Rosalind Walker, una mujer de 80 años, perdió la vida un mes después de sufrir un accidente con una cama ajustable en su hogar. El incidente ocurrió el 1 de marzo de 2023, cuando la cama de la marca Sleep Number bajó inesperadamente, atrapándola entre el borde del colchón y la pared. Walker permaneció inmovilizada durante dos días antes de que los servicios de emergencia lograran rescatarla el 3 de marzo.
Aunque fue trasladada al hospital y posteriormente ingresada en un centro de rehabilitación, su estado de salud empeoró rápidamente tras regresar a casa bajo cuidados paliativos. Rosalind Walker falleció el 3 de abril de 2023, exactamente un mes después del accidente que marcó el inicio de esta tragedia doméstica.
El suceso ha llevado a su hija, Angela Moan, a emprender acciones legales contra los fabricantes de la cama ajustable, Sleep Number Corp. y Leggett & Platt Inc., alegando negligencia en el diseño y fabricación del producto. La demanda, presentada en el Tribunal del Condado de Saint Louis, Missouri, busca una compensación superior a 25 mil dólares por los daños sufridos, incluyendo gastos médicos, el dolor emocional y la pérdida de su madre.
El accidente y sus consecuencias: cuidados médicos y deterioro de salud
Después de ser liberada, Walker fue hospitalizada y recibió tratamiento médico inmediato. Sin embargo, debido a las graves lesiones derivadas del accidente, fue trasladada a un centro de rehabilitación, donde permaneció bajo supervisión constante. Al regresar a su hogar, ya bajo cuidados paliativos, su estado físico y emocional siguió deteriorándose, culminando en su fallecimiento semanas después.
La hija de Walker, Angela Moan, relató que el accidente pudo haberse prevenido si la cama ajustable hubiera contado con mecanismos de seguridad más robustos, como sistemas de advertencia que alertaran sobre movimientos inesperados o dispositivos que permitieran liberar al usuario en caso de atrapamiento.
La disputa judicial: acusaciones de negligencia y fallos de diseño
La demanda presentada por Angela Moan acusa a Sleep Number Corp. y Leggett & Platt Inc. de fabricar un producto defectuoso y peligrosamente diseñado. Entre las deficiencias señaladas en la querella se encuentran:
- La ausencia de sistemas de advertencia que alerten a los usuarios sobre movimientos inesperados de la cama.
- La falta de mecanismos de liberación que permitan escapar en caso de atrapamiento.
- Instrucciones inadecuadas o advertencias insuficientes sobre los riesgos asociados al uso del dispositivo.
El abogado de la familia, Ted Gianaris, señaló que este caso busca no solo compensar a los afectados, sino también presionar para que los fabricantes implementen mejoras en sus productos. “Esperamos con interés escuchar de las corporaciones por qué no vendieron una cama más segura”, declaró Gianaris, de acuerdo con BBC.
Respuesta de las empresas: condolencias y silencio
Sleep Number Corp. emitió un breve comunicado expresando sus condolencias a la familia Walker y confirmando que el caso está siendo revisado legalmente. La empresa aseguró que sus productos cumplen con los estándares de seguridad aplicables, pero evitó responder directamente a las acusaciones presentadas en la demanda.
Por su parte, Leggett & Platt Inc., responsable de la fabricación de la base ajustable de la cama, no ha emitido declaraciones públicas ni respondido a las solicitudes de comentarios sobre el caso.
Un debate necesario sobre la seguridad de las camas ajustables
El incidente de Rosalind Walker ha puesto de relieve las preocupaciones en torno a la seguridad de las camas ajustables, dispositivos que han ganado popularidad por sus beneficios ergonómicos y para la salud. Sin embargo, especialistas en seguridad doméstica han advertido sobre lagunas en el diseño de estos productos, que carecen de medidas preventivas esenciales como sensores de presión, alarmas audibles o mecanismos de desbloqueo manual en caso de emergencias.
Según expertos, estos dispositivos deberían incorporar tecnologías comparables a las de otros equipos domésticos, como electrodomésticos y dispositivos médicos, para garantizar la seguridad de los usuarios, en particular de personas mayores o con movilidad reducida.
Este caso podría tener repercusiones en el mercado de camas ajustables, obligando a los fabricantes a rediseñar sus productos para cumplir con estándares de seguridad más estrictos. Además, es probable que impulse a las autoridades regulatorias a establecer requisitos legales más rigurosos para este tipo de dispositivos, con el objetivo de prevenir futuros accidentes.
Un llamado a proteger a los usuarios más vulnerables
El trágico fallecimiento de Rosalind Walker resalta la importancia de garantizar que los dispositivos domésticos, incluidos aquellos diseñados para mejorar la calidad de vida, cumplan con los más altos estándares de seguridad. Angela Moan, a través de la demanda presentada, busca no solo justicia para su madre, sino también crear conciencia sobre los riesgos asociados a estos productos y evitar que otras familias enfrenten pérdidas similares.