Storyteller, una historia que tardó 15 años en encontrar su final feliz

Es la obra maestra de Daniel Benmergui, el argentino que dejó todo para desarrollar videojuegos. Un juego corto pero plagado de buenas historias y con mucho ingenio

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Edgar conoce a Leonora y se enamoran. Pero esa felicidad dura muy poco, porque la tragedia lo alcanza y muy pronto se encuentra llorando desconsolado. Leonora descansa en paz bajo una fría lápida y el corazón se le parte de tristeza. Tal vez este amor fue lo que hizo que ella resucitara como si de un pasaje bíblico se tratara. Es así como descubrió que también su amado había abandonado este mundo terrenal, por la angustia y el desconsuelo. ¿Pero cómo hacer que ambos vuelvan a reunirse para que esos dos corazones rotos puedan recuperarse? Esta es nuestra labor en Storyteller, la ingeniosa propuesta del argentino Daniel Benmergui.

Pero retrocedamos un poco en el tiempo para conocer algo de la historia de su creador. Daniel trabajó en relación de dependencia durante 10 años, y renunció para cumplir su sueño: desarrollar videojuegos. El plan era hacer juegos que le gustaran, sin tener que obedecer a un jefe o a los caprichos de un estudio. Quería hacer los juegos que él mismo jugaría, para que la gente los disfrute. Su primer paso fue en una época dorada para los juegos indie, porque muchos títulos generados por una o dos personas lograban captar la atención del público. Esto era un sueño hecho realidad para sus creadores, que recibían todo el crédito y el beneficio. Rápidamente, Daniel generó revuelo con dos juegos chicos, que él definió como “artísticos”. Estos dos intentos fueron parte de una búsqueda por encontrar un estilo y una identidad dentro de la industria.

Benmergui pasó de ser un desconocido a convertirse en la gran promesa como desarrollador. Pero necesitaba su gran consagración, y su obra maestra es Storyteller. Claro que la vida no es un cuento, y las cosas nunca fueron fáciles para Daniel, que empezó en el año 2008 con el “tortuoso” proceso de desarrollo. Durante este tiempo obtuvo reconocimiento, premios, y se abrieron muchas puertas, pero esto también se convirtió en una pesadilla producto de su autoexigencia. El 23 de marzo, después de 15 interminables años, Storyteller sale a la venta con una ingeniosa propuesta maravillosamente ejecutada, bajo la atenta supervisión de Annapurna Interactive.

¿Pero qué hace a este juego tan diferente? Con un estilo cartoon y animaciones sencillas pero efectivas, nuestra tarea es la de crear una historia en las páginas de un libro. Cada hoja de este pequeño libro está vacía e inspirados por el título, tenemos que crear historias utilizando los elementos que nos ofrecen. Al principio son historias sencillas que se resuelven rápidamente y en 3 cuadros, pero las cosas se van complicando con intrincados culebrones de 6 cuadros, más acciones y hasta 4 personajes.

Como un gran libro, sus 13 capítulos y 51 historias pueden sonar a mucho, pero la propuesta es tan interesante y adictiva que terminamos devorándolas en 2 o 3 horas. A comparación del tiempo que le llevó a Benmergui completar su obra magna, Storyteller nos deja con sabor a poco, pero nos consuela el saber que pronto vendrán nuevas historias.

¿Pero por qué fue tan complicado el desarrollo? No es sencillo crear un motor de historias, y esto fue lo que más tiempo llevó construir. Cada cuento tiene reglas y estas se aplican al escenario o los personajes que interactúan de una manera lógica. Si arrastramos a uno de ellos a una Boda, inmediatamente se enamora de la otra persona hasta el fin de los tiempos o que la muerte los separe. Pero si ocurre algo que los hace enemistarse antes, su conducta se modifica y ya no se enamoran a primera vista. Todas las escenas pueden además cambiarse de lugar y esto también altera inmediatamente el comportamiento de todos cambiando la historia por completo.

Estas interacciones pueden resultar sencillas pero son verdaderamente complejas, porque además cada uno de los personajes tiene un carácter que influye en la toma de decisiones. Algunos de ellos son sumisos y jamás traicionarían o matarían a alguien, pero otros no lo dudan ni por un instante si se les da la oportunidad. Todas estas herramientas están a nuestra disposición para alterar los elementos y cumplir con el camino indicado en el título y algunos de ellos representan un verdadero desafío. Imaginense explicando con acciones limitadas y 6 cuadros que alguien está liquidando a su tío.

Una vez que entendemos la mecánica podría resultar monótono o repetitivo, pero para cuando esta sensación puede aparecer, Storyteller llega a su fin. La variedad de historias, personajes y combinaciones lo convierten en un juego tremendamente adictivo. Tal y como ocurre con un buen libro, es imposible abandonarlo o dejarlo para después.

Cada una de las páginas está exquisitamente ilustrada, animada sencillamente, con su propia banda sonora y basándose en relatos clásicos. Desde Adán y Eva, hasta Drácula, Mina y el Dr Van Helsing, pasando por Blanca Nieves, Romeo y Julieta o Sherlock Holmes. Storyteller nos propone un viaje en el que nosotros escribimos cada cuento, probando las opciones más descabelladas y desopilantes. Podríamos hablar durante horas sobre cada una de las páginas de esta ingeniosa propuesta, pero esto es recorrer el peligroso camino del spoiler y quitarles el privilegio de sorprenderse con cada una de ellas. Storyteller es un viaje corto a comparación de los 15 años que le llevó a su creador completar la obra. Pero lo bueno si es breve es dos veces bueno, y esperamos ansiosos nuevas historias para engrosar las páginas de este maravilloso libro.

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