Si se mira la lista de competidores de las seis ligas de Freestyle Master Series (FMS) durante la temporada 2022, solo una de 72 participantes era una mujer: la española Sara Socas. En el caso de Red Bull, la final nacional con más mujeres de la historia fue la edición argentina de 2021, que contó con la participación de Saga, Brasita y Vid. Y en cuanto a la lista de campeonas nacionales, la venezolana Kim MC y la colombiana Marithea son, hasta el momento, las únicas dos raperas en alcanzar este título.
A pesar de que a nivel general la cantidad de mujeres en batallas de freestyle es mucho menor que la de hombres, las grandes competencias —a veces llamadas “de élite”— no reflejan la realidad del panorama completo. En las plazas es mucho más sencillo encontrar chicas que rapean y que se anotan para competir.
“Nos dimos cuenta de que todo el tiempo era una sola chica la que colocaban en las batallas grandes, digamos, importantes. Era como si hubiera un solo cupo y resulta que tenemos niñas que son muy buenas”, cuenta desde Argentina Camila Valiente, host y creadora de contenido venezolana. Ella lleva a cabo junto con Gey Oropeza, Ardiendo Barras, una competencia de batallas escritas para mujeres. En palabras de Camila, Ardiendo Barras tuvo dos grandes objetivos: hacer que todas las mujeres de la escena venezolana se conocieran entre ellas y organizar las batallas escritas “para que se les diera un espacio a las niñas donde se sientan cómodas”.
Además, este 2023, la competencia de escritas se unió a la organización Unidas Somos Más para realizar una serie de talleres y conversatorios. “Todas las dudas que tenían ya tienen cómo aclararlas porque estamos tratando de llevar gente que esté capacitada para responderlas”, asegura Camila Valiente. Y comenta sobre el impacto: “Aparecieron chicas nuevas gracias a eso, que se atrevieron a participar. Era lo que estábamos buscando. Eso está muy pro porque así se unen al grupo y entre todas nos apoyamos un poquito.”
La organización colombiana Rot Mill también realizó talleres para mujeres dentro del mundo de las batallas de rap. La Chitti, quien está a cargo de la organización junto con Blassfemmia, señala los mismos resultados: “Cuando pudimos empezar a desarrollar nuestros talleres presenciales, nos dábamos cuenta que llegaban muchas chicas, mucho más de todas las que uno conoce o ve por ahí en el circuito.”
Pero, ¿qué es lo que detiene a algunas mujeres de anotarse en competencias de rap? Para La Chitti, uno de los motivos es que estos “eran espacios muy masculinizados”. De ahí surge la idea de crear Rot Mill y L’atelier Du Rap. Ella explica sobre la situación en Colombia que las llevó a fundar esta organización: “Las chicas intentaban participar en batallas o en espacios de freestyle. Realmente era muy difícil y existía mucho estigma frente a las mujeres que participaban”.
L’atelier Du Rap fue la competencia de batallas escritas en Colombia que acompañó esta iniciativa. Afortunadamente, la virtualidad le permitió a la organización tener un alcance nacional. “Tuvimos la oportunidad ahí de enterarnos también un poco de qué estaba sucediendo y qué chicas había también, no solo en Bogotá, sino en Colombia en general”, cuenta La Chitti.
“Siento que era un espacio que hacía sentir a las mujeres cómodas, que les permitía entrenar”, explica la organizadora. Además de ser un lugar seguro, estos talleres buscaban brindar herramientas concretas como señala La Chitti: “Hablábamos mucho sobre cómo afrontar determinados tipos de situaciones que pueden darse pues dentro del freestyle, porque es de todas maneras un espacio masculinizado”.
Otra iniciativa para apoyar que más chicas se presentaran en los parques a competir fueron las clasificatorias femeninas que surgieron en 2018 en Misión Hip-Hop, la organización liderada por el maestro de ceremonias Misionero. “El Misio me comenta que quería abrir una categoría para las pibas y quería que desde Las Chicas Del Free lo difundiéramos para para que tuviera convocatoria”, cuenta Tatu Franchi, jueza, caster y comunicadora argentina.
Comunicar sobre esta ronda clasificatoria para mujeres, llamada “Misión Queen”, llevó a Tatu a hacerse cargo de su organización. Esta instancia le otorgaba a la ganadora un puesto en la competencia general. En caso de perder, también podían presentarse en la clasificatoria mixta como segunda oportunidad. Es por esto que cada fecha tenía al menos un cupo para una chica asegurado. Tatu recuerda que la fecha que tuvo lugar en el Parque Centenario (Buenos Aires, Argentina), “fue la primera fecha de una competencia de plaza que logró reunir a 18 pibas.”
Misión Queen sirvió también como una gran plataforma de impulso para muchas freestylers. “Si bien, Roma o NTC, ya venían de otras competencias de plaza, yo creo que las terminó afianzando un montón en la movida”, sostiene Tatu. De hecho, al año siguiente, ambas clasificaron a la Final Nacional de Red Bull Batalla, donde con 17 años, Roma se convirtió en la primera mujer argentina en llegar a semifinales. “Durante un tiempo la tuvimos a Abby, también súper a full. Ella clasificó a la nacional de Misión Hip-Hop y la rompió”.
Tatu Franchi expone que además el ver a todas las chicas reunidas tuvo un efecto extra: “Le dio la idea a un montón de gente, de que no era una sola piba la que caía a competir. Al ver a raperas de vieja escuela —la China, Reina, entre otras— mostraba que siempre habían estado, siempre hubo chicas interesadas en competencias. Pero además teníamos una nueva camada también muy fuerte, así que creo que eso marca un poco lo que fue la gran era y el gran quiebre de la presencia femenina en el freestyle.”
Más tarde Batallas de Maestros (BDM) replicaría esta idea e incorporaría en varios países una clasificatoria femenina para asegurar la participación de al menos una freestyler mujer en sus ediciones nacionales, llamadas BDM Gold. Por otra parte, competidoras que ganaron visibilidad en Misión Queen y Misión Hip-Hop, como Roma y NN, recibieron el llamado de Triple F, la primera liga femenina de freestyle.
Triple F es una iniciativa creada en 2019 por Taty Santa Ana, Fosh y Mirna, un equipo que venía de trabajar de la mano en la competencia porteña Las Vegas Freestyle. “Terminamos dándonos cuenta que un sueño, literalmente sueño, era una necesidad y una caja de herramientas”, cuenta Taty, host y productora de batallas.
La liga femenina en Argentina además tuvo durante toda la temporada dos mujeres fijas en el jurado, Tatu Franchi y Mirna, más un tercer puesto rotativo; con una mujer DJ, Sista V, a cargo de los beats; y con Taty Santa Ana como presentadora. Además, la liga contó con un sistema de ascenso que sirvió para la visibilidad de una nueva camada de mujeres freestylers que compitieron por un puesto en la liga.
Aunque Triple F se detuvo en el año de la pandemia, el impacto sigue a la vista. Ese mismo año se crearon ligas para mujeres en otros países de Latinoamérica, como la Liga de Freestyle Femenina en Perú. Por otra parte, la campeona de la temporada fue Brasita, que en los dos años siguientes consiguió un puesto en la Final Nacional de Red Bull Batalla y un lugar en la regional de Buenos Aires en 2022. Taty asegura: “Siempre queremos que vuelva la Triple F, pero hay que ver qué pasa en este 2023.”
A pesar de ser un espacio masculinizado, como bien señala La Chitti, en el mundo de las batallas de freestyle en español, abundan las mujeres talentosas. Muchas aportan a esta cultura desde otros lugares que no son el de competidora. Siempre hubo grandes presentadoras, casters, juezas, DJs, productoras y organizadoras de eventos, sin las cuales la historia del freestyle no hubiera sido la misma. Son muchas de ellas quienes abren estos importantes espacios para dar lugar a más y más raperas arriba de los escenarios.
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