La orca que cargó a su cría muerta durante 17 días fue vista con un nuevo bebé en las costas de Washington

La orca Tahlequah, conocida científicamente como J35, ha vuelto a ser noticia tras el nacimiento de una nueva cría. El ejemplar se hizo famoso en 2018 tras cargar a su ballenato muerto durante 17 días, en una aparente muestra de luto. Investigadores del Center for Whale Research confirmaron que fue avistada el pasado 20 de diciembre en el área del estrecho de Puget, Washington, en el noroeste de los Estados Unidos. La llegada de esta cría, identificada como J61, marca un esperanzador nuevo comienzo para la población de orcas residentes del sur, consideradas en peligro de extinción tanto en Canadá como en Estados Unidos.

El nacimiento no solo es motivo de alegría sino también de preocupación, ya que los primeros días de vida son críticos para las crías de esta especie. El Center for Whale Research señaló a través de Facebook: “La vida temprana siempre es peligrosa para las crías nuevas, con una tasa de mortalidad muy alta durante el primer año. J35 es una madre experimentada, y esperamos que pueda mantener a J61 con vida durante estos días difíciles”. Además, otro análisis del mismo grupo subraya la necesidad urgente de garantizar la alimentación adecuada de estas orcas, enfatizando que, para que estas puedan sobrevivir con sus crías, “la población de salmones debe recuperarse a niveles que permitan el crecimiento de la población” de las orcas.

El avistamiento inicial de la cría corrió a carga de Brittany Philbin, una fotógrafa y entusiasta de la vida natural, quien, al revisar sus fotografías tomadas cerca del ferry entre Edmonds y Kingston, se dio cuenta de que la dorsal de uno de los ejemplares fotografiados era inusualmente pequeña. Philbin declaró a CNN: “Mi primera reacción al ver a la cría fue de completa sorpresa. Entre las fotografías noté que era muy pequeña, mucho más que los ejemplares jóvenes conocidos en el grupo”. Además, subrayó que el hecho de que estuviera con Tahlequah , a quien definió como “la ballena que inició mi obsesión”, hizo que el descubrimiento fuera aún más conmovedor.

El doloroso episodio que hizo mundialmente conocida a Tahlequah en 2018, cuando cargó durante 17 días el cuerpo de su cría fallecida tras solo unas horas de nacida. Este acto de duelo extremo, conocido como “su gira de luto”, alcanzó renombre internacional y visibilizó la delicada situación de esta comunidad de orcas. En 2020, después de ese evento, Tahlequah dio a luz a otra cría conocida como J57, y además es madre de J47, otro de los miembros del J Pod.

A pesar de las buenas noticias, los expertos advierten sobre el peligro que enfrenta esta especie única en su tipo. De acuerdo con CNN, solo restan 73 integrantes de la población residente del sur, una dramática caída en comparación con su número máximo, registrado entre los años 1960 y noventa, cuando la población alcanzó un total de 98. La muerte de dos crías este mismo año, identificadas como J60 y L128, ha puesto riesgos para la supervivencia de las nuevas generaciones.

Según Fox News, Tamara Kelley, de Orca Conservancy, explicó que esta alta mortalidad está vinculada a problemas de contaminación química que debilita el sistema inmunológico de las orcas e impacta su capacidad reproductiva, particularmente en las madres primerizas.

Kelley también mencionó en Fox News que las madres suelen cargar con toxinas acumuladas en la grasa de sus cuerpos, lo que genera complicaciones durante el parto y la lactancia. “Las sustancias químicas perpetuas entran a la cadena alimentaria a través de contaminantes como pesticidas o petróleo. Cuando las orcas no encuentran suficiente alimento, comienzan a consumir sus reservas de grasa liberando estas toxinas, debilitando su salud y aumentando las fallas en los embarazos”, declaró Kelley al medio.

No obstante, hay luces de esperanza en cuanto a la disponibilidad de alimentos. Según Fox News, este año se registraron “cifras récord” en las migraciones de salmón rojo y chum, que constituyen la fuente principal de alimento para estas orcas. Dichas mejoras en el suministro de peces han beneficiado a algunos miembros de la comunidad, como J27 (conocido como Blackberry), que recientemente fue visto “luciendo un salmón sobre su cabeza en una inusual muestra lúdica”, un comportamiento que no se observaba desde la década de 1980.

No todo han sido buenas noticias para la población de orcas residentes del sur. El Center for Whale Research confirmó la muerte de un macho adulto, L85, y la posible pérdida de otro ejemplar masculino, K26 (Lobo), que no ha sido visto desde julio. “Si se confirma su muerte, el grupo se reducirá a solo catorce miembros, agravando aún más la diversidad genética de la población”, enfatizó Kelley para Fox News.