En un acto que parece inspirado en un peculiar remordimiento navideño, un ladrón en Fort Collins, Colorado, devolvió una estatua de cerámica del Niño Jesús que había sido sustraída días antes de un pesebre en la Old Town Square. Junto con la figura, también dejó una nota manuscrita pidiendo disculpas, por lo que describió como “un error tonto”.
Este incidente, que inicialmente parecía un intento de sabotear las festividades, dio paso a un desenlace inesperado pocos días antes de la Navidad.
¿Un arrepentimiento por Noche Buena?
De acuerdo con Fox 9, la estatuilla fue entregada de manera anónima a una estación de bomberos local el jueves pasado. “La figura de Jesús del pesebre de Old Town Square fue misteriosamente devuelta; llegó junto con una nota en la que el ladrón expresaba arrepentimiento”, informó un encargado al medio.
La nota incluía esta declaración del autor del robo: “Estoy realmente arrepentido, cometí un error tonto en el momento. No volverá a suceder”.
Inicialmente, las autoridades locales habían compartido una imagen del presunto responsable en redes sociales, buscando información para identificar al sospechoso. El Fort Collins Police Services publicó en su cuenta de Facebook:
“Este Grinch intentó arruinar la Navidad robando al Niño Jesús del pesebre en Old Town Square”. Sin embargo, tras la devolución de la figura, admitieron que no se obtuvo más información que pudiera confirmar la identidad o el paradero del culpable.
Aunque la pieza fue recuperada, algunas partes de la estatuilla, en particular los dedos, estaban dañadas al momento de su devolución. Aún no se ha determinado si el deterioro ocurrió durante el robo o si ya había sufrido algún desperfecto previamente, señaló Fox 9.
La desaparición original de la estatua del Niño Jesús sucedió el 17 de diciembre, según los reportes. Desde entonces, la comunidad de Fort Collins estuvo al tanto del incidente debido a la amplia difusión que se le dio en redes sociales. El robo generó diversas reacciones entre los residentes, quienes lamentaron el hecho, describiéndolo como un ataque a una tradición religiosa profundamente arraigada.
La tradición de los nacimientos en Navidad
La celebración de los nacimientos del Niño Jesús se remonta al siglo XIII y se atribuye a San Francisco de Asís. Se dice que en 1223, en la localidad italiana de Greccio. Él recreó la escena del nacimiento de Jesucristo utilizando figuras vivientes y un pesebre real para representar el nacimiento en Belén.
Este primer pesebre se organizó durante una misa de Nochebuena con el objetivo de ayudar a los fieles a comprender y reflexionar sobre la humildad y sencillez del nacimiento de Cristo. La práctica ganó popularidad rápidamente y se expandió por Europa, dando origen a la costumbre de montar nacimientos con figuras de barro, madera o cera en iglesias y hogares durante la Navidad.
Con el tiempo, la tradición se diversificó, y cada región añadió elementos locales y personajes tradicionales a la escena del nacimiento, pero manteniendo siempre la figura central del Niño Jesús, la Virgen María, San José, el buey y la mula.
Los nacimientos del Niño Jesús en EEUU
En Estados Unidos, la tradición de los nacimientos navideños llegó con los colonos europeos, principalmente de origen español, francés e italiano, y se ha mantenido en comunidades católicas y cristianas. Sin embargo, a diferencia de países de América Latina o Europa, donde los nacimientos suelen ser una parte central de las celebraciones navideñas, en el país el árbol de Navidad y las decoraciones luminosas tienen mayor protagonismo.
No obstante, en regiones con una fuerte herencia hispana, como el suroeste del país (especialmente en Nuevo México, Texas y California), los nacimientos forman parte integral de las festividades. En ciudades como Santa Fe y San Antonio, es común encontrar exposiciones más elaboradas, que reflejan tanto la tradición católica como influencias culturales locales.