Las autoridades de West Valley City, una localidad situada a unos 14 kilómetros al suroeste de Salt Lake City, investigan lo que describen como un trágico caso de presunta violencia intrafamiliar. Según informó la policía local, se sospecha que un hombre de 42 años habría matado a su esposa, a tres de sus hijos y herido a su hijo mayor, de 17 años, antes de quitarse la vida con la misma arma.
El hallazgo de los cuerpos se produjo el pasado martes 17 de diciembre en la vivienda familiar. Los agentes encontraron muertos a la esposa del sospechoso, de 38 años, un niño de 11 años, una niña de 9 años y otra niña de 2 años. El hijo mayor fue localizado con vida en el garaje, aunque presentaba una aparente herida de bala. Actualmente, el adolescente está hospitalizado bajo atención médica, y su estado de salud, aunque reservado, es considerado clave para esclarecer los hechos.
De acuerdo con el informe preliminar de la Policía de West Valley City (WVCP), citado por ABC News, un arma de fuego de pequeño calibre fue hallada debajo del cuerpo del padre, quien se encontraba en la sala junto a su hijo de 11 años. “Creemos que esta fue el arma utilizada en los disparos. Sin embargo, la confirmación definitiva llegará tras los análisis balísticos y forenses”, señaló el cuerpo policial en un comunicado publicado en X.
Roxeanne Vainuku, directora adjunta de comunicaciones del departamento policial, declaró que no existen indicios de que este hecho implique la participación de sospechosos externos. “Es un incidente aislado que, trágicamente, quedó contenido dentro de esta familia”, afirmó en una rueda de prensa.
Hallazgo, reportes familiares e investigaciones iniciales
La secuencia de eventos comenzó el lunes 16 de diciembre, cuando un familiar intentó ponerse en contacto con la mujer de 38 años que residía en la vivienda, sin éxito. Al no obtener respuesta, el pariente alertó a la policía, quien acudió ese mismo día a la residencia.
Los agentes inspeccionaron los alrededores, miraron por las ventanas y hablaron con vecinos, pero al no encontrar señales de emergencia o actividad sospechosa, decidieron no ingresar a la propiedad. El familiar fue instado a continuar intentando comunicarse con los residentes.
Al día siguiente, la preocupación del pariente aumentó cuando la mujer no se presentó a su lugar de trabajo. Decidió regresar a la casa y, al ingresar al garaje, se encontró con el hijo mayor herido. Inmediatamente alertó a las autoridades, quienes respondieron de forma urgente y obtuvieron una orden para registrar el inmueble.
Dentro de la vivienda, los agentes localizaron los cuerpos de la madre y las dos niñas en un dormitorio del nivel superior, mientras que el padre y el niño de 11 años fueron encontrados en la sala de estar. Según la policía, las ubicaciones de los cadáveres y la posición del arma sugieren que el padre pudo haber cometido los disparos antes de quitarse la vida.
Vainuku calificó el suceso como “absolutamente horrífico” y aseguró que los detectives están dedicados a realizar una investigación exhaustiva. “Queremos asegurarnos de brindar justicia a las víctimas y claridad a los sobrevivientes de esta tragedia”, subrayó.
Avances en las investigaciones
Desde que se descubrieron los cuerpos, los investigadores han estado recopilando pruebas dentro y fuera del inmueble, incluyendo grabaciones de cámaras de seguridad en el vecindario, como timbres inteligentes en casas cercanas. También han entrevistado a residentes locales para obtener información adicional.
Varios vecinos señalaron que la familia llevaba viviendo en el barrio entre tres y cuatro años, y describieron a los miembros como reservados, aunque no conflictivos. El caso ha generado conmoción en la comunidad, que ha ofrecido su disposición para colaborar con las autoridades en la medida de lo posible.
Aunque los agentes no han confirmado públicamente la causa exacta de las muertes, ni los motivos que pudieron desencadenarlas, han señalado que no se emitirán declaraciones definitivas hasta que concluyan los análisis forenses. Sin embargo, la ausencia de sospechosos externos y la disposición de las víctimas dentro de la casa han llevado a los medios locales a especular que podría tratarse de un caso de violencia intrafamiliar.
Los expertos han enfatizado que el adolescente herido podría proporcionar detalles cruciales para reconstruir los hechos, aunque su estado actual ha dificultado la comunicación con los detectives. “Es nuestra esperanza que podamos dialogar con él cuando esté en condiciones de hacerlo”, añadió Vainuku.