Natalí Doreski, la ex leona que fundó un club de esports

Fundadora también de una agencia de marketing, logró conectar a los deportes tradicionales con los deportes electrónicos

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Es ex Leona, se conoció con su socia jugando al hockey, se hicieron amigas jugando en la primera de Hacoaj, un club de Tigre, provincia de Buenos Aires. Después sus vidas tomaron diferentes caminos. Con el tiempo, volvieron a encontrarse y crearon un proyecto revolucionario: 5 Yardas, una productora de contenidos de marketing deportivo. Hoy es socia de Diego Schwartzman en el Stone Movistar. Natalí cursó Administración de Empresas en la UBA, integró el seleccionado nacional de hockey durante 8 años; y vivió del hockey profesional en España y Holanda.

Charlamos con la ex Leona que pasó de defender la camiseta argentina a fundar una agencia de marketing y un club de esports

—¿Cómo empezó esra aventura de Cinco Yardas?

—Junto a Corina (Bespresvany), también fundadora de Stone Movistar, nos juntamos porque la realidad que una vez que dejás de hacer un deporte de alto rendimiento, que no jugas más en una selección nacional que es el objetivo máximo que uno tiene, es difícil el día después. Fue un gran desafío saber que podía hacer. Me recibí de licenciada en administración de empresas. Para nosotros los deportistas es espectacular poder competir, estudiar y siempre traté en la vida de conectar con las cosas que me gustan, de ser positiva. Fui una afortunada de poder llegar a lo máximo en el hockey y cuando terminé empecé a buscar dentro de mí que me gustaba hacer. Tenía muy claro lo que no me gustaba. Sabía que tenía que ver con el marketing, pero no el tradicional.

En 2006 se fundó 5 Yardas, una agencia de marketing y productora de eventos y activaciones que refleja no solo su pasión por el deporte. 5 yardas en hockey es la distancia mínima para no hacer infracción, para tener una buena visibilidad de jugadores propios y ajenos, y del campo de juego. También les recordaba lo mucho que disfrutaban de hacer cosas juntas. Tanto es así, que los eventos en su club los desarrollaban y llevaban adelante las dos.

—¿Cómo te decidiste por esto?

—Charlando con un publicista amigo me dijo porque no hacía algo con marketing deportivo. Cuando me detuve a pensar me di cuenta que en 15 años había aprendido un montón de cosas y empecé a tratar de buscar mi forma de ver eso, me asocie con una amiga y fundamos 5 yardas. Desde el principio sabíamos que era lo que no nos gustaba, pero por el otro lado no sabíamos muy bien qué era lo que queríamos hacer. Intentamos hacer un proyecto de agencia generando contenido para marcas conectandolos, el diseño, el entretenimiento, un poco intentando unir las pasiones que nosotros teníamos y no que vayan por separado. Nos preguntamos por qué un proyecto deportivo no puede tener onda no puede ser entretenido, no puede tener diseño, en eso nos enfocamos.

Charlamos con la ex Leona que pasó de defender la camiseta argentina a fundar una agencia de marketing y un club de esports

La primera oficina que tuvieron se la prestó una amiga y allí permanecieron un tiempo hasta que salieron los primeros trabajos

—¿Elegís los clientes?

—Trabajo hace mucho para marcas con las que concuerdo en sus valores, en su forma de ver el mercado, con la filosofía, con el hecho de tratar de innovar. Lo que me encanta de mi trabajo es que siempre arranca con una hoja en blanco y desde ahí cómo logramos realizar experiencias diferenciales para el consumidor también involucrándonos con las redes sociales.

—¿Cómo se produjo tu acercamiento a los esports?

—Soy mamá de tres varones, ahí empecé a acercarme a los esports porque los consumía sin darme cuenta. Es más, en casa soy la administradora de la Play. Empecé a ligar eso con mi trabajo, porque me di cuenta de la manera en que se consumían estos productos y si no le ponemos algo de stream, no van a llegar a esta masa de chicos ávidos de estas cosas. Fuimos a una expo gaming y me di cuenta que estaba pasando algo raro que estaba buenísimo y enseguida a través del Peque (Diego Schwartzman), el Colo (Andrés Schwartzman) formamos un club de esports.

—¿Tu socia compró el proyecto enseguida?

—Corina, puso el grito en el cielo, me dijo “vos estás loca, que tenemos que hacer nosotras que venimos del deporte tradicional con los esports”. Ahí vino el desafío doble de armar un club en donde se unieran los deportes tradicionales con los esports, y toda la filosofía que aprendimos desde el deporte tradicional llevarla a los electrónicos. Hace tres años que lo tenemos y estamos súper contentas, porque es una empresa liderada por chicos muy jóvenes que le ponen permanentemente su impronta.

—¿Qué tienen en común los esports con los deportes tradicionales?

—Que son juegos en equipo, los valores son muy importantes, hay una táctica, una técnica, un director técnico. Tienen diferencias obvias por que en los juegos electrónicos la destreza física no es fundamental. Es mucho más la mental, pero hay que entrenar, tener una rutina y fijarte una meta, o sea tiene más similitudes que diferencias.

—¿Y tus hijos?

Ellos disfrutan de jugar, pero esto los esports para ellos son una manera de relacionarse con sus amigos. Para mis hijos esto pasa más por un tema social, aun, pero no desplaza lo físico que es el deporte que hacen ellos.

—¿Cómo se manejan con el equipo?

—Una organización de esports no es solamente tener un equipo, debe tener además distintos pilares a la hora de llevar adelante una organización. El gran desafío es el multitasking por qué debes saber del juego, de la comunicación y de redes sociales. Por la formación que tenemos, nos gusta dejar conformes a todos los que se acercan hacer para el cliente y el que nos sigue una cobertura 360. Utilizo para Stone, todo lo que aprendí en Cinco Yardas, porque creo que para tener éxito en esto, tenés que ser muy creativo y utilizar todas las armas que tenés a tu alcance.

—¿Y el futuro?

—Estamos con un proyecto para salir del país con Stone que nos absorbe gran cantidad de nuestro tiempo.

La vida de Natalí es un cambio permanente, una transformación constante que la hace unir sus grandes pasiones, el deporte con una especialidad que mantiene una gran parte de los principios con los que la educaron, pero que requiere más mente que destreza física.

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