Todos los que respiramos videojuegos y hemos consumido esports sabemos quién es Gonzalo Martín García. Pero para quienes acaban de desembarcar en este maravilloso mundo, es el Ceo y fundador de Furious Gaming, uno de los equipos más importantes de Argentina. Su amor por los videojuegos comenzó a los 16 años, cuando sus padres le regalaron un clásico de estrategia, Starcraft. El fanatismo creció en su interior mientras entraba poco a poco en el ambiente competitivo, durante su estadía en la comunidad de este juego y tiempo después decidió dejar de jugar. Pero toda esa energía y ese amor se enfocaron en profesionalizarla e intentar convertirla en un equipo.
Repartió su tiempo entre la ardua labor de sistemas en una importante petrolera y su amor por Furious, hasta que llegó el tiempo de decidir. Ambos proyectos necesitaban de toda su energía, y por esta razón Gonzalo decidió dejar su trabajo para dedicarse completamente a los esports. De esta manera, formalizó su amor de más de una década por la Calavera, y dió un paso más hacia su sueño de afianzarla como un equipo de proyección internacional. Conozcamos un poco más a Gonzalo García, un emprendedor con todas las letras.
—¿Cómo eras de chico?
—Cuando yo era chico arranque con los videojuegos, los monitores eran con tubo y las pantallas blanco y negro jugando al Prince of Persia. Después me fui metiendo en otros juegos especialmente en el Starcraft, ahí empecé a tomarle cariño al gaming. Me escondía para jugarlo, en esa época había dial up o sea que cuando me conectaba no estaba disponible el teléfono de línea y lo hacía cuando mi papá estaba dando clases en la escuela nocturna que era entre las 8 y las diez de la noche.
—¿Cómo te fuiste armando hasta llegar a hoy?
—Esto que soy hoy, dueño de Furious Gaming, lo fui forjando a lo largo de 11 años de prueba y error, de golpearme la cabeza contra la pared e ir ajustando para que estén bien. Aprendiendo de mis errores, viendo como era el mercado, y fundamentalmente tratando de ser más que un equipo argentino, uno latino. Hoy quiero un equipo global.
—¿Cuando te diste cuenta que eras un CEO?
—Hace poco, dos o tres años, con la carga de trabajo que me estaba generando. Me di cuenta que Furious no era un grupo de amigos jugando al Starcraft como en un comienzo, ni un equipo semi profesional. Éramos un equipo profesional que generaba puestos de trabajo y noté una responsabilidad sobre mi espalda. Decidí dejar mi trabajo bajo relación de dependencia donde tenía un muy buen rol para dedicarme tiempo completo a desarrollar Furious.
—¿Qué hacías antes de Furious?
—Trabajaba en una petrolera privada, mi último rol dentro de la empresa fue lidiar con problemas de sistemas que impactan de manera directa en los negocios. Iban desde falta de conexión de red en una plataforma marítima, hasta un incendio en una planta que había afectado el sistema.
—¿Cuál fue el disparador que te hizo dejar eso?
—Una combinación de responsabilidades. En la petrolera tenía una carga de trabajo muy importante, eso me hacía dormir muy poco y sumado a lo que hacía ya para Furious, además debía ocuparme de los que habían invertido en el equipo, lo que implicaba que me dedicara más horas al equipo de esports. Ahí hice un click porque me di cuenta que los dos trabajos requerían mucho de mi. En un momento de quiebre tuve que tomar la decisión que fuera un trabajo o el otro, y me quedé con Furious.
—¿Te imaginaste este presente?
—Nunca pensé que podíamos llegar a esto de hoy en día, sabía que quería profesionalizar un equipo y me decidí a hacerlo. Por mi forma de ser, fui poniendo objetivos cada vez más ambiciosos porque me di cuenta que podía generar ingresos, me propuse regionalizarla y hoy quiero que sea global. Creo que es el camino a recorrer para ser una de las mejores organizaciones de esports a nivel mundial.
—¿Qué cosas cambiaste para que Furious fuera profesional?
—Muchas. Es difícil mencionar todas, pero te puedo contar que las primeras personas que comenzaron a trabajar en el equipo eran conocidos míos, amigos básicamente. Me di cuenta que todos los que estábamos en esa tarea, nos teníamos que profesionalizar así que hubo que encarar un cambio de mentalidad para llegar al objetivo. En cuanto a lo personal, es un proceso que llevó tiempo, de ser un equipo jóven a ser una empresa, ese fue el cambio más importante. Tuve que aprender a enfrentar y solucionar los problemas que iban sucediendo, y hoy creo que soy un poco más correcto en la manera que me expreso al dar opinión. Hay veces que tengo algún que otro problema, porque soy muy directo. Hoy soy más profesional e intento que todos los que me rodean en el equipo lo sean, porque eso es lo que más nos ayudó a crecer en estos 11 años.
—¿Qué significó para vos recibir el premio Crack?
-Un mimo a estos años de trabajo, lo dije cuando lo recibí, esto es consecuencia de muchos años de trabajo en donde cada uno de los que estamos trabajando aportamos nuestro grano de arena para que a Furious le vaya mejor. Personalmente no soy de los que le prestan demasiada atención a los premios, si los considero una herramienta de motivación, es una buena forma de validar el trabajo de 11 años. El premio logra que sepamos cual es el camino que recorrimos y adonde llegamos para que no perdamos el rumbo.
—¿Quién te entregó el premio y que significó para vos?
—Me lo entregó Facundo Calabró (Kala), nos conocemos hace años, los dos venimos del mismo palo, es un tipo que siempre me motivó a competir, porque siempre hubo una competencia entre Isurus y Furious. Kala es un tipo al que respeto mucho porque viene desde abajo como yo, hace mucho tiempo trabajamos de esto.
—¿Con que se motivan?
—Imaginate, hace unos años nos entusiasmaba el hecho de ver 100 personas en un evento. Hoy a algunos van casi 10 mil y esto valida todos los años de esfuerzo hecho en conjunto con el equipo.
—¿Cambiarías algo?
—Con el diario del lunes probablemente cambiaría algunas cosas, pero la realidad es que las decisiones que tomé, fueron las que tenía a mano con los elementos con los que contaba, así que no me arrepiento demasiado.
—¿Cuáles son los planes a futuro?
—Es un año difícil por eso decidimos consolidar todo lo que tenemos y cuando el mercado se acomode, un poco retomar el sendero de crecimiento que venimos teniendo. El objetivo como empresa de esports es crecer y además de estar en Argentina y México, poner un pie en los Estados Unidos o en Europa.
—¿Extrañas algo?
—Debo reconocer que hay días que extraño llegar a la oficina, compartir un mate con bizcochos con mis compañeros y llegar a casa sin tanta presión en la espalda. Pero también considero que eso limita el crecimiento, y después de pensarlo un poco más, me gusta llegar también con las presiones que me genera Furious.
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