¿Te gusta masticar hielo? Podría ser perjudicial para tus dientes y para tu salud en general

Detrás de la necesidad de morder hielo pueden esconderse alteraciones médicas que no solo dañan los dientes, sino que también afectan la calidad de vida

Guardar
El hábito de masticar hielo
El hábito de masticar hielo puede provocar fisuras en el esmalte dental, debilitando la estructura de los dientes y aumentando el riesgo de fracturas. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El deseo persistente de masticar hielo, una práctica que puede parecer inofensiva, podría estar relacionado con problemas de salud más profundos, como la deficiencia de hierro, según expertos en salud oral. Además, esta conducta, conocida como una actividad oral parafuncional, puede causar daños significativos en los dientes y las encías, especialmente en personas con antecedentes de problemas dentales. Así lo informó The Washington Post, que destacó las advertencias de especialistas sobre los riesgos asociados con este hábito.

De acuerdo con el medio, masticar hielo puede provocar fisuras en el esmalte dental, conocidas como líneas de tensión, que con el tiempo pueden extenderse y fracturar el diente. También puede ocasionar astillamientos o roturas en dientes que ya estén debilitados por otros factores, como restauraciones antiguas, desmineralización o predisposición genética. Aunque el esmalte es el material más duro del cuerpo humano, no es invulnerable a los efectos repetitivos de masticar objetos duros como el hielo, explicó Holly Shaw, profesora asistente en el Columbia University College of Dental Medicine.

El hábito de masticar hielo forma parte de un grupo de comportamientos repetitivos denominados actividades orales parafuncionales, que incluyen acciones como rechinar los dientes, morderse los labios o chuparse el dedo. Según The Washington Post, hasta el 90% de la población presenta alguna de estas conductas, muchas veces como respuesta al estrés, la ansiedad u otros factores emocionales.

Estas prácticas pueden tener consecuencias permanentes en la salud bucal, como el desgaste de los ligamentos que conectan los dientes con el hueso, lo que puede derivar en sangrado, recesión de las encías y pérdida ósea, según explicó Alec Eidelman, conferencista en el Harvard School of Dental Medicine.

El deseo constante de masticar
El deseo constante de masticar hielo podría estar relacionado con deficiencias de hierro u otros problemas de salud subyacentes. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los factores que aumentan el riesgo de daño dental

El riesgo de daño dental aumenta en personas con ciertas condiciones preexistentes. Quienes tienen una mordida desalineada, donde los dientes superiores e inferiores no encajan correctamente, son más propensos a sufrir estrés en los dientes y las encías al masticar hielo. Asimismo, aquellos con empastes, coronas u otras restauraciones dentales antiguas, o con dientes debilitados por desmineralización, enfrentan un mayor peligro de fracturas o astillamientos.

Según los expertos consultados por The Washington Post, el tipo de hielo consumido también influye en el nivel de daño. Los trozos grandes y duros son más perjudiciales, mientras que el hielo triturado o en forma de granizado ejerce menos presión sobre los dientes, reduciendo la probabilidad de fracturas. No obstante, los especialistas subrayan que cualquier forma de masticar hielo conlleva riesgos, especialmente para aquellos con antecedentes de problemas dentales.

Las personas con restauraciones dentales
Las personas con restauraciones dentales antiguas o dientes desmineralizados enfrentan un mayor peligro de astillamientos al masticar hielo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Masticar hielo como indicador de problemas de salud subyacentes

Más allá de los riesgos físicos, el deseo constante de masticar hielo podría ser un síntoma de problemas de salud subyacentes. Este comportamiento, junto con el antojo de consumir sustancias sin valor nutricional como tierra o papel, está asociado con la pica, un trastorno alimenticio que puede estar vinculado a deficiencias nutricionales, como la falta de hierro.

Holly Shaw recomendó que las personas con un deseo persistente de masticar hielo consulten a un profesional de la salud para descartar condiciones médicas subyacentes. La deficiencia de hierro, por ejemplo, puede afectar la oxigenación de los tejidos del cuerpo, lo que genera síntomas como fatiga, palidez y debilidad, además de conductas inusuales como la compulsión por masticar hielo.

Aunque el esmalte dental es
Aunque el esmalte dental es resistente, masticar objetos duros como el hielo puede causar daños irreparables con el tiempo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Alternativas seguras para reducir el hábito de masticar hielo

Para quienes no presentan problemas de salud, pero buscan satisfacer la necesidad de estimulación oral, los especialistas sugieren alternativas menos dañinas. Entre las opciones recomendadas se encuentran beber líquidos con pajilla, masticar chicle sin azúcar o consumir alimentos crujientes como zanahorias o apio. Estas alternativas ofrecen una sensación similar al masticar hielo sin los riesgos asociados, según detalló The Washington Post.

El medio también señala que identificar los desencadenantes emocionales o ambientales que llevan a esta conducta puede ser clave para reducirla. Actividades como la meditación, el ejercicio físico o el manejo del estrés a través de terapias conductuales pueden ayudar a disminuir la frecuencia de hábitos parafuncionales, protegiendo así la salud dental.

Si bien masticar hielo puede parecer una actividad inofensiva, los expertos advierten que puede tener consecuencias graves para la salud dental, especialmente en personas con antecedentes de problemas bucales.

Además, este hábito podría ser un indicador de condiciones médicas ocultas que requieren atención. Aunque el hielo triturado o en forma de granizado representa un menor riesgo, los especialistas coinciden en que evitar esta práctica es la mejor manera de proteger los dientes y las encías.

Guardar