La situación actual de la comunidad LGBT en Argentina es ambigua. Aunque el país fue pionero al sancionar la ley de identidad de género y el matrimonio igualitario, todavía una amplía mayoría de gays, lesbianas y personas trans siguen marginadas. En el último caso, con cupos laborales que no se cumplen, una expectativa de vida de 35 años, crímenes de odio y un gran estigma social que obstaculiza el ascenso social.
Kike Arnal, fotógrafo venezolano, radicado hace ya varios años en Estados Unidos, acaba de publicar el libro Revealing Selves: Transgender Portraits from Argentina, una recopilación de fotografías que muestran a través de escenas íntimas e historias individuales lo que significa ser transexual hoy en Argentina.
Una de las grandes protagonistas del libro es Cinthia Arroyo, bibliotecaria y activista trans oriunda de Embarcación, Salta, que crió a tres hijas por su propia cuenta después de muchos años de vivir del trabajo sexual.
"A ella la conocí cuando empecé a investigar para hacer el trabajo. Cree una red de contacto a través de redes sociales y esa red me llevó a ella. Conversamos, le pregunté si la podía fotografiar y estuvo dispuesta a que yo pasase el rato con su familia", contó el artista a Infobae desde San Francisco.
"En un viaje de regreso al norte, Cinthia conoció a su pareja, una chica biológica que se llamaba Cristina Mabel Meaya, y tuvieron 3 niñas que hoy son adolescentes", relató Kike. "Cristina falleció por problemas de adicción. Cinthia se quedó sola con ellas y transformó su vida. Uno de los grandes retos era poder relacionarse con estas niñas como su madre y con la ley de género lo pudo lograr".
"Cinthia trabaja en la biblioteca y con mucho esfuerzo se iba estudiar en las noches para terminar el bachillerato. Es una persona con una capacidad enorme de superación que ha trabajado muchísimo para mantener su familia unida y sacar adelante su vida", continuó Arnal. "Una persona que 15 años antes caminaba las calles para hacer trabajo sexual y hoy en día educa a sus hijas y les da todo lo que necesitan".
Respecto al proceso creativo de sus fotografías (ya publicó otro libro con fotos de la comunidad trans de México en 2014), Arnal reconoció que puede ser arduo lograr esa privacidad que reflejan. "Yo quiero que sea espontáneo", explicó. "Es algo muy orgánico, no hay reglas. Muy probablemente las primeras veces ni siquiera llevo la cámara. La uso cuando hay cierto grado de aceptación, de intimidad. Es algo que se adapta y voy resolviendo según la apertura de cada persona", reveló.
Una de las más impactantes locaciones de sus fotografías es en Villa Crespo, en el Hotel Gondolín. Se trata de una pensión que antiguamente funcionó como un hotel familiar donde actualmente residen chicas que se dedican al trabajo sexual, una de las pocas actividades laborales "más accesibles" para la comunidad trans.
"Lo interesante para mí es que son chicas muy jóvenes que vivieron situaciones de mucho rechazo y ahí encontraron apoyo, se sienten contenidas", explicó Kike. "A muchas de estas chicas no les queda más remedio que dedicarse al trabajo sexual. En general no hago hincapié en eso pero para ellas es muy difícil encontrar otro empleo".
Otro de los protagonistas captados por el lente de Arnal es Emmanuel Fernandez, un varón trans (aunque nació mujer, vive, se siente y se autopercibe como un hombre). "Para los varones trans suele ser más fácil integrarse en la sociedad porque físicamente es más accesible lograr ese aspecto físico", señaló Kike. "Pero, aunque existe una ventaja fisiológica y cultural, sigue siendo difícil la adaptación y aceptación. Las transformaciones son muy duras y vienen con una carga psicológica y emocional en todos los casos".
En la calle y fuera de los ámbitos de privacidad familiar, el fotógrafo ingresó en otros espacios que le son propios a la comunidad trans de Argentina. Uno de ellos es el Bachillerato Popular Trans "Mocha Celis" (que lleva su nombre en honor a una travesti tucumana que no sabía leer ni escribir y fue asesinada por la policía), un instituto que se define como "un espacio educativo inclusivo y no excluyente" -público y gratuito- integrado por aproximadamente 130 estudiantes trans y no trans. Allí, muchas tienen la oportunidad de finalizar sus estudios secundarios para poder después acceder a la universidad.
"Los que lo crearon se dieron cuenta que muchas chicas trans no tuvieron la posibilidad de terminar el bachillerato. Pensaron un lugar donde ellas se sintieran a gusto, un lugar que esté hecho para ellas", comentó Kike. "Pueden ir por la tarde y se adapta a su ritmo de vida para que las chicas puedan asistir a clases. Están haciendo una labor social muy importante".
Luego están Florencia Guimaraes y su esposo Alejandro. Florencia es una travesti (ella misma se despega de la denominación de "mujer trans") y activista, presidenta de la Asociación para la Lucha de la Identidad Travesti y Transexual. Su pareja es un veterano de la Guerra de Malvinas.
Florencia ejerció 12 años la prostitución y hoy es una férrea militante abolicionista, en contra de que la prostitución sea considerada un trabajo o sea la única opción laboral para las travestis y personas trans.
La historia de Serena Sofía Alarcón Rinesi también está contada a través de las fotografías del libro. "Ella tiene una vida bien particular", destacó Kike. "Serena es enfermera. Y trabajo muchos años esperando que la efectivicen pero siempre la tenían esperando. Ella piensa que probablemente se la ha discriminado. Afortundamente ahora consiguió uno mejor. Es muy trabajadora y tiene una visión muy particular y personal sobre la comunidad y el activismo trans".
El libro fotográfico de Arnal, realizado con el patrocinio de la Fundación Arcus, forma parte de la serie Diverse Humanity, publicada por la editorial neoyorquina The New Press.
"Me pareció interesante hacer esto en Argentina después de la experiencia en México porque a pesar de que ambas comunidades son latinoamericanas hay diferencias culturales marcadas. Por ejemplo, en la religión", concluyó el fotógrafo.
Para él, "Argentina es un país bastante más liberal y tiene la particularidad la ley de identidad de género", que el considera que es "un instrumento muy avanzado". "La Ciudad de México, en cambio, tiene en cambio una legislación exclusiva en la ciudad, que no se replica en todo el país", explicó.
Sin embargo, dejó en claro que "la situación en Argentina es de cuidado". "Todavía hay muchos crímenes de odio a pesar de que la ley es muy clara. Las personas de la comunidad siguen teniendo una vida muy dura. Todavía hay mucho camino por andar", lamentó.
Fotos: Kike Arnal
SEGUÍ LEYENDO: