacios informales de la planta alta está revestido en boiserie de madera y cuenta con una gran chimenea en piedra París
El comedor diario está revestido con entretelado y dispone de una mesa para ocho personas. Era usado por el matrimonio Bosch y sus seis hijos
Banderas de ambas naciones como indica el protocolo. Además un “símbolo de la historia compartida”, según destacó el agregado cultural Brian Asmus
El jardín que da hacia la calle Kennedy, en Palermo, dispone de casi cuatro mil metros cuadrados. Tiene un diseño simétrico con senderos, una idea del paisajista Achille Duchêne inspirada en el Palacio Versailles
La fachada del interior refleja el estilo francés. Además de los jardines, hay un quincho, pileta, huerta, vestuarios y canchas de tenis
Más secretos: conservar impecable cada rincón de la Embajada lleva el trabajo de 10 personas fijas para mantenimiento
Fotos: Maximiliano Luna
Embajadas Abiertas es un programa del Ente de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires . Durante distintos momentos del año se organizan visitas guiadas -de grupo de 40 personas- a estas edificaciones emblemáticas de la ciudad.