89 fotos del emotivo reconocimiento a los soldados argentinos caídos en Malvinas

Durante 36 años su ser amado fue un Soldado Argentino Solo Conocido por Dios. Al llegar a Darwin los familiares buscaban la tumba de su ser querido: “Hijo, al fin te encontré”
Se llevaron 250 rosas de tela, ya que en las islas no se pueden cultivar y está prohibido ingresar material orgánico. Cada familia pudo dejar una flor y un rosario fluorescente, para que brille en la oscuridad de las islas, en las cruces de sus seres queridos
Cuando las familias llegaron a Darwin se escuchó la voz de una madre. “Ay Dios… Hijo mío, ¿dónde estás?”.  Las familias de los 90 soldados identificados, de las 121 tumbas que no tenían nombre, pudieron llorarlos en el lugar donde yacen sus cuerpos
Fue un día de sol en Malvinas, casi sin viento, pero la soledad de la colina donde está emplazado el cementerio argentino es sobrecogedora: “Ellos iluminaron este día”, decían los familiares
Elsa Amanda Cablin, madre del soldado Horacio Balvidares, acaricia la cruz de su hijo. “Esperé muchos años encontrarlo, tenía miedo de irme de este mundo sin saber dónde estaba mi nene”, dice entre lágrimas. Y cuenta que en su casa aún guarda la manta con la que lo abrigaba cada noche para que no tuviera frío
Viajaron 214 familiares, de 248 personas que esta mañana aterrizaron en la isla Soledad. Madres, padres, hermanos, hermanas, hijos, hijas, esposas. Frente a las cruces, oraciones y lágrimas
Acariciar el nombre del ser querido que ya no está, en una placa de granito húmeda por el rocío de la mañana. La escena se repitió infinidad de veces en la mañana del lunes 26 en las islas
El dolor de Emilia Fernández, mamá de Emilio, de Villa Ángela, Chaco. “Para mí es un alivio porque yo pensaba que podía estar por ahí y que había perdido la memoria. Eso me angustiaba mucho, porque a la noche me preguntaba dónde estará mi hijo”. Y entre lágrimas pide traerlo al continente: “Quiero dejarle una flor o una vela y si está tan lejos no voy a poder”
El viaje fue organizado por el empresario Eduardo Eurnekian (AA2000) junto a la embajada británica, a cargo del embajador Mark Kent, y contó con el apoyo de la Secretaría de Derechos Humanos del gobierno argentino
La primera hora en Darwin fue de llanto y dolor. Poco antes de partir, casi todas las familias dejaban el cementerio con la sensación de “alivio y paz espiritual porque ahora sabemos dónde está”
Demetrio Dworak, hermano de Vladimiro, soldado de Campo Largo. El combatiente murió en un enfrentamiento con paracaidistas británicos en Puerto Darwin
Muchos familiares pasaron las casi tres horas sentados frente a las tumbas de sus seres amados. Se habían organizado varias carpas con mesas y refrigerios
La familia de Miguel Ángel Falcón, nacido en Barranquera, Chaco, honra al héroe caído el 12 de junio de 1982
Ana Monzón, hermana de Juan Carlos Monzón, de Villa Ángela, Chaco. “¿Por qué viniste a quedarte tan lejos, vos que me cuidabas cuando yo era chiquita?”, lloró frente a la tumba del soldado que cayó combatiendo en Pradera del Ganso
Nélida Montoya, madre del soldado Horacio José Echave, de Lobos, Provincia de Buenos Aires, llora al descubrir la placa con el nombre de su hijo. La rodean el veterano Julio Aro, impulsor del proyecto de identificación de los caídos, y su hija Analía. “No sé qué siento hoy, es una mezcla de tristeza y paz”, confesó
Monseñor Enrique Eguía Seguí ofició la ceremonia religiosa. Lo acompañaron el padre John Wisdom, el reverendo Mercer y al Abad Hugh. “Recemos por aquellos que perdieron la vida en el conflicto del Atlántico Sur. Por los 649 militares argentinos, los 255 militares británicos y los tres isleños”, dijo el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Buenos Aires
Las familias fueron reunidas desde el domingo en un hotel en la ciudad de Buenos Aires, a la una de la madrugada del lunes varios ómnibus los llevaron hasta Ezeiza. A las 3:50 partió el primer vuelo. Media hora después el segundo. Toda la ceremonia tuvo que adelantarse una hora por los fuertes vientos que amenazaban las islas desde las dos de la tarde
El dolor que no cesa, pero el consuelo de saber que su ser querido hoy descansa en paz en una tumba con nombre. Psicólogos y médicos acompañaron a los familiares en un día de emociones fuertes
Tim Miller, isleño encargado de la reconstrucción del cementerio de Darwin para este día histórico; Carolina Barros, directora de comunicaciones de Corporación América y Roberto Curilovic, gerente de Aeropuertos Argentina 2000 y encargado de la logística del viaje
Laura de Arrascaeta llora a su hijo Miguel Ángel, de La Colina en Florencio Varela, y deja un rosario especialmente bendecido. Viajó junto a su hermana menor, ambas nacidas en Italia. “Pensar que huimos de la guerra y una guerra se llevó a mi nene”, dice emocionada
El abrazo del alma. Santiago y María Reyes Lobos, hermanos de José Antonio, soldado caído en la defensa final de Puerto Argentino, se funden con Gaby Cociffi, periodista de Infobae y quien trabajó en la identificación de los cuerpos junto al veterano Julio Aro.
“Recemos por todos aquellos que aún sufren las consecuencias dolorosas de la guerra. Oremos especialmente por aquellos que visitan el cementerio hoy, que Dios Todopoderoso pueda consolarlos y enjugar sus lágrimas”, pidió monseñor Eguía Seguí
La foto final de las 214 familiares que viajaron a Malvinas para honrar a los 90 soldados identificados
Psicólogos y dos médicos acompañaron en todo momento a los familiares en un día lleno de emociones, lágrimas y encuentros
La Secretaría de Derechos Humanos llevó las flores para las tumbas y las entregó con un precinto para que las familias pudieran colocarlas en las cruces y que permanezcan allí a pesar del inclemente viento de Malvinas
Los recuerdos, las preguntas, las cosas no dichas. Todas las emociones juntas para las familias que se reencontraron con sus seres amados luego de 36 años de buscarlos
Las cruces estaban recién pintadas, blancas y relucientes, el césped cortado, las cruces con sus rosarios y sus flores. El cementerio fue especialmente acondicionado para este día histórico
Juan Carlos Monzón, soldado chaqueño, trabajaba en la cosecha y era hincha de River. Su madre guarda aún en su casa de Villa Ángela, la valijita que dejó con sus pocas pertenencias: la camisa que le hizo mamá, el pantalón de trabajo en el campo y la camiseta del club de sus amores. Su hermana Ana viajó sola a las islas: “Siempre voy a estar a su lado”
Fueron muchas las madres que quisieron llegar hasta las islas para poder ver “con nuestros propios ojos” las placas con los nombres de sus hijos muertos en el conflicto bélico de 1982
“Pidamos ser constructores de la paz entre los pueblos y trabajar por una cultura del encuentro, sin divisiones, odios y guerras”, cerró la plegaria el sacerdote argentino mientras las familias seguían con emoción la ceremonia religiosa
Los familiares no se despegaron ni un minuto de las tumbas de sus seres amados. Luego de colocar las flores y los rosarios, buscaron sillas, banquitos, acomodaron ponchos que habían llevado y se sentaron cerca, muy cerca, hasta que llegó la hora del adiós
Antes de la identificación las madres que viajaban a las islas elegían una cruz sin nombre para poder orar por su hijo y derramar sus lágrimas. El Proyecto Humanitario les permitió por primera vez desde la guerra saber dónde están enterrados sus seres amados
El duelo no cesa, pero el dolor se alivia -confiaron los psicólogos- cuando las preguntas y las dudas se disipan. “Saber permite sanar”, coincidían muchos de los familiares en Darwin
Las placas con los 649 nombres de los caídos en la guerra del Atlántico Sur
Los soldados de la British Force South Atlantic Islands (BFSAI) estuvieron presentes para honrar a los caídos argentinos: “Admiramos su coraje en la guerra”, dijo su comandante
Cada familiar se ocupó de arreglar la tumba de su ser querido: flores, rosarios, fotos, alguna gorra rockera y hasta un pañuelo y poncho salteño. Cada elemento también identificaba quién había sido en vida el joven que yace en Darwin
Consuelo de a dos. La escena se repitió en cada una de las 230 cruces del cementerio de Darwin, que guardan los restos de 237 héroes de Malvinas
Se había pedido especialmente, en una reunión con todos los familiares en el hotel, que no se llevaran banderas a Malvinas para dejar en las tumbas. La mayoría de los familiares cumplió, entendiendo que se trataba de un día de recogimiento
Las 248 personas que llegaron a las islas lo hicieron en dos vuelos de Andes. El comandante de cada uno de los vuelos recibió a los pasajeros con un mensaje especial: “Me siento honrado de llevarlos al destino de Malvinas en este viaje humanitario”
El sacerdote John Wisdom, el abad Hugh, que viajó especialmente desde el Reino Unido y el reverendo protestante Mercer, compartieron el oficio religioso con Monseñor Eguía Seguí
Antes del proceso de identificación existían 121 tumbas sin nombre. En diciembre pasado se anunció que 88 soldados habían sido reconocidos, y hace apenas dos semanas se sumaron dos nuevos reconocimientos. Las familias saben que ahora hay que buscar a los 31 que aun son Soldado argentino solo conocido por Dios
Los organizadores cuidaron que los familiares tuvieran refrigerios en los ómnibus que los llevaban hasta el aeropuerto y en las carpas de campaña que armaron los soldados británicos de la base militar especialmente para esta ocasión
Ana era doce años menor que su hermano Juan Carlos, el soldado chaqueño a quien todos llamaban Gringo: “Porque era medio blanquito y de rulitos”, recuerda ella emocionada
Durante la ceremonia religiosa se leyó la Liturgia de la Palabra (lectura del Santo Evangelio según San Juan, y se ofreció la comunión
Ocho soldados de la Guardia Escocesa, incluido un gaitero , rindieron honor a los soldados argentinos
La Guardia de Honor Escocesa marchó por el extremo interno del cementerio y se ubicó entre las placas con los nombres de los caídos adoptando una postura de “descansen armas” para mostrar respeto por los combatientes argentinos
Cuando el viento sopla en Darwin solo se escucha el constante golpeteo de los cientos de rosarios contra las cruces
Martín Eurnekian, presidente de Aeropuertos Argentina 2000
La gran Cruz del cementerio y detrás las carpas armadas especialmente para este histórico día
Norma Gómez, hermana de Eduardo, soldado caído en la batalla de Monte Harriet
A pedido de los familiares, los sacerdotes recorrieron las 230 cruces para bendecirlas individualmente y hacer una oración
Monseñor Eguía Seguí bendijo las tumbas de los soldados identificados (Presidencia / Secretaría de la Nación / Victor Bugge)
“La herida de la ausencia no la cerré y nunca cerrará, se aprende a vivir con el dolor y con la tristeza”, recuerda Norma Gómez a su hermano
Un rito que se reptie: las familias colocan piedritas sobre las placas de sus seres amados
Malvinas es una herida abierta para los familiares, que a 36 años de la guerra, lloran a sus seres queridos en Darwin
Las familias se acercaron para oír Los Lamentos interpetados por la gaita de la Guardia Escocesa (Presidencia / Secretaría de la Nación / Victor Bugge)
La mamá del soldado Manuel Zelarrayán -que viajó junto a su nieta- hace una oración por su hijo muerto el 8 de junio en Wireless Ridge
El fundador y CEO de Infobae, Daniel Hadad, y Martín Eurnekian
Para que las madres de los caídos pudieran permanecer hasta último minuto junto a la cruz de su hijo, personal de AA2000 se encargó de atenderlos en cada situación: desde un café a una silla, desde abrigo a las flores para sus muertos
El coronel británico Geoffrey Cardozo, quien en 1983 construyó el Cementerio de Darwin, fue fundamental en la identificación. El oficial cuidó el cuerpo de cada soldado: los envolvió con una sabana, les puso dos bolsas mortuorias de plástico y pvc, y los colocó en un ataúd para que puedan ser identificados en el futuro
Nélida Echave, madre de Horacio, se emociona: “Yo lo seguía esperando porque nadie me había dicho dónde estaba. Pero ahora ya sé. Está acá y siento una mezcla de angustia y tranquilidad. Ya no tengo que buscarlo”.
Antes de partir, y para que dejar el cementerio fuera más fácil para las familias, se organizó una foto grupal delante de la gran cruz del cementerio argentino
Luego de la primera foto se escuchó una voz que gritaba: “¡Por los chicos!”. Todos aplaudieron
Luegp llegó el “¡Viva la Patria!”. Y, por último, se pidió un aplauso para el coronel inglés Geoffrey Cardozo
Adrián Werthein, presidente del Congreso Judío Latinoamericano
El prestigioso fotógrafo argentino Víctor Bugge
El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y su vocero, Hernán Anbinder
Caricias sobre el nombre de su hermano, caído hace 36 años. Más de 107 familias buscaban desde hacía años conocer donde yacían los restos de sus seres amados (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Paula Francisca Borda, de 83 años, llora Paula Francisca Borda, por su hijo Guillermo que -cuenta – viajó a Malvinas como voluntario para evitar que su hermano menor fuera a la guerra de sus hermanos menores tuviera que hacerlo. (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Muchas hermanas de los caídos estuvieron presentes en este viaje en donde 90 placas ya tenían los nombres de los soldados identificados (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Rosarios bendecidos en las cruces de Malvinas (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Detrás, Norma Di Moto, hermano del soldado Celso Alegre. Viajó desde el Chaco junto a su hija Gladys. El padre de la familia toba tuvo siempre en su casa una bandera argentina en honor al héroe de Malvinas. Delante, la familia Zerralayán sigue la ceremonia religiosa
Llanto y dolor.Los jóvenes de las familias de Malvinas no olvidan ni por un instante a aquel hermano mayor que partió a la guerra para no volver (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Norma Gómez y el abrazo con Sonia Cárcamo, madre del soldado José Honorio Ortega (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
En cada cruz se pusieron flores blancas, amarillas y solo algunas rojas. de todas ellas colgaban rosarios de colores (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
El padre del soldado Ricardo Andrés Austin, de Tecka, Esquel Chubut. Desde el frente le envió varias cartas a su madre Celinda, donde le contaba lo orgulloso que estaba por defender la Patria. El 28 de mayo de 1982, durante el combate de Pradera del ganso, fue alcanzado por artillería británica (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Adrián Werthein, presidente del Congreso Judío Lationoamericano y Daniel Hadad en un día histórico en las islas
Padres y madres de soldados viajaron juntos, alguno luego de muchos años de no volar a las islas (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
La causa por la identificación comenzó en 2008 cuando el veterano Julio Aro le contó al coronel Cardozo su deseo de ayudar a las madres que buscaban saber dónde estaban sus hijos. El oficial británico le entregó el documento que había realizado cuando el Reino Unido le encomendó recoger los cuerpos enterrados en los campos de batalla y darles digna sepultura. Y ese informe fue fundamental
Norma Di Moto, hermana de Celso Alegre, soldado chaqueño: “Mi mamá no quiso venir, ella quiere seguir imaginando a su hijo como el día que se fue a la guerra” (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
La ceremonia se hizo respetando y comprendiendo el tiempo que los familiares necesitaban para estar solos frente a las tumbas de sus seres queridos (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
En Darwin todos juntos rezaron un padre nuestro y luego se encomendaron a la Virgen con Dios te salve, María (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
“No se inquieten. Crean en Dios y también crean en mí…”, el padre Eguía Seguí leyó la Liturgia de la Palabra mientras las familias permanecían cerca de las cruces de sus seres amados (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Nélida Echave recuerda a su hijo Horacio: “El tiempo no pasa cuando las heridas no cierran. Para mí es como si hubiese sido ayer. Yo siento la presencia de mi hijo cada día de mi vida” (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
“Este trabajo que me tocó es el más maravilloso de mi vida. Frente a las imágenes de desolación de las islas, va a perdurar en mí la imagen del cementerio colmado y al que hoy se llenó de vida. El Estado ha saldado una deuda de indiferencia con los combatientes y con sus familias después de 35 años”, dijo Claudio Avruj (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Cada familia cuidó que su cruz tuviera nuevos rosarios, más flores, algunas fotos. Hubo llanto pero también alegría y paz cuando encontraron los nombres escritos en las placas: “Ya no tenemos que seguir buscándolo”, coincidieron (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Sonia Cárcamo de Ortega, mamá de José Honorio Ortega, fue una de las primeras en querer la identificación de su hijo cuando Julio Aro la visitó en Río Gallegos: “Hoy , al sentarme frente a su tumba, por primera vez sentí paz y tranquilidad” (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Las fotos de los seres queridos, muchas de ellas protegidas por bolsitas de plástico, se colocaron al pie de cada cruz (Foto: Presidencia de la Nación/Secretaria DDHH/ Víctor Bugge)
Gaby Cociffi, directora editorial de Infobae, viajó invitada especialmente por los familiares de los caídos en Malvinas, por su trabajo en el proyecto humanitario por la identificación de los soldados

Más sobre este tema