La IA permite generar música en segundos: los artistas están al límite y los debates éticos aumentaron

Frente a las innovaciones de la inteligencia artificial, la industria debe establecer normas éticas que permitan coexistir a ambas partes

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(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

El rápido avance de la inteligencia artificial está reconfigurando la industria musical de una forma que nunca creímos posible. Desde la clonación de la voz de un artista a través de sencillas interfaces web hasta la generación de composiciones totalmente nuevas en cuestión de segundos a partir de un simple texto, la IA está ampliando los límites de la creatividad y desafiando nuestra concepción de la autoría y la propiedad, y los músicos están denunciando que esta tecnología vulnera sus derechos.

Mientras nos encontramos en el precipicio de este cambio revolucionario, es crucial que consideremos las implicaciones éticas de estas poderosas herramientas.

Aunque es fácil dejarse llevar por la emoción de la música generada por la IA que circula por Internet, el verdadero trabajo de crear una tecnología ética tiene lugar entre bastidores, en lo más profundo de la cadena de suministro de la inteligencia artificial.

En el centro de este proceso se encuentra la creación de conjuntos de datos masivos, meticulosamente etiquetados y anotados, que sirven de base para el entrenamiento de los modelos de IA. Las grabaciones, las composiciones y los metadatos que componen estos conjuntos de datos son la clave para liberar el potencial de la tecnología generativa y garantizar al mismo tiempo la justicia y el respeto a los creadores y propietarios de derechos de autor que dan vida a la música que tanto apreciamos.

Mientras navegamos por este territorio desconocido, es esencial que abordemos la creación de estos conjuntos de datos con el máximo cuidado y consideración. Debemos hacernos preguntas difíciles sobre la procedencia de los datos que utilizamos, los derechos de los artistas implicados y el impacto potencial en el ecosistema musical. Sólo si nos enfrentamos a estas complejas cuestiones podremos construir un futuro basado en la IA que defienda los valores de la creatividad, la diversidad y la equidad.

El futuro de la música con IA: hacia un compromiso compartido por la innovación y la integridad ética. (Imagen Ilustrativa Infobae)
El futuro de la música con IA: hacia un compromiso compartido por la innovación y la integridad ética. (Imagen Ilustrativa Infobae)

La calidad importa

La creación de una IA musical sólida y fiable requiere una gran cantidad de datos de alta calidad: estamos hablando de cientos de miles a millones de pistas que comprenden decenas de miles de horas, incluida una amplia gama de instrumentos solistas y archivos MIDI.

La tentación de tomar atajos extrayendo audio de diversas fuentes en línea es comprensible, pero este enfoque corre el riesgo de vulnerar los derechos de los artistas y los titulares de los derechos de autor y diezmar el valor de los derechos de autor musicales.

Incluso los “conjuntos de datos abiertos” que afirman estar compuestos en su totalidad por material de dominio público o Creative Commons contienen a menudo obras protegidas por derechos de autor, lo que crea un panorama turbio en el que no están claros los orígenes y permisos de los datos.

Para construir una IA verdaderamente ética, debemos dar prioridad a la concesión de licencias adecuadas y a la colaboración entre los desarrolladores y los propietarios de los derechos de autor. Trabajando codo con codo con los titulares de los derechos y los artistas, podemos crear conjuntos de datos de entrenamiento que respeten los derechos de propiedad intelectual y garantizar que los creadores reciban una compensación justa por sus contribuciones.

Este enfoque requiere una importante inversión de tiempo y recursos, pero es la única forma de garantizar la integridad y sostenibilidad del ecosistema musical de la IA.

Imaginemos un futuro en el que las empresas de inteligencia artificial y la industria musical forjen alianzas basadas en la confianza, la transparencia y el respeto mutuo, en el que las plataformas musicales de IA funcionen como proveedores de servicios digitales (DSP) del mismo modo que lo hacen hoy Spotify y similares.

Trabajando juntos para crear conjuntos de datos de alta calidad y de origen ético, podemos liberar todo el potencial de la IA, salvaguardando al mismo tiempo los derechos y los medios de vida de los artistas que lo hacen posible. Es un reto, pero debemos aceptarlo si queremos construir un futuro en el que la creatividad y la tecnología puedan prosperar juntas.

Metadatos precisos y éticos: el alma de una tecnología musical justa y respetuosa. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Metadatos precisos y éticos: el alma de una tecnología musical justa y respetuosa. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los metadatos importan: anotaciones y transcripciones

Una vez conseguida una amplia colección de grabaciones de origen ético, empieza el verdadero trabajo. Cada pista debe someterse a un riguroso proceso de anotación y transcripción, llevado a cabo por un equipo de expertos musicales altamente cualificados.

Esto implica documentar todos los aspectos de la composición, desde el tempo y la tonalidad hasta la instrumentación, los estados de ánimo y las progresiones de acordes. Las principales empresas del sector de la música con inteligencia artificial dedican importantes recursos a proporcionar un nivel de detalle sin precedentes de millones de grabaciones y composiciones.

Estos metadatos son la savia de los modelos de IA, ya que les permiten identificar patrones, aprender de las complejidades de la creatividad humana y generar obras novedosas que amplían los límites de lo posible. Cuanto más completos y precisos sean los metadatos, más sofisticados y matizados serán los resultados de la inteligencia artificial.

Sin embargo, la importancia de este proceso va mucho más allá de la creación de música atractiva: se trata de mantener nuestra responsabilidad con los titulares de los derechos que hacen que todo esto sea posible.

Al invertir en la creación meticulosa de metadatos, las empresas no sólo mejoran la calidad de sus modelos de IA, sino que también demuestran su compromiso con el respeto de los derechos de propiedad intelectual de artistas y creadores. Estos metadatos proporcionan un registro claro y transparente de los orígenes y la propiedad de cada pieza musical y garantizan la precisión musical de los datos introducidos en el modelo.

Al dar prioridad a la creación de metadatos detallados, precisos y de origen ético, se sientan las bases de un ecosistema musical de IA más equitativo y sostenible.

La construcción de una base ética para la música generada por IA: un reto crucial para la industria. (Imagen Ilustrativa Infobae)
La construcción de una base ética para la música generada por IA: un reto crucial para la industria. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Comercialización: licencias e indemnizaciones

Con un conjunto de datos de origen ético y meticulosamente anotados en la mano, los desarrolladores de música de IA están bien posicionados para crear productos innovadores. Sin embargo, antes de lanzar sus ofertas de música generada por IA, deben asegurarse de que disponen de las licencias comerciales necesarias.

En la actualidad, muchos desarrolladores de IA toman un atajo basándose en el uso justo o en reclamaciones de dominio público, asumiendo que su uso de material protegido por derechos de autor entra dentro de estas excepciones legales. Sin embargo, este enfoque suele ser erróneo y puede dar lugar a litigios. El uso legítimo es una doctrina compleja y específica para cada caso, y reclamar su protección sin un análisis jurídico exhaustivo es una propuesta arriesgada.

Para evitar estos escollos, los desarrolladores de IA deben dar prioridad a la obtención de licencias comerciales adecuadas para la música que utilizan en sus conjuntos de datos de entrenamiento.

Este proceso implica ponerse en contacto con los titulares de los derechos, negociar las condiciones y garantizar que todas las partes reciban una compensación justa por sus contribuciones. Aunque pueda parecer una tarea desalentadora, es esencial para generar confianza y fomentar colaboraciones a largo plazo con la industria musical, por no mencionar que permite un acceso continuo a datos de entrenamiento de alta calidad.

Las empresas de IA con visión de futuro están adoptando un enfoque proactivo de la concesión de licencias mediante la colaboración con los titulares de los derechos musicales en las primeras fases del proceso de desarrollo. Al establecer líneas abiertas de comunicación y trabajar juntas para crear acuerdos de licencia mutuamente beneficiosos, estas empresas están sentando las bases para un ecosistema musical de tecnología generativa más sostenible y equitativa.

Además de asegurarse las licencias necesarias, los desarrolladores de IA también deben tener en cuenta las cláusulas de indemnización y los requisitos de seguro contra errores y omisiones en sus acuerdos con los titulares de los derechos. Estas cláusulas proporcionan protección frente a posibles demandas legales derivadas del uso de material bajo licencia, ofreciendo tranquilidad tanto a la empresa de IA como a los socios de la industria musical.

A medida que evoluciona el panorama musical de la inteligencia artificial, es crucial que los desarrolladores den prioridad a las prácticas éticas de concesión de licencias y colaboren estrechamente con la industria musical. Al hacerlo, no solo mitigan los riesgos legales, sino que también contribuyen a un futuro en el que la IA y la creatividad humana pueden coexistir y prosperar, desbloqueando nuevas oportunidades para la innovación y la expresión artística.

Inteligencia artificial en la música: un horizonte de posibilidades y controversias. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Inteligencia artificial en la música: un horizonte de posibilidades y controversias. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El futuro de la música con IA: establecer normas éticas

La música con IA está aquí para quedarse, y la industria se enfrenta a decisiones críticas que darán forma a su trayectoria. Aunque puede que no sea factible volver a conceder retroactivamente licencias para cada pista de los conjuntos de datos existentes, tenemos el poder de establecer normas éticas y cimentar un marco de concesión de licencias que beneficie a todas las partes interesadas de cara al futuro.

Es crucial que las empresas del sector de la música con IA tomen la iniciativa para impulsar esta solución. Al dar prioridad a la “ética de los conjuntos de datos” desde el principio, los desarrolladores de modelos musicales de inteligencia artificial pueden desempeñar un papel fundamental en la construcción de un ecosistema que respete a los creadores, recompense la innovación y defienda la integridad de la forma de arte que todos apreciamos.

Este compromiso con las prácticas éticas implica un enfoque polifacético. En primer lugar, requiere una dedicación a la obtención de datos de formación a través de los canales de concesión de licencias adecuados, garantizando que los titulares de los derechos reciban una compensación justa por sus contribuciones. Además, requiere la creación de sólidos marcos de metadatos que proporcionen transparencia y atribución de la música utilizada en los conjuntos de datos de IA.

Más allá de estas consideraciones técnicas, el establecimiento de normas éticas para la música de IA también exige una colaboración activa y un diálogo abierto entre las empresas de inteligencia artificial y la industria musical. Trabajando juntos para desarrollar modelos equitativos de concesión de licencias y establecer las mejores prácticas, podemos fomentar un espíritu de confianza y respeto mutuo que sirva de base para un próspero ecosistema de música de IA.

El futuro de la música se despliega ante nuestros ojos y las decisiones que tomemos hoy repercutirán durante décadas. Como industria, tenemos la oportunidad -y la responsabilidad- de garantizar que este futuro se construya sobre una base ética, justa y respetuosa.

(C) 2024, Fortune

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