Una mujer en Pelham, Alabama, perdió 35.000 dólares tras ser víctima de una elaborada estafa telefónica. El caso, que ha sido uno de al menos cuatro reportados este año en la región, sigue un patrón recurrente donde los usurpadores utilizan tácticas para suplantar a entidades gubernamentales y ganar la confianza de las víctimas. En esta ocasión, los delincuentes lograron convencer a la mujer de que su número de seguro social era utilizado en actividades ilícitas, como lavado de dinero.
La complejidad del fraude radicó en el uso de múltiples métodos para legitimar sus mentiras, sumergiendo a la víctima en un ciclo de engaños bien orquestado, tal y como reportó la televisora local WBRC.
La estafa comenzó con una llamada que la mujer creyó provenía de un trabajador de Amazon, quien le informó sobre una supuesta compra fraudulenta de un iPad con un valor de 1.400 dólares. Al negar haber realizado la compra, fue transferida a lo que ella pensó era el departamento de fraude de Wells Fargo, su banco. Allí, los estafadores aprovecharon la oportunidad para incrementar la presión psicológica y la llevaron a un escenario aún más alarmante.
Un método que busca preocupar a las víctimas
Los estafadores afirmaron que su número de seguro social estaba comprometido. Además, mencionaron a la Comisión Federal de Comercio (FTC), una agencia legítima, y presentaron a un supuesto comisionado para reforzar la historia.
Para persuadirla, los enviaron documentos falsificados con sellos y firmas que aparentaban ser oficiales. Fue este papeleo convincente lo que terminó de ganar la confianza de la víctima, haciéndole creer que era real.
La estafa alcanzó su punto crítico cuando los delincuentes aseguraron que, para protegerse del procesamiento judicial, la mujer debía enviar 35.000 dólares en efectivo. A pesar de mostrar resistencia inicial, la víctima fue finalmente persuadida debido a la aparente legitimidad de los supuestos funcionarios y sus documentos. Sin embargo, los pedidos de dinero no se detuvieron. Las demandas continuaron hasta el 15 de noviembre, cuando la mujer decidió poner fin al engaño y contactar a la policía.
“Me opuse a eso y estuvimos discutiendo y buscando su nombre. Definitivamente es un comisionado o hay un comisionado con ese nombre”, afirmó la mujer, cuya identidad se mantuvo en el anonimato.
El factor más preocupante, según lo relatado por la víctima, fue la amenaza implícita de que los estafadores sabían dónde vivía. Esta situación aumentó su nivel de angustia y le hizo temer por su seguridad.
No hay manera de recuperar los 35.000 dólares
Lamentablemente, en este caso, al tratarse de dinero entregado en efectivo, no existe manera de rastrearlo ni recuperarlo.
La policía de Pelham identificó varias señales de alerta a las que la población debe prestar atención para evitar este tipo de estafas:
- Métodos de pago inusuales: Solicitudes de grandes cantidades de dinero en efectivo u otros métodos no rastreables son una señal clara de fraude.
- Solicitudes de dinero de supuestas agencias gubernamentales: Ninguna agencia del gobierno federal, estatal o local solicita dinero de manera directa ni por teléfono.
Según explicó la mujer en diálogo con el medio local, los estafadores aseguraron que “sin tener ninguna evidencia adecuada”, podían confiscar su “propiedad, tus activos, todo”.
El detective Todd McCann, de la policía de Pelham, recomienda que si alguien que se hace pasar por una autoridad gubernamental solicita fondos, lo más seguro es colgar de inmediato. Las instituciones legítimas no utilizan este tipo de tácticas.
“Si alguien que usted cree que pertenece al departamento de policía, al gobierno del condado, estatal o federal, se pone en contacto con usted y le pide fondos o cualquier otra cosa, le diría que simplemente cuelgue el teléfono porque ninguna de esas agencias gubernamentales quiere dinero, especialmente si es algo inusual”, afirmó McCann durante su entrevista con WBRC.