Miles de texanos cuelgan cada mes las llamadas a la línea de crisis 988 antes de recibir ayuda, mientras los centros de atención del estado lidian con un déficit de financiamiento de 7 millones de dólares y una tasa de suicidios en aumento. De enero a agosto de 2024, se abandonaron 18,500 llamadas, y en agosto, el 12% de las comunicaciones —unas 2,446— fueron interrumpidas antes de conectar con un consejero. Esta tasa coloca a Texas, junto con Tennessee, en el quinto lugar nacional con el mayor porcentaje de llamadas no completadas, según The Texas Tribune.
Aunque actualmente el 85% de las llamadas se responden dentro del estado, algunas son transferidas a otros 200 centros de crisis a nivel nacional debido a la falta de personal local. Si bien esto representa una mejora respecto al 40% de llamadas atendidas en Texas en 2021, el estado aún está por debajo del estándar del 90% establecido por Vibrant Emotional Health, administradora nacional de la línea 988.
Desde que comenzó a operar en 2022, la línea 988 ha recibido más de 380,000 llamadas solo en Texas, convirtiéndose en el segundo estado con mayor volumen de comunicaciones, de acuerdo con la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales de Texas. En los primeros seis meses de 2024, se realizó un tercio de esas llamadas. Sin embargo, el incremento en la demanda no ha sido acompañado por un crecimiento en el presupuesto o el personal disponible para atender a quienes recurren a este servicio, de acuerdo con el medio texano.
Cinco centros de crisis operan actualmente en Texas, con solo 166 trabajadores encargados de responder llamadas, mensajes de texto y chats. En promedio, cada empleado atiende 95 llamadas mensuales, con una duración aproximada de 15 minutos por llamada. A pesar del esfuerzo del personal, la falta de recursos ha retrasado la implementación completa del servicio de texto y chat, herramientas fundamentales para quienes buscan ayuda de forma discreta o no pueden hablar en voz alta durante una crisis.
Jennifer Battle, supervisora del sistema 988 en el Harris Center for Mental Health and IDD, explica que para integrar estos servicios de texto y chat, el número de consejeros tendría que duplicarse. El costo proyectado para operar los cinco centros de llamadas en 2023 fue de 21 millones de dólares, pero solo se asignaron 14 millones para el año fiscal 2024, lo que generó el déficit de 7 millones que actualmente enfrenta el sistema.
“El estado nos pide que cumplamos con ciertos objetivos, y queremos hacerlo. Pero si solo financian la mitad de lo que necesitamos, seguimos superando las expectativas con los recursos que tenemos”, afirmó Battle a The Texas Tribune.
La crisis de financiamiento llega en un momento crítico, ya que la tasa de suicidios en Texas ha aumentado un 37% desde el año 2000 hasta 2022, lo que intensifica la presión sobre los servicios de salud mental. Battle enfatiza que muchas llamadas provienen de personas que no necesariamente planean quitarse la vida, pero que experimentan pensamientos de suicidio de manera intermitente y buscan apoyo emocional para sobrellevar esos momentos difíciles.
El déficit de recursos no solo afecta a quienes llaman al 988, sino también al personal que atiende estas emergencias. Los consejeros enfrentan altos niveles de estrés y desgaste emocional, una situación común en las profesiones de salud mental. Para contrarrestarlo, los trabajadores pueden realizar sus labores desde casa y tienen acceso a sesiones de apoyo y desahogo después de atender llamadas particularmente difíciles.
Battle recuerda una experiencia antes de la creación del 988, cuando respondió una llamada de una persona desorientada y con pensamientos suicidas que se encontraba sobre las vías de un tren. Con años de experiencia, Battle confesó sentirse abrumada, pero logró convencer a la persona de retirarse minutos antes de que pasara el tren.
“Después de que encontraron a la persona sana y salva, lo único que pude hacer fue respirar y prepararme para la siguiente llamada”, relató Battle.
A pesar de estos esfuerzos, la falta de financiamiento federal agrava la situación. Inicialmente, el gobierno de Estados Unidos asignó casi USD $1,000 millones a través del Plan de Rescate Estadounidense para lanzar la línea 988, pero esos fondos están a punto de agotarse. Texas, a diferencia de otros 23 estados, no permite que Medicaid cubra los servicios de intervención en crisis como los que ofrece el 988.
Para abordar esta situación, el senador José Menéndez, demócrata de San Antonio, presentó el Proyecto de Ley del Senado 188, que propone la creación de un fondo fiduciario estatal similar al modelo de financiamiento del 911. Este fondo se financiaría con un recargo en las facturas telefónicas y permitiría ampliar la capacidad de los centros de crisis, aumentar el salario de los consejeros y garantizar que el servicio de mensajes y chat esté disponible en todo momento.
“Actualmente, 20 estados ya han aprobado algún tipo de legislación relacionada con la financiación del 988″, explicó Galvan, director de políticas públicas de la alianza de salud mental de Texas. “El objetivo es equiparar el 988 con el modelo de financiamiento del 911 para tratar todos los servicios de emergencia de la misma manera”.
La diferencia entre Texas y otros estados es significativa. Florida, por ejemplo, tiene 13 centros de llamadas para atender el 988, mientras que Texas solo cuenta con cinco, a pesar de que su población es considerablemente mayor.
Battle subraya que, a pesar de los desafíos, los consejeros del 988 están comprometidos a responder cada llamada. “Nunca digo que salvamos vidas. Las personas deciden salvarse a sí mismas. Nosotros simplemente formamos parte de esa historia”, concluyó Battle en entrevista con The Texas Tribune.