En Estados Unidos, regalar armas de fuego a los hijos es una práctica que algunas familias consideran una tradición, reflejando valores de caza, autodefensa y deporte. Aunque para muchos padres representa un rito de paso o una forma de fortalecer lazos familiares, este gesto plantea preocupaciones sobre la seguridad infantil y el riesgo de incidentes trágicos.
Según un reportaje de CNN, Paul Kemp, residente de Portland, Oregon, compró a su hijo Nathan un rifle Ruger .22 de cerrojo cuando cumplió 16 años. La familia Kemp había practicado la caza durante años, y Nathan cazó su primera ardilla a los siete años. Para Kemp, regalar un arma simbolizaba responsabilidad y continuidad de una tradición familiar. “La caza era parte de nuestra historia familiar, y todos lo disfrutábamos”, comentó Kemp.
El caso de Kemp refleja una realidad extendida en muchas regiones del país. De acuerdo con Stephen Gutowski, colaborador de CNN, editor de The Reload y experto en armas de fuego, la transmisión de valores relacionados con las armas es común. “Mucha gente valora la posesión de armas y desea compartir ese interés con sus hijos”, explicó Gutowski.
Sin embargo, la decisión de regalar armas conlleva dilemas. Padres como Kemp deben sopesar los beneficios culturales y recreativos con los riesgos de accidentes, suicidios o delitos. Tiroteos escolares recientes, como los de Oxford, Michigan y Winder, Georgia, evidencian los peligros asociados. En ambos casos, adolescentes usaron armas recibidas como regalo de Navidad de sus padres, lo que resultó en cargos penales contra los progenitores.
El caso de Oxford y la negligencia parental
En diciembre de 2021, Ethan Crumbley, de 15 años, llevó a cabo un tiroteo en la escuela secundaria de Oxford, matando a cuatro compañeros. La pistola utilizada, una Sig Sauer 9 mm, fue comprada por su padre, James Crumbley, durante el Black Friday, solo cuatro días antes del ataque. Al día siguiente, Jennifer Crumbley llevó a su hijo al campo de tiro. “Día de práctica con mamá probando su regalo de Navidad”, publicó Jennifer en redes sociales.
Tras el tiroteo, la fiscalía acusó a los padres de homicidio involuntario, argumentando negligencia grave por no asegurar adecuadamente el arma. Durante el juicio, se reveló que James Crumbley había guardado la pistola en un cajón sin cerradura. En 2024, ambos padres fueron condenados a entre 10 y 15 años de prisión, en un fallo sin precedentes en casos de tiroteos escolares.
Este caso abrió un debate sobre la responsabilidad de los padres en tiroteos perpetrados por menores. Según Gutowski, aunque estos incidentes son excepcionales, subrayan la necesidad de educación sobre el almacenamiento seguro de armas.
Legalidad y regulación
Según la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), es legal que los padres compren armas para sus hijos menores de edad como regalo. Sin embargo, los menores de 18 años solo pueden poseer armas cortas con permiso escrito de sus tutores y para fines específicos como caza o prácticas de tiro.
Las leyes varían según el estado. Algunos territorios tienen regulaciones estrictas sobre el almacenamiento seguro de armas, conocidas como Safe Storage Laws. Estas normativas obligan a los propietarios a guardar las armas en cajas fuertes o con seguros para prevenir accesos accidentales o no autorizados por parte de menores.
A pesar de estas leyes, muchos hogares carecen de dispositivos de seguridad para armas. Según Kemp, tras perder a su cuñado en un tiroteo masivo en 2012, decidió cofundar Gun Owners for Responsible Ownership, una organización que distribuye candados y mecanismos de seguridad para armas en Oregon. “Buscamos soluciones razonables para prevenir la violencia armada”, explicó Kemp.
La cultura de caza y deporte
Más allá de la caza, la práctica de deportes de tiro es otra razón por la que los padres compran armas para sus hijos. Jason Kelvie, entrenador del equipo de tiro al plato de la escuela Lakeville South en Minnesota, enseña a estudiantes a usar escopetas para participar en competencias.
Kelvie, cuyos hijos de 13, 15 y 17 años forman parte de la liga de tiro, explicó que muchos padres sin experiencia en armas buscan asesoramiento. “Hay curiosidad y ansiedad. Muchos quieren asegurarse de hacerlo de manera segura”, dijo Kelvie. Según él, el tiro deportivo es tan seguro como cualquier otro deporte. La Liga de Tiro al Plato de Estados Unidos no ha reportado incidentes desde 2008, y todos los participantes deben completar una certificación de seguridad.
Para la familia Kelvie, la caza y el tiro al plato son actividades familiares. “Es algo que hacemos juntos, es entretenido y desafiante”, comentó Kelvie. Fotos de sus jornadas de tiro incluso aparecieron en la tarjeta navideña del año pasado.
Pese a las tradiciones y el disfrute familiar, el acceso a armas representa un riesgo para los menores. Desde 2020, las armas de fuego son la principal causa de muerte entre niños y adolescentes en Estados Unidos, superando los accidentes automovilísticos. Según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en 2022 las armas fueron responsables del 18% de las muertes infantiles, con aproximadamente 3.500 niños fallecidos en incidentes relacionados con armas.
Investigaciones indican que muchos tiroteos accidentales ocurren cuando los menores manipulan armas que encuentran en casa. Un estudio publicado en Injury Epidemiology en 2023 reveló que la mayoría de los casos involucran niños que confunden las armas con juguetes.