En el bullicio del Lehigh Valley Barbershop, los ecos de una nueva era resonaban con cada conversación. Los jóvenes, en su mayoría inmigrantes de primera o segunda generación de Puerto Rico y la República Dominicana, celebraban el triunfo de su candidato. Entre risas y sueños, el aire se impregnaba de optimismo. Donald Trump, un hombre al que veían como reflejo de sus propias luchas y aspiraciones, había vuelto a ganar la presidencia de Estados Unidos.
En una de las sillas plateadas de diseño moderno, Christian Pion, de 31 años, resumía el sentir del grupo. “Kamala dijo: ‘Trump es para los ricos, yo lucho por los pobres’. Pero yo no quiero ser de clase baja, espero que no sea malo decirlo. No quiero estar ahí”, expresó a The Washington Post, recordando las palabras de la vicepresidenta Kamala Harris. Pion, quien llegó a Estados Unidos desde la República Dominicana hace una década y obtuvo la ciudadanía el año pasado, votó por primera vez en una elección presidencial y eligió a Trump. “Dios no quiere que seas pobre”, añadió, mientras su mejor amigo, Willy J. Castillo, de 39 años, atendía la caja registradora. Castillo, propietario del local y de otros negocios, asintió: “La Biblia dice: ‘Dios ayuda a los que se ayudan a sí mismos’, ¿verdad?”.
Estas palabras reflejan una creencia que ha ganado fuerza entre los latinos en Estados Unidos: el evangelio de la prosperidad, una doctrina que entrelaza la fe religiosa con la promesa de éxito financiero. Según estudios, esta interpretación, que promete recompensas materiales a quienes demuestren fe y esfuerzo, se ha convertido en un pilar entre comunidades latinas en el país.
Un movimiento global con raíces estadounidenses
El evangelio de la prosperidad, nacido en el pentecostalismo estadounidense y popularizado por figuras como Oral Roberts y Benny Hinn, propone un Dios transaccional que recompensa a los fieles con riquezas y buena salud. Este mensaje, difundido por misioneros y evangelistas a Latinoamérica, regresó a Estados Unidos junto con los flujos migratorios, transformándose en un evangelio del Sueño Americano.
En Allentown, una ciudad de mayoría latina en el condado de Lehigh, Pensilvania, el impacto de esta creencia se refleja en los resultados electorales. Trump, que entre 2020 y 2024 aumentó su apoyo entre los latinos en un 14%, registró avances significativos en esta región. En los 10 distritos electorales de Allentown con mayor proporción de votantes latinos, el giro hacia Trump fue de 20 puntos porcentuales en promedio, según un análisis del Washington Post.
“Si tomas a Trump y sus características, es casi exactamente como cualquier predicador del evangelio de la prosperidad”, afirmó Tony Tian-Ren Lin, pastor y autor especializado en la relación entre los latinos y esta doctrina. “La gran personalidad, el discurso exagerado, decir que nadie más puede hacerlo… Si escuchas esto durante años, no te sorprende cuando un líder político lo repite”.
Esperanza y lucha en tiempos de incertidumbre
Para Maria Pérez, de 53 años, el mensaje de Trump resuena con su fe y su deseo de progreso. Pérez, quien emigró de la República Dominicana hace dos décadas, empujaba el cochecito de su nieta camino a la iglesia cuando expresó su apoyo al expresidente. “Creo que Dios lo eligió para el éxito económico y político. Sobrevivió dos intentos de asesinato. Eso lo dice todo”, comentó, restando importancia a las bancarrotas de Trump como simples tropiezos en una carrera ejemplar.
En la barbería, Pion recordó los días en que su negocio de camiones prosperó bajo la primera administración de Trump. “En un año hice medio millón de dólares”, relató. Pero con la presidencia de Joe Biden, todo cambió: los precios del combustible y la economía le obligaron a vender sus camiones y despedir empleados. Castillo, su amigo, le regaló un video generado por inteligencia artificial con Trump felicitándolo por su ciudadanía. “Ahora podemos decir: ‘Soy americano, quiero mi dinero y lo quiero ahora’”, proclamaba el avatar digital.
Religión, política y el sueño americano
El evangelio de la prosperidad no solo explica el giro de muchos latinos hacia Trump, sino también un cambio en su visión del éxito y la fe. Según un estudio de Pew Research, el 44% de los latinos en Estados Unidos cree que Dios otorga riqueza y salud a los creyentes con suficiente fe, un porcentaje superior al de cualquier otro grupo, excepto los afroamericanos.
Para Mark Lopez, del Pew Research Center, este cambio también refleja una desconexión con los demócratas. “¿Es que los latinos se identifican con Trump como un hombre exitoso, o es que los demócratas no hablan de éxito económico y se centran más en la pobreza?”, se pregunta.
Sin embargo, la teóloga Anthea Butler resalta que el evangelio de la prosperidad no se limita a las riquezas. “Es sobre la familia: quiero mantenerla unida, proveer para ellos, darles oportunidades”, explicó. Este enfoque conecta con el deseo de los inmigrantes de ser parte del ideal americano de trabajo duro y éxito. “Si hay inmigrantes que no representan bien eso, entonces no quiero que vengan”, concluyó Butler, subrayando cómo esta mentalidad refuerza el apoyo a políticas más restrictivas.
En Lehigh Valley, el sueño americano se conjuga con la fe en un Dios que premia el esfuerzo, y con un líder que promete devolver la grandeza a sus vidas. Así, en una barbería donde las tijeras no dejan de moverse, los ecos de una promesa nacional encuentran hogar en las esperanzas de sus clientes.