Cuando la liga profesional Freestyle Master Series, conocida como FMS, irrumpió en la escena argentina había quedado un gran vacío por el final del Quinto Escalón. Esta no era la única competencia, pero sí la más importante que se había desarrollado no sólo en Capital y Gran Buenos Aires sino en toda el habla hispana. De esa primera camada de MCs que participó, Wos salió campeón en 2018 para al año siguiente alejarse notoriamente de las batallas. Trueno se coronó en el tramo 2019 de la liga y eligió retirarse definitivamente. Stuart, ganador de la temporada 2020/2021, rompió con esa costumbre pero ahora Papo, campeón vigente, parece que seguirá los pasos de sus antecesores.
Más allá de las razones individuales de cada uno para tomar distancia del freestyle competitivo (desarrollarse como artistas musicales, dedicarse a la creación de contenido o a la familia) hay un común denominador en todas estas decisiones. Para cada uno de estos improvisadores, parece que algo en competir profesionalmente ya no aporta lo que antes en esta nueva etapa de su vida en la que ya están consagrados con ese título que tanto buscaron.
Los años de esfuerzo dedicados, llevan a que una vez alcanzada esa meta las cosas cambien. En otros casos no, pero si en estos. ¿Qué sucede? ¿Se llega a un tope a la hora de improvisar en primera? En general, los MCs que se retiran de las competencias, no dejan de ejercer el freestyle públicamente. Y tiene sentido que no lo hagan, porque así es lo mucho que los atraviesa esta disciplina. Así sea en determinados pasajes musicales de sus shows, durante un stream o en plena calle, el freestyle lo siguen llevando consigo, pero eligen expresarlo en otros espacios. A veces, en estos contextos hasta implementan la nostálgica “bajar a la plaza” (léase: ir a rapear allí donde todo comenzó, las competencias de plaza).
Este es uno de los berretines más comunes que se suelen tirar entre freestylers nuevos VS, los de más trayectoria. Echarle en cara al contrincante que hace tiempo no participa de esos eventos que son el origen de todo y gracias a los cuales existen las ligas profesionales es moneda corriente en los enfrentamientos de liga. Por lo menos, los de Argentina. ¿Qué da entonces la plaza que otro espacio como la liga profesional no? ¿Por qué hay que “bajar” a la plaza ya estando “arriba”? En la cultura hip hop, estar en contacto con las raíces es muy importante. Mantenerse humilde, recordar de dónde se viene y con quién se recorrió el camino que lo llevó a donde hoy está es clave. Y eso en freestyle competitivo, se traduce en bajar del escenario y subir a la vereda a rapear.
En el último año, vimos a figuras como Tiago PZK y Dani Ribba “bajar” a la DEM Battles en Parque Centenario. Dos ex MCs que apostaron fuerte por la música -el primero siendo uno de los artistas urbanos del momento- pero que no olvidan de dónde vinieron y quieren codearse un poco con los nuevos talentos. Pero esto de “bajar a la plaza” no es exclusivo de los freestylers retirados. No sólo quienes priorizaron otro camino profesional, buscan estar en contacto con el under, lo crudo y lo nuevo de la disciplina.
Existe recientemente el ejemplo de Klan. El campeón nacional de Red Bull 2021 -y a quien justamente apodan “el rey de las plazas”- sorprendió un sábado uniéndose a una fecha de la DEM (la misma que Tiago y Dani) que hoy por hoy domina en la escena de las competencias callejeras de free. Incluso, últimamente se está implementando una modalidad en ciertos eventos mainstream que busca “subirle la plaza” a los propios freestylers de liga. Por ejemplo, desde 2021 la Red Bull viene realizando el llamado Torneo de Plazas, que clasifica a uno de los competidores habitués del under a su prestigiosa Final Internacional. Algo similar hizo la FMS Argentina, que en una de sus jornadas de recuperación -similar a los partidos que se recuperan en el fútbol- eligió una plaza de Munro para disputar abierta y gratuitamente batallas de alto nivel.
Cada vez más las ligas profesionales buscan incorporar su formato a las plazas. Esto termina resultando en un roster más inclusivo, porque suma a los MCs que participan de ese circuito y a la vez en un evento más atractivo para muchas personas, por ser más cercano y bajado a tierra que las fechas en un estadio con entrada paga.
En resumen: en freestyle, la plaza parece terminar siendo el punto donde todo converge. Lo nuevo, lo viejo, lo retirado y lo vigente. Con frecuencia coinciden en un mismo espacio verde para recordarse mutuamente, que todos pertenecen a una misma escena que se mantiene viva gracias a cada uno de ellos. Tal vez la razón por la que los freestylers retirados eligen competir en las plazas, tenga que ver con sentir que no dejaron de ser parte de esa escena. Y la de los competidores vigentes, no olvidarse de dónde vinieron para poder valorar dónde están hoy. Para las competencias servirá para no perder la esencia y a la vez no dejar de estar en contacto con los talentos más nuevos. Todos ellos tienen algo en común. Estén arrancando o ya consagrados, fuera de circuito o en plena primera división, freestylers y eventos competitivos se encuentran en un mismo sitio y con un mismo objetivo: buscan la respuesta en la plaza.
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