El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, conmutó el lunes 23 de diciembre las sentencias de 37 prisioneros que se encontraban en el corredor de la muerte, dejando a solo tres reclusos pendientes de ejecución a nivel federal. La decisión, anunciada a pocas semanas de que Biden deje el cargo, busca reforzar su política de moratoria sobre las ejecuciones federales, una promesa que el mandatario asumió durante su campaña presidencial pero que no pudo concretar a través de reformas legislativas.
La medida, que cambia las sentencias de muerte por cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, fue interpretada como un intento de Biden de impedir que el presidente electo, Donald Trump, reanude las ejecuciones federales una vez que asuma el cargo en enero. La administración de Trump llevó a cabo 13 ejecuciones federales durante sus últimos seis meses en el poder, después de reactivar la pena capital a nivel federal tras un paréntesis de 17 años.
A diferencia de un indulto, que implica la eliminación de una condena y la restauración de ciertos derechos civiles, la conmutación solo modifica la pena, manteniendo intacta la condena original. Los 37 prisioneros beneficiados continuarán cumpliendo condenas de por vida sin posibilidad de liberación anticipada, según informó USA Today.
Sin embargo, tres presos quedaron excluidos de esta conmutación. Sus crímenes, considerados entre los más atroces de la historia reciente de Estados Unidos, justificaron que sus sentencias de muerte se mantuvieran vigentes. Estos tres hombres son Dzhokhar Tsarnaev, Robert Bowers y Dylann Roof.
Dzhokhar Tsarnaev: El atentado del maratón de Boston
Dzhokhar Tsarnaev fue condenado a muerte en 2015 por su papel en el atentado del maratón de Boston de 2013, donde dos bombas de fabricación casera explotaron cerca de la línea de meta, causando la muerte de tres personas y heridas a más de 260. Tsarnaev y su hermano, Tamerlan Tsarnaev, perpetraron el ataque utilizando ollas a presión llenas de explosivos y metralla. El atentado desató una cacería masiva que culminó con la muerte de Tamerlan en un tiroteo con la policía y la captura de Dzhokhar tras una persecución que paralizó gran parte de Boston durante días.
Además del atentado, los hermanos Tsarnaev asesinaron a Sean Collier, oficial de policía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), durante su huida. Dzhokhar Tsarnaev fue declarado culpable de 30 cargos federales, incluidos el uso de armas de destrucción masiva y el asesinato de Collier.
Aunque su sentencia de muerte fue anulada en 2020 por una corte federal de apelaciones, que argumentó que el jurado no había sido debidamente instruido durante el proceso, la Corte Suprema de Estados Unidos reinstauró la condena en 2022, asegurando que Tsarnaev debía enfrentar la pena capital por sus crímenes.
Robert Bowers: La masacre en la sinagoga Árbol de la Vida
Robert Bowers fue condenado a muerte en agosto de 2023 por llevar a cabo el ataque más mortífero contra la comunidad judía en la historia de Estados Unidos. El 27 de octubre de 2018, Bowers ingresó a la sinagoga Árbol de la Vida en Pittsburgh, Pensilvania, durante un servicio religioso y abrió fuego contra los feligreses, matando a 11 personas e hiriendo a otras siete, incluidos cuatro agentes de policía.
Testigos informaron que Bowers gritó consignas antisemitas durante el ataque y declaró que los judíos eran responsables de la llegada de inmigrantes a Estados Unidos, lo que motivó su acción violenta. La investigación reveló que Bowers disparó aproximadamente 100 rondas de munición utilizando varias armas, entre ellas un rifle semiautomático AR-15.
Fue condenado por 63 cargos federales, incluidos crímenes de odio y obstrucción del libre ejercicio de creencias religiosas que resultaron en muerte. La sinagoga Árbol de la Vida fue demolida en 2023 como parte de un proyecto de reconstrucción y homenaje a las víctimas del ataque.
Dylann Roof: El tiroteo en la iglesia Mother Emanuel
Dylann Roof fue condenado a muerte en 2017 por el asesinato de nueve feligreses afroamericanos en la histórica iglesia Mother Emanuel AME en Charleston, Carolina del Sur. El 17 de junio de 2015, Roof asistió a un estudio bíblico en la iglesia antes de abrir fuego durante la oración final, disparando múltiples veces contra los asistentes.
Roof, quien tenía 21 años en ese momento, dejó a tres personas con vida intencionalmente para que narraran los hechos. Identificado como un supremacista blanco, había publicado manifiestos racistas en internet y fotos en las que aparecía posando con una bandera confederada y símbolos neonazis.
Su condena fue la primera pena de muerte impuesta a nivel federal por un crimen de odio en la historia de Estados Unidos. Durante el juicio, Roof optó por representarse a sí mismo y rechazó presentar pruebas de su salud mental, a pesar de que sus abogados argumentaron que sufría de esquizofrenia y otros trastornos psiquiátricos. En 2020, la Corte de Apelaciones del Cuarto Circuito confirmó su sentencia, concluyendo que sus crímenes reflejaban un odio extremo y premeditación.