El atentado ocurrido el 1 de enero en Nueva Orleans, que dejó un saldo de más de 10 muertos y decenas de heridos, ha sacado a la luz nuevos detalles que apuntan a una planificación meticulosa y motivaciones vinculadas al extremismo. Según CBS News, Shamsud-Din Jabbar, el responsable del ataque, tenía materiales para fabricar bombas en su residencia en Houston, lo que refuerza la hipótesis de que la agresión fue premeditada y de carácter terrorista. Jabbar, ciudadano estadounidense de 42 años originario de Texas, actuó inspirado por el grupo extremista ISIS, aunque no se han encontrado pruebas de que mantuviera contacto directo con la organización.
El ataque tuvo lugar en la madrugada del Año Nuevo, cuando Jabbar embistió con una camioneta alquilada a decenas de personas que celebraban en Bourbon Street, una de las zonas más concurridas del barrio francés de Nueva Orleans.
De acuerdo con CBS News, Jabbar fue abatido por la policía en el lugar de los hechos. Posteriormente, las autoridades hallaron y desactivaron dos dispositivos explosivos improvisados (IED, por sus siglas en inglés) que el atacante había colocado en la zona.
Material explosivo y arsenal en posesión del atacante
Durante el registro de la vivienda de Jabbar en Houston, agentes federales encontraron materiales utilizados en la fabricación de explosivos. Aunque no se ha revelado la lista exacta de componentes, CBS News informó que el hallazgo sugiere que Jabbar planeó el ataque con anticipación. Las autoridades catalogaron el arsenal como parte de una preparación deliberada para aumentar el número de víctimas y la magnitud del atentado.
Jabbar portaba un chaleco antibalas en el momento del ataque y estaba armado con un rifle AR-15 y una pistola, según detallaron las autoridades a CBS News. Los explosivos que colocó en Bourbon Street estaban escondidos en neveras portátiles y contenían metralla (clavos, tornillos y tachuelas) diseñada para maximizar el daño. Aunque fueron descritos como artefactos rudimentarios, estos eran plenamente funcionales y podrían haber causado numerosas víctimas si hubieran detonado.
Incendio en el Airbnb y destrucción de pruebas clave
Antes del ataque, Jabbar se alojó en un Airbnb en Nueva Orleans. CBS News reportó que el miércoles siguiente al atentado, la propiedad fue escenario de un incendio que, según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), fue provocado por el propio Jabbar con la intención de destruir pruebas. El fuego se originó en varias habitaciones donde se encontraron materiales sospechosos y acelerantes estratégicamente ubicados. Sin embargo, el incendio fue controlado antes de causar daños significativos, lo que permitió a los investigadores recuperar elementos clave para la investigación.
Motivaciones, radicalización en línea y conexión con ISIS
El FBI ha calificado el ataque como terrorismo doméstico. Las investigaciones revelaron que Jabbar publicó videos en redes sociales en los días previos al atentado, expresando su apoyo al grupo extremista ISIS. CBS News indicó que, durante el ataque, Jabbar portaba una bandera del grupo, la cual estaba atada al enganche de remolque de la camioneta utilizada para embestir a la multitud.
Aunque no se han hallado pruebas de que Jabbar recibiera instrucciones directas de miembros de ISIS, el FBI considera que sus acciones estuvieron inspiradas en tácticas promovidas por el grupo, lo que refleja el alcance de la propaganda extremista a través de internet. Las autoridades han advertido sobre el riesgo de atentados perpetrados por individuos radicalizados de forma autónoma, una estrategia recurrente promovida por ISIS para maximizar el impacto y el caos sin necesidad de coordinar operaciones complejas desde el extranjero.
Un informe federal posterior al ataque señaló que los atentados con vehículos, seguidos del uso de explosivos o armas de fuego, forman parte de las tácticas de ISIS desde hace varios años. Este modus operandi ha sido identificado en atentados previos en Europa y Estados Unidos, lo que subraya la persistente amenaza del terrorismo inspirado en esta ideología.
Reacciones políticas y refuerzo de la seguridad pública
El atentado ha generado una fuerte reacción por parte de las autoridades y legisladores estadounidenses. El Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes recibió un informe detallado del FBI sobre el caso, según CBS News. Las agencias de seguridad han reforzado las medidas preventivas en áreas de alta afluencia, como festivales y celebraciones públicas, con especial atención en ciudades con gran flujo turístico como Nueva Orleans.
Funcionarios de seguridad nacional han reiterado la necesidad de aumentar la vigilancia ante posibles imitadores que puedan replicar atentados similares. Las autoridades han instado a la ciudadanía a permanecer alerta y reportar cualquier actividad sospechosa para prevenir futuros ataques.
Desafíos en la lucha contra la radicalización individual
El ataque en Nueva Orleans ha puesto de relieve los desafíos que enfrenta Estados Unidos frente a individuos radicalizados de manera autónoma. Las plataformas digitales han facilitado la propagación de contenido extremista, lo que ha permitido que personas como Jabbar puedan adoptar ideologías violentas sin tener contacto directo con células terroristas.
La investigación continúa en marcha y las autoridades siguen analizando las pruebas recopiladas en Houston y Nueva Orleans. Mientras tanto, la comunidad afectada se encuentra en proceso de recuperación, enfrentando las secuelas del atentado y la incertidumbre que deja este tipo de actos de violencia extrema.