El clima durante la semana de Navidad en Estados Unidos estará marcado por condiciones mayormente secas y temperaturas superiores al promedio en gran parte del país. No obstante, algunas áreas montañosas podrían recibir nieve, lo que podría derivar en una “Navidad blanca” en ciertas regiones, según un reporte de ABC News.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) indicó que las Montañas Rocosas de Colorado y las Cascadas en Washington son las regiones con mayor probabilidad de registrar nieve el 25 de diciembre. Para que un área sea considerada como una “Navidad blanca”, el NWS establece que debe haber al menos 2,5 centímetros de nieve acumulada en el suelo a las 7:00 a.m. del día de Navidad.
A pesar de que no se pronostican nuevas nevadas significativas para las regiones del norte de Estados Unidos durante la jornada festiva, áreas como Dakota del Norte, el norte de Minnesota, Wisconsin y el norte de Míchigan podrían cumplir con el criterio debido a la nieve que ya se encuentra acumulada.
Pronóstico en el noreste y la costa este
El noreste de Estados Unidos y la franja que se extiende desde Virginia Occidental hasta Maine, incluida la concurrida I-95 que conecta Washington, D.C., Nueva York y Boston, no verá una Navidad nevada, de acuerdo con las previsiones. Sin embargo, existe la posibilidad de que una ligera nevada se produzca la noche anterior, en la víspera de Navidad. Se espera que en Bangor, Maine, caigan entre 7 y 15 centímetros de nieve el 24 de diciembre, lo que podría ofrecer a esa región un paisaje invernal para el día de Navidad.
Mientras tanto, el noreste del país enfrenta temperaturas extremadamente frías debido a un frente ártico que comenzó a afectar la región el domingo y que continuará durante el lunes 23 de diciembre. El domingo por la mañana, el NWS emitió una advertencia por frío extremo para partes del noreste, donde la sensación térmica llegó a -29°C en áreas del noreste de Pensilvania, el norte del estado de Nueva York y el oeste de Massachusetts.
En el noroeste de Maine, el frío extremo podría hacer que la temperatura aparente descienda hasta -32°C. Para el lunes, se prevé que las sensaciones térmicas continúen siendo extremadamente bajas, alcanzando valores de hasta -18°C desde el norte del estado de Nueva York hasta Maine. En ciudades como Washington, D.C., Nueva York y Boston, se espera que la sensación térmica oscile entre -12°C y -7°C.
Condiciones en el oeste y el sur
Mientras que el noreste enfrenta un clima gélido, el oeste y el sur del país experimentarán condiciones más cálidas de lo habitual. Se prevé que las temperaturas sean entre 3 y 8 grados Celsius superiores al promedio en el medio oeste, el sur y el oeste de Estados Unidos.
En Los Ángeles, la temperatura máxima esperada para el día de Navidad es de 18°C, mientras que Phoenix alcanzará los 22°C, Nueva Orleans tendrá 23°C y Miami llegará a 26°C. Además, para el miércoles previo a Navidad, se pronostican lluvias desde Chicago hasta Nueva Orleans, lo que contribuirá a mantener las temperaturas elevadas en el sur.
El noroeste del Pacífico y las Montañas Rocosas
El noroeste del Pacífico verá la llegada de una nueva tormenta, parte de una serie continua de sistemas climáticos que han afectado a la región. A diferencia de las zonas bajas, donde se espera lluvia, las Cascadas recibirán nieve, lo que aumentará la posibilidad de una Navidad blanca en esa región. En las Montañas Rocosas de Colorado, la nieve también es probable, lo que proporcionará a los entusiastas de los deportes de invierno y a las comunidades montañosas un paisaje nevado para la celebración navideña.
El frente ártico que comenzó a afectar al noreste el domingo se espera que continúe hasta el lunes, extendiendo las bajas temperaturas y las condiciones de frío extremo a lo largo de esa región. Este fenómeno climático provocará que las temperaturas se mantengan considerablemente por debajo de la media estacional, mientras que las regiones del oeste y el sur seguirán disfrutando de un clima templado.
Las autoridades meteorológicas han advertido sobre los riesgos asociados a las bajas temperaturas, como el peligro de hipotermia y la posibilidad de que las carreteras se congelen, dificultando el tráfico y aumentando el riesgo de accidentes.