“Me la arrebataron”: el lamento de una abuela latina por una joven madre asesinada en el ataque en Nueva Orleans

Nicole Pérez, madre de un niño de cuatro años, murió al ser arrollada en el ataque terrorista que dejó al menos 15 víctimas fatales en Bourbon Street

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Nicole Pérez, madre de 27
Nicole Pérez, madre de 27 años, fue una de las quince víctimas mortales del atentado en Nueva Orleans. (Captura de video NBC News-AP)

Nicole Pérez, una madre hispana de 27 años, perdió la vida en el atentado perpetrado en Bourbon Street, Nueva Orleans, durante las primeras horas del miércoles. La madre de un niño de cuatro años fue una de las 15 personas que fallecieron tras el atropello masivo que ha dejado a la ciudad conmocionada.

“Ella era bien trabajadora y feliz. Era muy alegre con su niño. Él ha perdido a su mamá. Ella tenía 27 años”, expresó su madre a NBC News. Su familia, devastada, aseguró que “hará conciencia para que esto no vuelva a pasar a ninguna familia”.

El testimonio de familiares y testigos

El ataque ocurrió en plena celebración nocturna de Año Nuevo, cuando miles de personas aún llenaban las calles del Barrio Francés. El estruendo de un motor acelerando fue seguido por gritos y caos. “Era como una película de terror”, dijo Kimberly Stricklin, testigo presencial del atropello.

Los relatos de los familiares reflejan el profundo dolor que dejó el atentado. “Estuve presente con mi hermana cuando nació mi sobrina Nicole y he visto todo lo que vivió por su hijo”, recordó el tío de Pérez. “Es irreparable e incomprensible”, añadió.

“Era una mujer dedicada a su hijo y su casa. Ahora ya no está conmigo, me la arrebataron”, manifestó su madre.

Además de Pérez, otras víctimas fueron identificadas, como Ni’Kyra Dedeaux, de 18 años, Reggie Hunter, padre de dos hijos, y Tiger Bech, destacado deportista. “Te amaré siempre, hermano”, escribió Jack Bech, hermano de Tiger, en redes sociales.

El atacante: un veterano del ejército que se radicalizó

El FBI identificó al atacante como Shamsud-Din Bahar Jabbar, un veterano del ejército estadounidense de 42 años y ciudadano de Texas. Jabbar había alquilado una camioneta blanca que cargó con armas y un artefacto explosivo improvisado. Tras el ataque, fue abatido en un tiroteo con la policía.

Investigadores encontraron una bandera del Estado Islámico en el vehículo y aseguraron que Jabbar había publicado videos en redes sociales horas antes del atentado, indicando que se sentía inspirado por esta organización. “Fue un acto de terror deliberado”, señalaron las autoridades.

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El FBI confirmó que el atacante en Nueva Orleans se inspiró en el Estado Islámico. (NYPD)

Respuesta de las autoridades y medidas de seguridad

El ataque expuso deficiencias en las medidas de seguridad de Nueva Orleans. Aunque se estaba trabajando en la instalación de nuevas barreras de acero en Bourbon Street, estas aún no estaban operativas. El vehículo evitó las delgadas barreras policiales y se subió a la acera, donde embistió a la multitud.

La policía intensificó los operativos para identificar posibles cómplices, asegurando que Jabbar no habría actuado solo. “Sabemos qué hacer y encontraremos a los responsables”, dijo Anne Kirkpatrick, jefa de policía de Nueva Orleans.

Reacciones políticas: Condena y controversia

El presidente Joe Biden expresó su pesar y confirmó que el atacante estaba motivado por grupos extremistas. “El FBI me informó que había señales claras de radicalización”, afirmó desde Camp David.

El futuro presidente Donald Trump utilizó el incidente para reforzar su postura sobre la seguridad fronteriza, aunque más tarde se confirmó que Jabbar era ciudadano estadounidense. “Cuando hablé de criminales peligrosos, me refería a esto”, comentó en Truth Social.

El atentado dejó cicatrices profundas en Nueva Orleans y sus habitantes, resaltando la vulnerabilidad de eventos públicos y la necesidad de reforzar la seguridad en zonas de alta concurrencia.

Impacto en eventos locales: Un Sugar Bowl pospuesto y una ciudad en vilo

El ataque no solo dejó víctimas y luto, sino que alteró el calendario de importantes eventos en Nueva Orleans. Uno de los más afectados fue el Sugar Bowl, uno de los partidos más relevantes del campeonato universitario de fútbol americano, que debía jugarse esa misma noche en el Superdome, ubicado a menos de un kilómetro del lugar del atentado.

El partido, que enfrentaría a la Universidad de Georgia y Notre Dame, fue pospuesto hasta el jueves, mientras las autoridades revisaban el área en busca de posibles amenazas adicionales. La postergación afectó a miles de fanáticos que habían viajado para asistir al evento, lo que generó incertidumbre y preocupación en una ciudad que esperaba recibir a cerca de 100.000 visitantes durante el fin de semana.

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