Las citas en Nueva York salen caras: hombres gastan hasta 1.000 dólares antes de descartar una relación

El aumento del costo de vida en Nueva York no solo afecta a la vivienda y los bienes de consumo, sino también al ámbito de las relaciones personales. Según un reportaje del New York Post, cada vez más hombres expresan su preocupación por los altos precios asociados a las citas románticas. Desde cenas en restaurantes de moda hasta el costo del transporte, salir con alguien en la ciudad se ha convertido en una experiencia costosa y, en muchos casos, inaccesible para algunos.

Jeremy Seaman, un productor de eventos gastronómicos de 31 años, relató al medio su experiencia en una cita reciente. Seaman llevó a su acompañante a un restaurante japonés de moda llamado Sip and Guzzle, ubicado en el West Village. “Cada uno tomó dos bebidas y, de alguna manera, terminó siendo casi 500 dólares”, dijo Seaman. Al sumar los costos de transporte, la velada alcanzó los 700 dólares. Esta situación refleja el aumento del 30% en el costo de comer fuera durante los últimos seis años, según datos del Departamento de Impuestos y Finanzas del Estado de Nueva York y la Oficina del Contralor de la Ciudad de Nueva York, citados por el New York Post.

Otros hombres, como Benny Boas, director ejecutivo de una empresa tecnológica de educación, comparten esta preocupación. “Las citas siguen encareciéndose. Me lleva alrededor de mil dólares darme cuenta de que realmente no me gusta alguien”, explicó Boas al medio. El impacto económico de estas salidas no pasa desapercibido para los residentes de Manhattan, quienes sienten cada vez más presión al intentar encontrar pareja en este contexto inflacionario.

Los altos costos no se limitan únicamente a la comida. Charles Gargano, abogado de 31 años, explicó que una vez gastó 150 dólares en un Uber solo para recoger a su cita en Staten Island. “Y resultó ser absolutamente horrible”, comentó Gargano. Esta situación refleja el impacto generalizado del encarecimiento de los servicios de transporte privado, que a menudo se suman al costo total de una cita, dificultando aún más el proceso de conocer a alguien nuevo.

No todos los hombres están dispuestos a asumir estos gastos desde el primer encuentro. Michael Hollander, residente de East Harlem, prefiere optar por opciones más asequibles, como el restaurante turco del barrio, La Turka, donde los platos principales oscilan entre 22 y 38 dólares. Hollander explicó al medio que, si bien le gusta ser generoso, considera necesario establecer ciertos límites. “Soy divertido, pero no soy Rockefeller. ¿Quién necesita una cita de 500 dólares? Con eso puedes irte de fin de semana”, afirmó.

El enfoque de reducir costos, sin embargo, no siempre es bien recibido. Kasey Karaisaridis, una esteticista de 26 años del Bronx, indicó al New York Post que espera que los hombres hagan un esfuerzo económico en las primeras citas. “Si alguien me invita a tomar un café o una bebida, la respuesta es ‘no’. Incluso un hombre sin hogar puede comprarte una taza de café”, comentó. Karaisaridis considera que un mayor gasto inicial refleja interés y compromiso por parte de los hombres.

Por su parte, Gabriella Oros, agente de bienes raíces de 37 años, expresó que las citas demasiado informales pueden interpretarse como falta de interés. Oros sugirió que una cena sencilla es una buena manera de generar conexión, aunque no necesariamente tenga que ser en un restaurante lujoso. “Aprecio cierta calidad y esfuerzo”, dijo.

Jasmine Mellis, estilista de Staten Island, criticó las propuestas de citas que ella percibe como intentos de minimizar el gasto. “Los chicos sugieren bares deportivos y actúan como si fuera divertido, pero solo es barato”, afirmó. Mellis explicó que algunas citas se ven frustradas por hombres que controlan excesivamente el consumo de bebidas, lo que, en su opinión, afecta la experiencia romántica. “La inflación ha matado el romance”, concluyó.

Para contrarrestar este dilema, expertos en relaciones sugieren enfoques alternativos. Jason Roberts, casamentero de NoHo, explicó al medio que existen formas de organizar citas significativas sin gastar grandes sumas de dinero. Entre sus recomendaciones se encuentra visitar exhibiciones de luces navideñas o participar en actividades recreativas, como juegos de tejo, que permiten establecer conexiones sin que el gasto sea prohibitivo. “Puedes ir a ver luces navideñas, y eso puede generar conversaciones sobre tu infancia”, indicó Roberts.

El testimonio de un cliente que llevó a su cita a un bar de juegos en el vecindario de Nomad destaca cómo las experiencias diferentes y creativas pueden ser igual de efectivas para generar química. Esta aproximación busca equilibrar el deseo de impresionar con la necesidad de mantenerse dentro de un presupuesto razonable.

Con los precios en ascenso constante y las crecientes expectativas sociales, las citas en Nueva York se presentan como un reto económico y emocional. Mientras algunos hombres optan por buscar formas de reducir el gasto, otros mantienen su disposición a invertir en experiencias más costosas, con la esperanza de construir relaciones significativas a pesar de las presiones financieras actuales.