El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, organizó una cena con los consejeros delegados de Pfizer y Eli Lilly en la que estuvo presente Robert F. Kennedy Jr., su candidato a secretario de Salud y conocido crítico del sector farmacéutico, para facilitar su nombramiento, según informaron este lunes medios estadounidenses.
Trump eligió uno de los exteriores ajardinados de Mar-a-Lago, su residencia de West Palm Beach, para reunir a los consejeros delegados de Pfizer, Albert Bourla, y de Eli Lilly, David Ricks, así como el jefe de la patronal de Fabricantes e Investigación Farmacéutica de EEUU (PhRMA), Steve Ubl.
El objetivo de la reunión fue disipar las dudas de la industria farmacéutica sobre la posibilidad de que RFK Jr. se convierta en secretario de Salud, quien ha mostrado su escepticismo sobre la efectividad de algunas vacunas y denomina a los grandes del sector farmacéutico como una “sociedad criminal”.
Kennedy ha defendido durante mucho tiempo la idea desacreditada de que las vacunas causan autismo. También ha promovido otras teorías conspirativas, como la de que el COVID-19 podría haber sido “étnicamente atacado” para salvar a los judíos asquenazíes y al pueblo chino, comentarios que luego dijo que fueron sacados de contexto. Ha mencionado repetidamente el Holocausto al hablar de las vacunas y los mandatos de salud pública .
RFK Jr. mantendrá esta semana reuniones con senadores en el Capitolio para conseguir los apoyos necesarios que aseguren su confirmación en el Senado.
La reunión, de la que inicialmente informó Axios, se celebró el pasado 4 de diciembre.
Según fuentes citadas este lunes por el diario The Washington Post, Trump expresó en la reunión sus críticas por el coste de los fármacos en el país, algo de lo que los productores responsabilizan a los intermediarios.
Asimismo, ofreció ayuda para aumentar la producción de fármacos en plantas en Estados Unidos e indicó que la industria no tiene nada que temer sobre una posible prohibición de algunas vacunas.
Según el mismo diario, Kennedy dijo que sería necesario estudiar más las dosis idóneas en la vacunación de bebés y la posibilidad de que causen enfermedades crónicas, al tiempo que volvió a sugerir que las vacunas causan autismo, algo que múltiples estudios han desmentido.
La Organización Mundial de la Salud ha estimado que los esfuerzos mundiales de inmunización han salvado al menos 154 millones de vidas en los últimos 50 años.
Según varias fuentes consultadas por el diario, la cena acabó con un buen entendimiento entre los presentes y momentos de buen ambiente y cercanía.
“Hay, a veces, más terreno en común que lo que se puede pensar cuando se leen los periódicos”, aseguró el consejero delegado de Eli Lilly el pasado martes en una intervención en el Economic Club de Washington.
Robert F. Kennedy Jr. llegó al Capitolio el lunes por la noche, mientras el gurú de la salud antivacunas de la famosa familia política se presentaba nuevamente ante los senadores.
Fue un debut suave para Kennedy, cuyas opiniones de amplio espectro —sí a la leche cruda, no al flúor, al Ozempic y a los alimentos procesados favoritos de Estados Unidos— están haciendo sonar las alarmas en la comunidad científica y más allá. En el Senado, se enfrenta a una mezcla de apoyo, curiosidad, escepticismo y rechazo absoluto entre los senadores a los que se les pedirá que lo confirmen en el gabinete de Trump.
La primera parada de Kennedy el lunes fue en terreno potencialmente amistoso, las oficinas de senadores republicanos aliados con Trump, el inicio de un proceso que durará semanas.
(Con información de EFE y AP)