Cuando los investigadores del crimen de las dos turistas israelíes ingresaron a la casa del sospechoso de haberlas asesinado, Gil Pereg, el hijo y el sobrino de las víctimas, se encontraron con una vivienda precaria, repleta de suciedad, desordenada, con un colchón en el piso y animales sueltos, entre otras cosas.
Los restos Pirhia Sarusi, de 63 años, y Lily Pereg, de 54, las hermanas israelíes que habían desaparecido en la localidad mendocina de Guaymallén, fueron hallados en el fondo de una propiedad perteneciente a Pereg, quien se encuentra detenido e imputado de haberlas asesinado.
La vivienda, situada en Julio Argentino Roca al 600, no cuenta con servicios básicos ni muebles; Pereg dormía en un colchón en el piso, y las fotos muestran el desorden y la suciedad en la que vivía el acusado.
En uno de los allanamientos, los investigadores encontraron una cantidad importante de dinero en efectivo (más de USD 40 mil), y como el hombre no tenía un trabajo fijo, están intentando determinar de dónde provino la plata.
Además, en los operativos hallaron distintas cartucheras y fundas para armas (Pereg tiene registradas unas 40), pero apenas encontraron tres en la vivienda (una pistola calibre 9 mm y dos 38 mm). Una de las encontradas en la casa, que había sido denunciada como robada por Pereg, habría sido la que el hombre usó para asesinar a su tía. Su madre fue ultimada a golpes.
Otro de los aspectos que sorprendieron a los investigadores fue la cantidad de animales que vivían con el acusado: en total había alrededor de 20, de los cuales la mitad son gatos. En la vivienda también encontraron distintos productos veterinarios y alimento balanceado.
El caso
Una discusión familiar por dinero habría sido el móvil del crimen de las hermanas israelíes. De acuerdo con los elementos reunidos por los investigadores, el doble homicidio se trató "de una cuestión estrictamente familiar" originada por una disputa monetaria, según indicó Alejandro Gulle, procurador de la Corte Suprema provincial.
Gulle resaltó que, como les informó a las autoridades diplomáticas israelíes que hicieron saber su inquietud por el caso, "no es un hecho de inseguridad" el que tuvo por víctimas a ambas mujeres.
La fiscal Claudia Ríos, a cargo del caso, dijo a la prensa que los cuerpos fueron hallados en la tarde del sábado 26 de enero "cubiertos por piedras y tierra" en el extenso predio que había sido allanado en otras ocasiones, aunque esta vez fueron utilizados perros y máquinas retroexcavadoras.
Horas antes, la fiscal Ríos había imputado a Nicolás Gil Pereg, de 37 años, como el presunto autor del doble femicidio ya que se sospechaba de su vinculación con el caso. Gil Pereg, un ex militar israelí, está acusado de homicidio agravado por el vínculo en el caso de su madre, Sarusi, y de homicidio simple en el de su tía.
La Justicia intenta esclarecer varios puntos en torno al detenido, ya que por un lado vivía en una situación casi de indigencia pese a que contaba con dinero en efectivo.
En ese sentido, el diario mendocino Uno señaló que una hipótesis que barajan los investigadores es que Gil Pereg se dedicaba al tráfico de armas en el mercado negro. El israelí tenía registradas más de 40 armas a su nombre, pero en su casa solo le encontraron tres. Además, un armero identificado como Aldo Chessi declaró que Gil Pereg compró en el 2018 diez armas en su negocio que le fueron entregadas el 2 de enero pasado. Además, había adquirido el límite de municiones permitidas, unas 2.000, pero ni esas armas ni las balas fueron halladas.
Por otra parte, tiempo atrás el ex militar había denunciado ante la policía el presunto robo de once armas de su propiedad. El jefe de los fiscales, Fernando Guzzo, señaló que desde un primer momento se tuvo al hombre de 36 años como sospechoso a pesar de que él haya sido quien presentó la denuncia por averiguación de paradero de su madre y su tía.
Guzzo descartó que Gil Pereg haya tenido un cómplice al momento de cometer los crímenes: "No hay ningún indicio", sentenció.
Se sabe que el 12 de enero las dos mujeres estuvieron en la casa de Gil Pereg, adonde ingresaron a las 10:00, y nunca salieron, de acuerdo con las cámaras de seguridad.
El detenido se radicó en Mendoza una década atrás y utilizó dos nombres falsos: Floda Reltih (Adolf Hitler, al revés) y luego Nicolás Gil. Otro detalle llamativo es que es oficialmente titular de cinco empresas en Mendoza creadas por su madre, pero vive al borde de la indigencia y mantiene deudas por alrededor de nueve millones de pesos.
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