Oklahoma ejecutó a un hombre condenado por el asesinato de una niña de 10 años en una fantasía caníbal

Kevin Ray Underwood, un ex trabajador de una tienda de comestibles, fue ejecutado el jueves 19 de diciembre en la Penitenciaría Estatal de Oklahoma, en McAlester, tras ser condenado por el asesinato de Jamie Rose Bolin, una niña de 10 años, en 2006.

El crimen, que formó parte de una perturbadora fantasía caníbal, estremeció a la comunidad y culminó en la última ejecución del 2024 en Estados Unidos. La ejecución se llevó a cabo mediante inyección letal y marcó la vigésimo quinta en el país este año.

A nivel estatal, esta fue la cuarta ejecución en Oklahoma durante 2024, colocando al estado en el tercer lugar en número de ejecuciones, junto con Misuri, detrás de Texas (con cinco) y Alabama (con seis). Underwood, quien cumplió 45 años el mismo día de su muerte, fue declarado muerto a las 10:14 a.m., hora local, según confirmó Lance West, portavoz del Departamento de Correcciones de Oklahoma.

De acuerdo con ABC News, en abril de 2008, Underwood fue declarado culpable de asesinato en primer grado tras confesar haber atraído a la niña Jamie Rose Bolin a su apartamento, donde la golpeó en la cabeza con una tabla de cortar, la asfixió y la agredió sexualmente. Posteriormente, intentó decapitarla en la bañera antes de abandonar sus planes de consumir partes de su cuerpo.

Underwood, quien en el momento del crimen tenía 26 años, fue detenido en 2006 después de que las autoridades encontraran el cuerpo de Jamie en un contenedor de plástico en su apartamento en Purcell, Oklahoma. Durante el juicio, los fiscales argumentaron que el asesinato fue premeditado y parte de una fantasía caníbal impulsada por sus graves trastornos mentales y sexuales.

A pesar de las súplicas de clemencia de sus abogados, quienes citaron una larga historia de abuso, así como múltiples diagnósticos de trastornos mentales que incluían autismo, trastorno obsesivo-compulsivo, bipolaridad, trastornos de pánico y trastorno de estrés postraumático, la junta de indultos y libertad condicional del estado rechazó por unanimidad su solicitud la semana pasada.

La ejecución comenzó a las 10:04 a.m., cuando Underwood fue colocado en una camilla dentro de la cámara de la muerte. En sus últimas palabras, se dirigió tanto a la familia de Jamie como a la suya propia. “Lamento profundamente todas las cosas terribles que hice. La decisión de ejecutarme en mi cumpleaños y seis días antes de Navidad fue innecesariamente cruel para mi familia, pero desearía poder deshacer todo el daño que hice”, expresó.

Los testigos informaron que Underwood miró hacia su equipo legal y hacia su madre antes de cerrar los ojos. Su respiración se detuvo minutos después de que se le administrara el primer fármaco, midazolam, un sedante. Posteriormente, se le aplicaron bromuro de vecuronio, que paraliza el cuerpo, y cloruro de potasio, que detiene el corazón. Un médico lo declaró inconsciente a las 10:09 a.m. y confirmó su muerte cinco minutos más tarde.

Este procedimiento, que sigue un protocolo de tres fármacos, ha sido objeto de críticas en el pasado por su efectividad y humanidad. Aunque Oklahoma ha autorizado el uso de hipoxia por nitrógeno como método alternativo, esta técnica, considerada controvertida, aún no ha sido utilizada en el estado.

Entre los testigos de la ejecución se encontraba Lori Pate, hermana de Jamie, quien habló en nombre de la familia. “Esto no traerá de vuelta a nuestra Jamie, pero nos permite liberar espacio en nuestros corazones para centrarnos en ella y comenzar el proceso de sanación”, declaró Pate tras la ejecución.

El padre de la víctima, Curtis Bolin, quien tenía previsto hablar durante la audiencia de clemencia, no pudo contener la emoción y se limitó a decir: “Lo siento, no puedo”, reportó The Associated Press.

Por su parte, la madre de Underwood, Connie Underwood, imploró a la junta de clemencia que le otorgara a su hijo misericordia, describiendo su sufrimiento mental y expresando empatía por la familia Bolin. “No puedo imaginar el dolor que siente la familia de esa niña preciosa todos los días. Desearía que hubiéramos entendido su dolor antes de que esto ocurriera”, expresó entre lágrimas.

Los fiscales rechazaron estos argumentos, señalando que, aunque muchas personas padecen enfermedades mentales, no recurren a actos de violencia. “La desviación mental que llevó a Underwood a secuestrar, golpear, asfixiar, abusar sexualmente y casi decapitar a Jamie no puede justificarse por la depresión, la ansiedad o el autismo”, escribieron en documentos judiciales.

Antes de su ejecución, Underwood optó por una última comida que incluyó bistec frito con puré de papas y salsa, frijoles pintos, un panecillo, una hamburguesa con queso, papas fritas con ketchup y una bebida gaseosa. Según las autoridades, rechazó la presencia de un capellán en la cámara de ejecución.

El director del Departamento de Correcciones de Oklahoma, Steven Harpe, emitió un comunicado tras la ejecución: “Los eventos de hoy y las circunstancias que los precedieron han afectado a muchas personas, especialmente a la familia de Jamie Rose Bolin. Como agencia, cumplimos con las órdenes judiciales bajo altos estándares de profesionalismo, asegurando dignidad para todos los involucrados en el proceso”, citó FOX News.