Dos ministros del gabinete de Canadá se reunieron el viernes con el nominado de Donald Trump para secretario de Comercio, Howard Lutnick, en un esfuerzo por evitar los aranceles del 25% que el presidente electo ha amenazado con imponer a los productos canadienses cuando asuma el cargo.
Los ministros Dominic LeBlanc, titular de Finanzas, y Mélanie Joly, ministra de Asuntos Exteriores, también sostuvieron conversaciones con el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum, designado por Trump para encabezar el Departamento del Interior.
Trump ha condicionado estas medidas arancelarias a que Canadá refuerce sus controles para limitar el flujo de migrantes y de fentanilo hacia Estados Unidos, pese a que ambos problemas afectan en menor escala la frontera canadiense en comparación con la mexicana.
“El ministro LeBlanc y la ministra Joly tuvieron una reunión positiva y productiva en Mar-a-Lago con Howard Lutnick y Doug Burgum, como seguimiento a la cena entre el primer ministro Justin Trudeau y el presidente Trump el mes pasado”, indicó Jean-Sébastien Comeau, portavoz de LeBlanc.
Durante el encuentro, los funcionarios canadienses presentaron las medidas de un plan de mil millones de dólares destinado a reforzar la seguridad fronteriza y reafirmaron el compromiso mutuo de combatir los efectos del fentanilo, una droga que provoca cerca de 70.000 muertes por sobredosis anuales en Estados Unidos. Comeau señaló que Lutnick y Burgum se comprometieron a transmitir esta información a Trump.
Poco después de ganar las elecciones, a finales de noviembre, el republicano salió a la carga contra México y Canadá, y amenazó con imponer un arancel del 25% a todos sus productos en represalia por sus políticas en cuestiones fronterizas que, a su entender, son las que provocaron las crisis de drogas e inmigración irregular en el país.
Tanto Trudeau como la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, respondieron a estos dichos y advirtieron que una acción tal sobre los principales socios comerciales de Washington provocaría un enorme daño a la economía de toda la región.
También, en un intento por rebajar la tensión e impedir la imposición de esta tasa, Ottawa anunció un nuevo plan de 1.300 millones de dólares canadienses (USD 908 millones) con los que combatirá las principales preocupaciones de Trump.
Una de las iniciativas de este fondo es el lanzamiento de un “grupo operativo de inteligencia aérea” de la Real Policía Montada de Canadá que, con el apoyo de helicópteros, drones y torres de vigilancia móviles, operará en el límite con Estados Unidos y mejorará la seguridad y los controles allí.
A la par, con el dinero se prevé una ampliación de la capacidad de recopilación de la información por parte de la Policía y del Communications Security Establishment, la agencia de seguridad cibernética, al igual que un aumento de las multas y las sanciones penales por lavado de dinero, y un mayor intercambio de datos con Estados Unidos.
“Canadá se enorgullece de sus agencias fronterizas y policiales que protegen a nuestras comunidades y apoyan nuestra economía día tras día. También, espera que su Gobierno las respalde en su capacidad para realizar esa importante labor”, escribió LeBlanc en un comunicado difundido tras conocerse el anuncio.
Trump, sin embargo, evitó dar grandes demostraciones de satisfacción ante las medidas de Trudeau, de quien prefirió seguir tomando distancia, en medio de la crisis política que amenaza su continuidad en el cargo.
De hecho, hace menos de dos semanas, el Presidente electo llamó “gobernador” al canadiense luego de conocerse la renuncia de su entonces ministra de Finanzas, Chrystia Freeland, y en Navidad escribió en su perfil de Truth Social que “si Canadá se convirtiera en nuestro estado número 51, sus impuestos se reducirían en más del 60%, sus empresas duplicarían inmediatamente su tamaño y estarían protegidas militarmente como ningún otro país del mundo”.
(Con información de EFE)