El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) deportó a 271 mil 484 inmigrantes a casi 200 países entre el 1 de octubre de 2023 y el 30 de septiembre de 2024, según un informe anual publicado este jueves. Este número representa el pico más alto en deportaciones de la última década, y refleja los esfuerzos del gobierno de Joe Biden por controlar los cruces ilegales en la frontera sur.
La mayoría de las personas deportadas habían ingresado al país de forma irregular, muchas de ellas huyendo de regímenes autoritarios, pobreza extrema y colapsos económicos en el hemisferio occidental tras la pandemia de COVID-19. Los principales destinos de deportación incluyeron México, Guatemala, Honduras y El Salvador, países que han mostrado cooperación con las operaciones de repatriación lideradas por ICE.
El informe llega en un momento clave, pocos días antes de que el presidente electo Donald Trump asuma el cargo el próximo 20 de enero. Trump ha prometido lanzar la mayor campaña de deportaciones en la historia de Estados Unidos, aunque no ha ofrecido detalles específicos sobre cómo llevará a cabo esta promesa, según informó The Washington Post.
La estrategia de deportación bajo la administración de Joe Biden
Al asumir la presidencia en 2021, Joe Biden propuso una pausa en las deportaciones y planteó un proyecto de ley para crear caminos hacia la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos. Sin embargo, el aumento en los cruces fronterizos durante su mandato obstaculizó estas iniciativas, llevando a su administración a implementar medidas más restrictivas.
Entre las nuevas políticas adoptadas el pasado verano, Biden estableció normas que limitaban drásticamente las solicitudes de asilo, lo que contribuyó a una reducción significativa de los cruces ilegales en la frontera sur. En contraste con el primer mandato de Trump, cuando las deportaciones alcanzaron las 267 mil 260 en 2019, la administración de Biden ha priorizado la remoción de inmigrantes que cruzaron recientemente o que representan una amenaza a la seguridad nacional o pública, de acuerdo con datos del ICE.
El jefe de ICE, Patrick J. Lechleitner, declaró al Washington Post que, a pesar de la falta de recursos financieros, su agencia mantiene un alto estándar de operaciones. “Nuestra fuerza laboral es adaptable, resistente y ágil, y está aquí para investigar crímenes y hacer cumplir las leyes que establece el Congreso”, señaló.
Cooperación de países y desafíos en las deportaciones
Aunque varios países han colaborado con las deportaciones, como México y los del Triángulo Norte de Centroamérica, el informe resalta que casi el 50% de las órdenes de deportación pendientes no pueden ejecutarse debido a que algunos países se niegan a recibir a sus ciudadanos. Un caso destacado es Venezuela, que mostró niveles más bajos de cooperación, con solo 3 mil 256 deportaciones realizadas en el último año fiscal.
El perfil de los deportados refleja una diversidad de situaciones legales. Un 33% de los individuos removidos tenía antecedentes penales o cargos pendientes, mayoritariamente relacionados con infracciones de tránsito, delitos de drogas, violaciones a las leyes de inmigración y casos de agresión. Por otro lado, el número de menores no acompañados deportados disminuyó drásticamente, de más de 6 mil 300 en 2019 a solo 411 el último año, según el reporte de ICE.
La administración de Trump, en este contexto, enfrenta preocupaciones de sectores críticos, que advierten sobre la posibilidad de una separación de familias inmigrantes como parte de sus políticas. El Washington Post recordó que, durante su primer mandato, Trump fue duramente criticado a nivel internacional por separar forzosamente a niños de sus padres migrantes en un intento de disuadir cruces ilegales.
Impacto en el crecimiento demográfico de Estados Unidos
En contraste con la narrativa centrada en deportaciones, la inmigración continúa desempeñando un papel crucial en el crecimiento poblacional de Estados Unidos. Según datos del Censo de Estados Unidos publicados por el Washington Post, la inmigración representó el 84% del aumento de población entre 2023 y 2024, lo que supone el mayor crecimiento en décadas.
Actualmente, aproximadamente 47 millones de inmigrantes viven en el país, de los cuales la mayoría son ciudadanos naturalizados o residentes legales permanentes. Este incremento, cercano al 1%, subraya la importancia de la inmigración en sectores clave de la economía, particularmente en empleos que suelen ser desatendidos por los ciudadanos estadounidenses.
La próxima administración de Trump se enfrentará a un reto significativo al intentar ampliar el alcance de las deportaciones. Esto requerirá una mayor colaboración con prisiones y cárceles locales, donde ICE frecuentemente detiene a inmigrantes tras arrestos criminales o paradas de tráfico. Sin embargo, la cooperación varía ampliamente entre los estados: mientras Texas colabora plenamente con las autoridades federales, otros estados como California han limitado dicha colaboración, en un esfuerzo por proteger a los inmigrantes que han residido en el país durante años y trabajan en industrias esenciales.
Las cifras más recientes de ICE reflejan no solo un enfoque más estricto en la aplicación de leyes migratorias, sino también los retos y divisiones en la política migratoria de Estados Unidos. A medida que el país se prepara para un cambio de administración, el futuro de millones de inmigrantes sigue siendo incierto, marcado por tensiones entre prioridades humanitarias y medidas de cumplimiento más estrictas.