La ley para prohibir la venta de perros, gatos y conejos en Nueva York inicia este domingo

A partir del 15 de diciembre, entra en vigor una nueva legislación en el estado de Nueva York que prohíbe la venta de perros, gatos y conejos en tiendas de mascotas. La medida tiene como objetivo combatir prácticas asociadas a criaderos poco éticos, conocidos como “puppy mills” o “fabrica de cachorros”, y fomentar un trato más ético hacia los animales. Esta normativa busca también incentivar la adopción y apoyar a refugios que trabajan con animales rescatados.

La ley, firmada en 2022, responde a preocupaciones sobre las condiciones en que operan muchos criaderos dentro y fuera del estado, en los que los animales suelen ser tratados como productos comerciales. Según Michael Gianaris, líder adjunto de la mayoría del Senado estatal y principal promotor de la normativa, estas prácticas se sostienen gracias a la insuficiencia de inspecciones federales, lo que deja a los animales expuestos a situaciones de maltrato. Con esta regulación, Nueva York busca convertirse en un modelo a seguir en la protección animal.

Sin embargo, la medida no ha estado exenta de críticas. Pequeños comerciantes y organizaciones defensoras del comercio de mascotas advierten que la prohibición afectará tanto a las tiendas como a los consumidores, generando efectos económicos y limitando el acceso a mascotas reguladas.

Según el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York, al menos 24 tiendas en los cinco condados del estado se verán afectadas directamente por la prohibición. Estas empresas ya no podrán vender perros, gatos ni conejos, y aquellas que incumplan la normativa podrían enfrentar multas de mil dólares por cada violación.

El impacto será especialmente significativo para pequeños negocios familiares que dependían de estas ventas como fuente principal de ingresos. Mike Bober, presidente de la Pet Advocacy Network, afirmó que muchas de estas tiendas ya cumplían con regulaciones estrictas y que la medida es desproporcionada. “Esto no solo amenaza los medios de vida de propietarios y empleados, sino que también deja a los consumidores sin opciones seguras para adquirir mascotas”, indicó.

Un caso destacado es el de CitiPups, una tienda de mascotas en Manhattan que, tras la aprobación de la ley, anunció el cierre definitivo de sus sucursales en Chelsea y el Upper East Side. Según sus dueños, la nueva normativa hace inviable el negocio bajo el modelo actual.

Defensores de la ley argumentan que esta prohibición es un paso clave para reducir el sufrimiento animal y cambiar las dinámicas del mercado de mascotas. Gianaris destacó que el objetivo principal es atacar la raíz del problema: los criaderos que priorizan la cantidad de animales producidos por encima de su calidad de vida. “La venta en tiendas alimenta un sistema cruel que debe ser desmantelado”, afirmó.

Organizaciones de derechos animales han respaldado la medida, subrayando la importancia de incentivar la adopción como alternativa. En Nueva York, refugios y organizaciones sin ánimo de lucro albergan miles de perros, gatos y conejos que esperan ser adoptados. “Cada animal vendido en una tienda representa una adopción menos para un animal en un refugio”, señaló un portavoz de la Sociedad Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (ASPCA, por sus siglas en inglés), de acuerdo con la información de Spectrum News.

Por su parte, algunos dueños de tiendas que ya han abandonado la venta de mascotas ven la regulación como una oportunidad para evolucionar. Gia Cano, gerente de Pet City en Williamsburg, Brooklyn, afirmó: “Nos hemos enfocado en servicios como peluquería y productos para mascotas, y los resultados han sido positivos”. Cano añadió que para lograr un verdadero cambio sería necesario también reforzar las leyes contra criadores no éticos que operan dentro del estado.

Para muchas tiendas, la prohibición representa no solo un reto, sino también la necesidad de innovar. Algunos empresarios han empezado a explorar nuevos enfoques para sus negocios, como expandir servicios de peluquería, entrenamiento y la venta de accesorios y productos especializados.

“La gente siempre necesitará productos de calidad para sus mascotas, desde alimento hasta juguetes”, comentó Cano, quien administra un negocio familiar que dejó de vender perros y gatos hace algunos años. Según ella, el cambio puede ser difícil al inicio, pero permite crear un modelo más sostenible y ético.

Por otro lado, algunas tiendas están considerando alianzas con refugios locales para promover la adopción de animales directamente desde sus establecimientos, una práctica que ya se aplica en otros estados.

A pesar de los argumentos a favor, la Pet Advocacy Network y varios negocios afectados presentaron un recurso legal para bloquear la implementación de la ley, calificándola de arbitraria y perjudicial. Sin embargo, un juez rechazó esta solicitud, confirmando que la normativa entrará en vigor según lo programado.

Las perspectivas a largo plazo sobre el impacto de esta ley siguen divididas. Mientras defensores esperan que fomente una cultura de adopción y responsabilidad, los críticos advierten que no resuelve por completo el problema de criadores locales no regulados. Además, algunos consumidores temen que la falta de opciones en tiendas físicas los lleve a buscar mascotas a través de internet, donde es más difícil garantizar prácticas éticas y transparentes.

Con esta legislación, Nueva York se une a otros estados como California, Maryland y Maine, que ya han implementado restricciones similares. El impacto en la industria, el bienestar animal y las dinámicas de adopción se observará con mayor claridad en los próximos meses, mientras negocios y consumidores se adaptan a un nuevo panorama.