El pasado 1 de enero, Matthew Alan Livelsberger, un veterano condecorado del Ejército de los Estados Unidos, murió tras detonar explosivos en un Tesla Cybertruck frente al Trump International Hotel en Las Vegas, Nevada. Según informaron el FBI y la policía local, el incidente, ocurrido en la tarde del Año Nuevo, fue un acto deliberado que Livelsberger describió como un “llamado de atención” hacia la sociedad estadounidense. La explosión dejó siete heridos leves y causó daños menores al edificio.
Livelsberger, de 37 años, sufría trastorno de estrés postraumático (TEPT) y enfrentaba dificultades personales, según indicaron las autoridades. El veterano, originario de Colorado Springs, Colorado, sirvió activamente en las Fuerzas Especiales del Ejército, conocidas como los Boinas Verdes, desde 2006 y acumuló numerosas distinciones a lo largo de su carrera, incluyendo cinco Estrellas de Bronce y una Medalla de Encomio del Ejército.
El estallido, que ocurrió en una de las zonas más concurridas de Las Vegas en una fecha de celebración, generó pánico entre los visitantes y huéspedes del hotel. Testigos informaron haber escuchado un fuerte estruendo seguido de una columna de humo que se elevó desde el estacionamiento cercano. Las fuerzas de seguridad acordonaron rápidamente el área y evacuaron parte del hotel mientras los bomberos sofocaban pequeños incendios provocados por los restos del vehículo.
Un acto premeditado con un mensaje de descontento
De acuerdo con el FBI, Livelsberger dejó notas y registros digitales en los que explicó sus motivaciones. En uno de los mensajes, el veterano expresó su frustración con el estado del país y criticó a los líderes políticos, a quienes calificó como “débiles”. Livelsberger escribió: “Somos los Estados Unidos de América, el mejor país que jamás haya existido, pero ahora estamos gravemente enfermos y encaminados hacia el colapso”. Aclaró que su acción no debía interpretarse como un ataque terrorista, sino como un intento de generar conciencia: “Los estadounidenses solo prestan atención a los espectáculos y la violencia. ¿Qué mejor manera de transmitir mi mensaje que con un acto con fuegos artificiales y explosivos?”.
El sheriff adjunto Dori Koren, de la Policía Metropolitana de Las Vegas, señaló que los investigadores revisaron el teléfono de Livelsberger, donde documentó sus pensamientos desde el 21 de diciembre hasta el 31 de diciembre. En esos registros, el veterano habló sobre las pérdidas de compañeros en combate y el peso de las vidas que quitó durante sus misiones.
Livelsberger: un veterano condecorado con secuelas emocionales
Livelsberger participó en operaciones en Afganistán, Ucrania, Tayikistán, Georgia y Congo. Recientemente había regresado de una asignación en Alemania y se encontraba de licencia. A lo largo de su carrera, recibió una Estrella de Bronce con dispositivo de valor, una insignia de infantería de combate y otras condecoraciones por su valentía en combate.
El veterano vivía en Colorado Springs con su esposa y un bebé. Vecinos lo describieron como una persona reservada, pero amable. Cindy Helwig, una vecina, mencionó que la última vez que lo vio fue semanas antes del incidente, cuando Livelsberger le pidió prestada una herramienta.
Detalles de la explosión y las investigaciones posteriores
El Tesla Cybertruck utilizado en el incidente fue alquilado por Livelsberger en Denver, Colorado. La explosión fue causada por una combinación de fuegos artificiales y recipientes de combustible para acampar almacenados en el vehículo. A pesar de la magnitud del estallido, la estructura de acero del Cybertruck absorbió gran parte del impacto, lo que evitó daños significativos en el hotel y lesiones graves a los transeúntes.
El FBI informó que Livelsberger murió por una herida de bala autoinfligida antes de la explosión. Su cuerpo, gravemente quemado, fue identificado mediante pruebas de ADN y un tatuaje. En el vehículo se encontraron dos armas de fuego legales, un pasaporte, identificaciones militares y registros personales.
Las autoridades registraron la vivienda del veterano como parte de la investigación. Se descartó que la explosión estuviera relacionada con un atentado dirigido al presidente electo Donald Trump o con alguna ideología política. El FBI subrayó que no había indicios de amenazas previas o conexiones con grupos extremistas.
Un acto sin vínculos políticos directos, pero con implicaciones públicas
El hecho de que el incidente ocurriera frente a un hotel asociado con Trump y que el vehículo fuera un Tesla, propiedad de Elon Musk, generó especulaciones. Musk, cercano a Trump, invirtió 250 millones de dólares en su campaña presidencial y fue designado para liderar esfuerzos de reducción del gasto gubernamental. Ni Trump ni Musk estaban en Las Vegas durante el incidente, ya que asistieron a una fiesta de Año Nuevo en Florida.
Las autoridades señalaron que Livelsberger atravesaba una crisis personal. Una discusión reciente con su esposa podría haber contribuido a su decisión, según indicó un funcionario bajo condición de anonimato.
Otros incidentes en Año Nuevo: sin relación con el caso de Las Vegas
Horas antes de la explosión en Las Vegas, un hombre identificado como Shamsud-Din Bahar Jabbar, de 42 años, embistió a una multitud en el French Quarter de Nueva Orleans, dejando más de 10 muertos antes de ser abatido. El FBI descartó cualquier vínculo entre ambos incidentes. El agente especial Spencer Evans señaló que, aunque ambos casos involucraron vehículos alquilados, no se hallaron conexiones.
El caso de Livelsberger ha reavivado el debate sobre el apoyo que reciben los veteranos al regresar del servicio. Las autoridades continúan investigando los detalles del incidente, mientras la comunidad de Las Vegas reflexiona sobre las implicaciones del trágico suceso.