El senador republicano Mitt Romney recordó este domingo que es potestad del Congreso de Estados Unidos investigar y ratificar o no a los nominados del presidente electo, Donald Trump, para su próximo gabinete.
“El Senado tiene la responsabilidad de garantizar que estas personas sean legítimas, que no haya ningún esqueleto que pueda ser una vergüenza para ellos o para el país”, señaló Romney al canal CNN, en la que ha sido una de sus últimas entrevistas como legislador tras anunciar en 2023 que no buscaría la reelección en las pasadas elecciones del 5 de noviembre.
Un abierto crítico al ex mandatario (2017-2021), Romney dijo que los elegidos por Trump para formar parte de su próxima Administración son “un conjunto inusual de individuos”, y no las personas que él habría elegido, no obstante el presidente electo tiene “derecho” a hacer sus selecciones.
El senador, quien fue candidato del Partido Republicano en los comicios de 2012, en las que cayó derrotado frente al ex presidente Barack Obama (2009-2017), reconoció el peso que a día de hoy tiene en la agrupación conservadora Trump y el movimiento detrás de él, MAGA (siglas en inglés de Hacer Grande a EE.UU. Otra Vez).
“MAGA es el Partido Republicano y Donald Trump es el Partido Republicano hoy”, dijo.
Trump, quien asumirá la Presidencia el próximo 20 de enero, dio a conocer la tarde del sábado a otro grupo de nominados para integrar la próxima Administración en la Casa Blanca, entre los que figura el ejecutivo de IBM Troy Edgar como subsercretario de Seguridad Nacional.
El presidente electo puso de relieve que Edgar fue alcalde de Los Alamitos, en California, donde lo ayudó a “liderar la revuelta de la ciudad y el condado contra las Ciudades Santuario en 2018″, en alusión a las ciudades que no destinan recursos a las autoridades federales en materia de Inmigración.
Con Mitt Romney a punto de abandonar el Senado estadounidense, Washington se quedará sin uno de sus más fuertes críticos conservadores de Donald Trump cuando el presidente recupere la Casa Blanca en el nuevo año.
En una conferencia de prensa final el viernes en Salt Lake City, el senador saliente reflexionó sobre su carrera política de dos décadas, que incluyó la nominación presidencial republicana de 2012, un período como gobernador de Massachusetts y varias escaramuzas con leales a Trump en el Congreso.
En lo que podría ser su último ataque a Trump, Romney reiteró sus preocupaciones sobre el carácter del presidente entrante y su “relajada relación con la verdad”. Dijo que espera que su propio legado sea el de haberse mantenido fiel a sus valores.
Romney, que en su día fue el abanderado del Partido Republicano, vio cómo su estilo de conservadurismo moderado pasaba de ser una figura del establishment a un extremismo marginal a medida que Trump tomaba control del partido.
“Soy una pequeña porción, por así decirlo, de lo que solíamos llamar los republicanos tradicionales”, dijo Romney a los periodistas el viernes. “La corriente se ha vuelto un poco más pequeña. Es más como el arroyo principal de los republicanos. En algún momento, va a estar bajo la arena y tendremos que desenterrarlo”.
Se convirtió en la voz del núcleo centrista del Congreso, liderando las negociaciones para la ley de infraestructura bipartidista de 550 mil millones de dólares (uno de los mayores logros de la administración Biden) y un importante paquete de ayuda para el COVID-19.
Los observadores políticos temen que su partida pueda crear un vacío de voces centristas fuertes que puedan mantener vivo el bipartidismo en un momento de creciente polarización en Washington.
Romney afirmó que el bipartidismo podría quedar latente bajo el gobierno de Trump y un Congreso controlado por los republicanos, pero no cree que los moderados deban perder la esperanza de que el Partido Republicano pueda revertir su giro hacia la derecha.
“Existe una especie de fisura entre los votantes republicanos y la política republicana, y eso puede presentar una oportunidad para algún tipo de realineamiento”, dijo, señalando que el partido ahora está compuesto por muchos votantes de clase trabajadora pero tiende a oponerse a los aumentos del salario mínimo y a las políticas pro-sindicales.
Romney será reemplazado en el Senado por el republicano John Curtis, que se ha ganado la reputación de oponerse a los líderes del partido, como Trump, que afirman falsamente que el cambio climático es un engaño. Las miradas estarán puestas en Curtis y otros republicanos moderados que podrían distanciarse del partido en las votaciones para confirmar a los candidatos de Trump para el gabinete.
En 2020, Romney se convirtió en el primer senador en la historia de Estados Unidos en votar a favor de condenar a un presidente de su propio partido en un juicio político. Fue el único republicano en el Congreso que votó a favor de condenar a Trump en sus dos juicios políticos. Trump fue absuelto por el Senado en ambas ocasiones.
A principios de este año, Romney prometió no votar por Trump, pero se negó a unirse a otros republicanos de alto perfil para respaldar a la demócrata Kamala Harris, diciendo que quería preservar su capacidad futura para ayudar a remodelar el Partido Republicano.
(Con información de EFE y AP)