Un dron no autorizado impactó contra una aeronave de extinción en pleno operativo sobre el incendio de Palisades, el más grande que afecta actualmente al condado de Los Ángeles, según informaron las autoridades el jueves. El incidente, que ocurrió el 9 de enero de 2025, dejó a la aeronave fuera de servicio debido a los daños sufridos en una de sus alas, aunque afortunadamente no se reportaron heridos.
Este hecho encendió las alarmas sobre el uso indebido de drones en zonas de emergencia y ha llevado a las autoridades a tomar medidas inmediatas.
De acuerdo con un comunicado emitido por el Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD), la aeronave afectada, identificada como “Quebec 1”, estaba asignada directamente al operativo del incendio de Palisades.
“Hoy, 9 de enero de 2025, aproximadamente a las 13:00 horas, Quebec 1 fue impactada por un dron no tripulado que no estaba autorizado para operar en el área del incidente”, explicó el portavoz del LAFD, Erik Scott. Tras el choque, la aeronave regresó de manera segura al aeropuerto de Van Nuys, donde se confirmó el daño en el ala. La aeronave permanecerá fuera de servicio hasta que se realicen las reparaciones necesarias y se complete una investigación.
El incendio de Palisades, que ya se encuentra en su tercer día, ha sido avivado por fuertes vientos de Santa Ana y ha causado la destrucción de miles de estructuras en la zona, además de haber cobrado al menos una vida, según reportaron las autoridades. Este incendio es uno de los seis que actualmente afectan al condado de Los Ángeles, pero su magnitud lo ha convertido en el más devastador de todos.
El impacto del dron no solo generó preocupación por los riesgos que representa para las operaciones de emergencia, sino que también ha puesto en evidencia el incumplimiento de las restricciones de vuelo impuestas por la Administración Federal de Aviación (FAA).
Según detalló la FAA en un comunicado, interferir con los esfuerzos de extinción de incendios en terrenos públicos constituye un delito federal, sancionable con hasta 12 meses de prisión. Además, los operadores de drones que violen estas restricciones pueden enfrentar multas civiles de hasta 75.000 dólares.
“La FAA trata estas violaciones con seriedad y considera acciones de cumplimiento inmediato para estos casos”, señaló la agencia.
El jefe de bomberos del condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, confirmó que el dron fue destruido en el impacto y que es un caso sin precedentes.
“Es la primera vez que nos enfrentamos a un incidente de este tipo”, declaró Marrone, quien también informó que el FBI se unirá a las investigaciones y desplegará lo que describió como “armadura aérea” para evitar que otros drones ingresen al espacio aéreo restringido durante las operaciones de extinción.
A pesar de las advertencias de la FAA y las restricciones temporales de vuelo que cubren amplias áreas del condado de Los Ángeles, varios operadores de drones han ignorado las normativas. Según reportó Los Angeles Times, algunas personas han utilizado drones para capturar imágenes de las zonas afectadas por el incendio, publicando posteriormente fotografías y videos en redes sociales.
Una de las imágenes más compartidas mostraba un vecindario devastado en Pacific Palisades, aunque el autor de las fotografías eliminó las publicaciones tras recibir una ola de críticas.
La reacción en redes sociales fue contundente. Usuarios, incluidos fotógrafos y entusiastas de drones, condenaron el uso irresponsable de estos dispositivos en áreas de emergencia. “Por favor, no vuelen sus drones cerca de incendios activos, ya es suficientemente peligroso”, escribió un comentarista en una publicación de Instagram.
Otro usuario, identificado como Gary Chittick, calificó la acción como “aberrante” y destacó la importancia de respetar las reglas de la FAA.
El uso indebido de dispositivos en zonas de emergencia no es un problema nuevo, pero este incidente ha puesto de manifiesto las graves consecuencias que puede tener. Las aeronaves de extinción de incendios, como el “Super Scooper”, operan a baja altitud y en condiciones peligrosas, por lo que cualquier interferencia puede poner en riesgo tanto a los pilotos como a las personas en tierra. Además, los retrasos en las operaciones de extinción pueden agravar la propagación de los incendios, aumentando el daño a las comunidades afectadas.