The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, la aventura más prometedora del año

Nintendo ha desplegado todo su potencial en la secuela de Breath of the Wild

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El juego ampliará el mapa
El juego ampliará el mapa con un diseño más vertical.

Es normal que los gamers esperemos los nuevos lanzamientos de videojuegos AAA -de alto presupuesto- con muchas ansias. Normalmente, una vez que salen al mercado y entran en contacto con nuestras consolas o PC, ese hype (si el juego es bueno) se mantiene por algunos días o bien por lo que dure la experiencia. En redes sociales sucede lo mismo, estamos todos hablando, debatiendo o generando opiniones sobre los títulos del momento, hasta que de pronto pasan a un segundo plano recién hasta la época de premiaciones anuales. No obstante, hay ciertos productos que no son tan pasajeros y aun después de meses continúan en la charla diaria; sin ir muy lejos, Elden Ring fue uno de esos que nos dio para conversar largo y tendido por casi todo 2022. Hoy, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom apunta a tomar la posta de este 2023.

Antes de meternos de lleno en la última entrega, hagamos un repaso de la saga para ponernos en contexto. Esta serie fue creada por los diseñadores japoneses Shigeru Miyamoto y Takashi Tezuka y ha sido siempre desarrollada por Nintendo. El primero de esta longeva colección comienza con The Legend of Zelda, el 21 de febrero de 1986. Este puntapié inicial nos transporta al reino Hyrule y nos pone en la piel de Link, cuyo objetivo es rescatar a la princesa Zelda. Para la industria, este producto significó una revolución, pues se introdujeron conceptos totalmente innovadores para el entretenimiento, como la exploración, el camino del héroe y el descubrimiento de secretos.

Podríamos redactar un tomo de enciclopedia acerca de todos los juegos que ha tenido la saga y su impacto en este rubro. Es de público conocimiento que la gran mayoría han sido proyectos “redondos”, con puntajes de la crítica -tanto especializada, como de la comunidad- que llegaron a los valores más altos. Pero como todo en la vida, nada es perfecto. Algunos de los juegos han tenido espacios de mejora en ciertos aspectos, pero es innegable que su legado es de los más importantes de toda la historia. La innovación no quedó en los primeros de la serie, sino que a lo largo de sus diferentes ediciones hemos visto a Nintendo patear el tablero decenas de veces. Por ejemplo, para todo lo que implica game design, las mecánicas de viajes en el tiempo introducidas en Ocarina of Time o la concepción de libertad impuesta en Breath of the Wild, son simplemente algunas de las maravillas con las que han deslumbrado a la audiencia.

Es innumerable la cantidad de videojuegos que se han influenciado por Zelda. Recientemente hemos visto premiados títulos como Tunic o Death’s Door que tomaron de base muchos de los elementos de la obra de Miyamoto y los rediseñaron para ofrecer vivencias atractivas para el público. Si recorremos un backlog más antiguo, titanes como Final Fantasy también comparten cierta poesía con estas obras. Durante estas casi cuatro décadas que tiene de vida, la saga protagonizada por Link ha plasmado estándares de calidad para la narración en los cuentos de los videojuegos y ha contribuido notablemente en el crecimiento de la propia Nintendo.

El 12 de mayo de 2023 se habilitó al mundo Tears of the Kingdom, secuela directa de Breath of the Wild, GOTY del 2017. En esta edición volvemos a visitar las tierras de Hyrule, pero con una verticalidad y amplitud nunca antes vistas. Desde FiRe Infobae ya hemos tenido la oportunidad de analizarlo de forma completa, por lo que hablaremos de sus aristas principales sin spoilearles nada.

Dado que no queremos arruinarles la sorpresa, solo vamos a decirles que la historia es un auténtico misterio que va a mantenerte pegado a la consola. Al iniciar la partida y tal como se ha visto en los tráilers, Link comienza un viaje en pos de enfrentarse a las fuerzas malignas que azotan el reino, reencontrarse con la princesa Zelda que ha desaparecido y hacer todo a su alcance para recobrar la paz. Hay interacción con un listado enorme de personajes, tanto buenos como malos, y algunos intermedios que dependen de la moralidad de cada gamer; también aparecen caras conocidas de la obra anterior. Ganondorf, ícono de la cultura pop, vuelve a ser el villano de esta entrega. Hay alrededor de 20 misiones primarias que componen el arco principal; todas ellas nos sugieren investigar, explorar campos y pueblos, y recolectar las famosas lágrimas. Estas últimas son la llave maestra y quizás lo más valioso del plot principal.

El gameplay del videojuego previo había sido uno de los aspectos más celebrados por todos y, hasta este año, nos resultaba muy extraño pensar que se podría inventar con todas las posibilidades que en Breath of the Wild ya se brindaban. Ingeniosamente y para el beneficio de todos, Nintendo ha vuelto a superarse a sí misma. La jugabilidad de Tears of the Kingdom adopta lo mejor del antecesor y engrandece la experiencia. El pilar que evidencia esta premisa son las nuevas habilidades especiales que se incorporan, como la Ultramano, Infiltración, Retroceso o Combinación, entre otras, que desatan un sinfín de opciones para los gamers. Hay miles de puzzles o desafíos a lo largo y ancho de este Hyrule corrompido por la oscuridad, pero con todas estas skills fabulosas, la estadía por esos lugares es diversión cien por ciento asegurada. Más allá de esto, todas las otras micro-dinámicas como cocinar, craftear, etc., simplemente aportan su grano de arena en la perfección de esta gema.

El combate acá es magistral. Está plagado de enemigos de lo más variados, entre ellos algunos conocidos como los Bokoblins, Moblins, Hinox, Lizalfos, Octoroks, Talus de piedra y más. En esta ocasión, las armas vuelven a romperse con frecuencia y debemos tener en cuenta que cada uno de los bichos o mini jefes tienen sus fortalezas y debilidades. Aquí es donde entra el rol de la creatividad de cada usuario. Algunos de los recursos que más han acompañado nuestro viaje fueron los martillos primitivos, las hachas largas, las bolas de metales con pinches y, por sobre todas, las armas Zonnan + artilugios Zonnan, este material ancestral lo necesitamos para las herramientas hostiles y además para crear globos aerostáticos, turbinas y demás objetos que consumen energía.

A nivel técnico, este es el ejemplo perfecto para mostrar en todos los equipos de desarrollo del mundo. Tears of the Kingdom es un gigante diseñado para una consola que ya tiene seis años de vida. Lejos de mostrar gráficos humanamente realistas, todo el apartado de ilustración digital, efectos especiales, sonido y dirección de arte general son básicamente asombrosos y un exquisito deleite para todos los sentidos. Si lo comparamos con Breath of the Wild, ha aumentado la resolución en el modo dockeado y mantiene los 720p en modo portátil.

Particularmente, me ha tomado 48 horas terminar la historia principal, aunque estoy a años luz de culminar con todas las actividades que tiene para ofrecernos. El caudal de cosas para hacer en Tears of the Kingdom es elevadísimo y todo a causa de su vasto mundo que ya no queda únicamente en la superficie del terreno, sino en las cuevas y cielos de Hyrule. Cada paso que hacemos en tierra tiene algo para ofrecernos: rápidamente se me vienen a la mente los ejemplos de las zonas de Lanayru Bay, Rospro Pass y Lookout Landing, que están llenas de secretos ocultos y mini desafíos que capturan nuestra atención. Para el caso de las islas flotantes, pueden perderse por mucho tiempo resolviendo espectaculares acertijos y recogiendo tesoros. Hay 152 shrines -o mazmorras- para superar, 120 distribuidos en zonas bajas y 32 en las alturas.

Mi veredicto resulta bastante evidente y es que este proyecto es el más glorioso que he analizado en los últimos años. Siendo absolutamente honesto, me cuesta mucho encontrarle puntos negativos a esta pieza de arte digital. La maestría que se ha desplegado en este juego está más allá de los límites y ha instaurado una nueva marca. Sin ningún tipo de duda, es uno de los candidatos más fuertes a ganar el Game of the Year en todas las ceremonias del 2023. Así como ya lo ha expresado una gran cantidad de gamers por doquier, The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom consiguió entrar cómodamente en mi podio personal de videojuegos favoritos de todos los tiempos. Me parece irreal que con una tableta tan ínfima como lo es la Switch podamos vivir este viaje tan único que nos une con la naturaleza de un mundo lleno de emoción, personajes extraordinarios y andanzas que recordaremos por siempre.

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