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Los líderes empresariales están entusiasmados con la promesa de la IA en el lugar de trabajo. Tiene el potencial de eliminar casi por completo el trabajo administrativo y aumentar drásticamente la productividad, si tan solo consiguieran que sus propios trabajadores se unieran a ella.
Según un nuevo informe de Slack, una plataforma de comunicaciones basada en la nube, un asombroso 96% de los ejecutivos considera urgente integrar la IA en sus operaciones empresariales.
Esto supone un aumento de siete veces desde septiembre de 2023, y la proporción de ejecutivos que pretenden incorporar la nueva tecnología en los próximos 18 meses aumentó del 5% al 35% en ese mismo periodo de tiempo. De hecho, averiguar cómo implementar la IA en sus propias plantillas superó a otras preocupaciones de los ejecutivos, como la inflación o la economía.
“No me sorprende que la urgencia haya aumentado tanto en los últimos seis meses”, explica a Fortune Christina Janzer, directora de Slack Workforce Labs, la filial de investigación de la empresa. “Hay mucho revuelo y entusiasmo. Ya estamos viendo que la IA puede hacer que los trabajadores sean más productivos”.
Pero ese entusiasmo de los directivos no se corresponde con el ritmo al que sus empleados están aprendiendo realmente la nueva tecnología. Según el informe, más de dos tercios de los empleados de oficina afirman no haber utilizado nunca la IA en su trabajo, y hay varios factores que contribuyen a este abismo.
A los empleados les preocupa la privacidad y la seguridad de los datos, como poner en peligro la información de los clientes o ser vigilados durante las horas de trabajo. Pero lo que más frena a los empleados es su desconfianza en la calidad y precisión de la nueva tecnología.
Según el informe, sólo el 7% de los trabajadores de oficina cree que los resultados de la IA son totalmente fiables para ayudarles en tareas relacionadas con el trabajo, y el 35% considera que los resultados son sólo ligeramente fiables o no son creíbles en absoluto. Y sus temores pueden estar justificados: algunas herramientas no estaban en una buena posición para ser presentadas a los usuarios, y difundieron desinformación o lenguaje perjudicial que no hizo sino aumentar las dudas sobre la fiabilidad de la IA.
Janzer también atribuye la resistencia de los trabajadores y la falta de experiencia con las herramientas a la incapacidad de las empresas para aplicar estrategias significativas de IA y formar a sus trabajadores. Esa falta de formación ha contribuido a la falta de confianza.
“Esto es un gran recordatorio de que no se puede introducir una nueva tecnología y esperar ver los beneficios de la productividad de inmediato. Los empresarios tienen que trabajar para que la IA funcione”, afirma. “Si no se tiene la formación adecuada para entender qué es la IA, cómo funciona y de dónde vienen estos datos, es realmente difícil desarrollar la confianza en la herramienta”.
El informe señala que los trabajadores que han recibido formación sobre esta tecnología tienen siete veces más probabilidades de confiar en los resultados.
Para fomentar una mayor adopción de la IA entre los trabajadores, Janzer afirma que los ejecutivos deben establecer políticas claras sobre la IA, crear un espacio seguro para los usuarios principiantes, formar a los empleados en el uso de las herramientas y fomentar la confianza entre empleador y empleado en que la tecnología no les sustituirá.
“Nuestro mensaje a los empresarios es: empiecen por la formación”, afirma. “Eso es lo que va a permitir que su fuerza de trabajo sea realmente mucho más eficaz, confíe en la IA y, en última instancia, sea productiva”.
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