El alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció el cierre de 25 refugios para migrantes en los próximos dos meses. Entre ellos se encuentra el centro de emergencias Floyd Bennett Field, que alberga a unas 2.000 personas en un antiguo aeródromo de Brooklyn.
La medida llega en un contexto de reducción en la llegada de migrantes, que alcanzó su nivel más bajo en 17 meses, y busca ahorrar cerca de USD 2,3 mil millone, según indicó el gobierno de la ciudad en declaraciones recogidas por Associated Press.
El anuncio detalla que el cierre de Floyd Bennett Field se completará el 15 de enero, mientras que otros refugios, distribuidos en los cinco condados de la ciudad y más allá, también finalizarán operaciones en las próximas semanas. Estas instalaciones son parte de un sistema que llegó a albergar a más de 70.000 migrantes en enero, pero que hoy ha reducido su capacidad a unos 55.000 migrantes en aproximadamente 200 sitios temporales. La tendencia refleja una disminución constante de nuevas llegadas, con apenas 500 migrantes registrados en la primera semana de diciembre, frente al pico de 3.450 semanales en enero pasado, informó AP.
Adams defendió la decisión como resultado de estrategias de gestión eficiente. “Gracias a nuestras estrategias de manejo inteligente, hemos dado un giro. Esta nueva serie de cierres es una prueba más de que estamos gestionando esta crisis mejor que cualquier otra ciudad en la nación”, declaró el alcalde en un comunicado, subrayando el objetivo de consolidar más sitios y reducir costos.
Se esperan cierres de refugios en otras ciudades
El anuncio se da en un momento en que Donald Trump, próximo a asumir la presidencia el 20 de enero, promete la implementación de deportaciones masivas. La ubicación de Floyd Bennett Field, en terrenos federales, había generado preocupación entre defensores de los migrantes, quienes consideraron que el sitio podía convertirse en un blanco fácil para redadas federales. No obstante, el gobierno de Nueva York no mencionó estas inquietudes en su decisión, atribuyéndola exclusivamente a la necesidad de optimizar recursos, detalló AP.
El cierre de refugios en Nueva York no es un caso aislado. Ciudades como Denver y Chicago han reducido significativamente sus operaciones debido al descenso en las llegadas. En Denver, por ejemplo, se cerraron las últimas instalaciones en octubre, tras albergar a hasta 5.000 migrantes en enero. En Chicago, quedan apenas 2.700 personas en refugios temporales, una drástica caída desde las 15.000 del año pasado. Esta tendencia se atribuye, en parte, a las restricciones migratorias implementadas por la administración de Joe Biden en junio, según un análisis de AP.
Reacciones y críticas al cierre de refugios
La decisión de cerrar refugios ha sido polarizante. Las organizaciones Legal Aid Society y Coalition for the Homeless celebraron el cierre del Floyd Bennett Field, que calificaron como “un lugar inadecuado para familias con niños, aislado y vulnerable a inundaciones”. Sin embargo, también expresaron preocupación por las interrupciones que esta medida pueda causar en la estabilidad de las familias, especialmente para aquellas con notificaciones de desalojo de apenas 30 a 60 días, según The Guardian.
Además, activistas y defensores de los migrantes advirtieron que estos cierres deben implementarse con cuidado para proteger a las familias de redadas federales. “Nos preocupa lo que pueda pasar cuando Trump retome el cargo”, expresó Mariama Barry, una migrante de Guinea que vive con sus dos hijos en el aeródromo. Barry explicó que huyó de su país para escapar de un matrimonio forzado y evitar la mutilación genital de su hija. “Pensé que aquí estaríamos a salvo, pero ahora estamos preocupados de nuevo”, dijo en una entrevista para AP.
A pesar de la disminución en el flujo de migrantes, Nueva York enfrenta un complejo desafío para equilibrar sus recursos mientras protege los derechos de los solicitantes de asilo. Aunque Adams ha destacado la reducción de costos como un logro de su administración, las críticas sobre las condiciones de algunos refugios y los impactos humanitarios de las reubicaciones siguen siendo un tema polémico.