Naomi Swartzentruber creció en una comunidad Amish de Michigan, rodeada de estrictas reglas que moldearon todos los aspectos de su vida. Las normas de modestia, la prohibición de la tecnología y la dedicación a una existencia simple marcaban el ritmo de su día a día. Como miembro de una familia numerosa con siete hermanos y cuatro hermanas, la cohesión y las responsabilidades compartidas eran fundamentales. Sin embargo, desde temprana edad, mostró un espíritu rebelde. Junto con sus primos, comenzó a transgredir las normas al escaparse por las noches para reunirse con jóvenes ajenos a la comunidad, lo que más tarde se convertiría en un claro indicio de su deseo de libertad.
Con solo 17 años, en julio de 1997, tomó la decisión de abandonar su hogar. Un incidente en el que fue sorprendida escapándose para reunirse con amigos no Amish marcó el punto de inflexión en su vida. Tras robar su certificado de nacimiento del escritorio de su padre, coordinó su huida con la ayuda de un hombre externo a la comunidad. El escape estuvo lleno de tensión, desde mentir a su familia hasta esperar a la madrugada para evitar ser descubierta. Finalmente, logró salir de la casa saltando desde el techo y encontrando refugio con personas dispuestas a ayudarla, según contó Swartzentruber durante una entrevista con People.
La transición al mundo exterior presentó retos significativos. Sin ninguna experiencia con la tecnología o las normas de la vida, tuvo que aprender desde cero. A los 18 años, con la ayuda de una pareja que la acogió, consiguió su permiso de conducir y comenzó a trabajar en Burger King, marcando su primera incursión en un empleo fuera del hogar Amish. Paralelamente, la relación con su familia permaneció tensa.
Aprendiendo nuevas costumbres
Luego, Swartzentruber tomó un camino laboral inesperado. Una noche, mientras exploraba opciones, fue llevada a un club de striptease donde, tras una experiencia intimidante, terminó bailando por primera vez. La aceptación inicial de propinas y el descubrimiento de una sensación de empoderamiento marcaron el comienzo de una trayectoria de 20 años en el escenario.
“Ser Amish y stripper es un gran contraste, y he tenido que aprender que la gente va a ser negativa y que eso está bien. No intento complacer a la gente ni hacer feliz a todo el mundo”, afirmó Naomi durante su diálogo con el medio.
A pesar de los conflictos internos derivados de su crianza religiosa, encontró en el baile una forma de liberación tanto financiera como personal. Sin embargo, también enfrentó juicios externos y la necesidad de ocultar su trabajo a su familia durante años, tal y como contó a People.
Swartzentruber ha logrado reconstruir algunos lazos familiares. Aunque sus padres no aceptan a su pareja actual ni han leído sus memorias, otros miembros de su familia han mostrado apoyo. Con el tiempo, encontró una manera de equilibrar sus visitas con su identidad moderna, y los encuentros con sus hermanos y hermanas han sido una fuente de alegría.
El comienzo de una nueva vida
En 2023, publicó sus memorias, “The Amazing Adventures of an Amish Stripper” (”Las asombrosas aventuras de una stripper amish”), donde relata su vida con honestidad y detalle. El libro le dio una plataforma para compartir su historia, ayudándola a procesar su pasado y a encontrar alivio emocional. Además, su presencia en redes sociales como Instagram y TikTok, donde cuenta con más de 400.000 seguidores, le ha permitido conectar con una audiencia amplia que se inspira en su experiencia. Ella utiliza estas plataformas para ofrecer esperanza y demostrar que superar dificultades es posible.
Tras décadas de vivir fuera de la comunidad Amish, la mujer reconoce el valor de la sencillez y la vida en familia que caracterizan a sus raíces. Aunque ha encontrado la libertad que tanto anhelaba, también ha aprendido a valorar aspectos de la cultura Amish. En su vida actual, busca un equilibrio entre la independencia que alcanzó y la conexión con sus orígenes. Swartzentruber expresa orgullo por su capacidad de superar adversidades y ve en su historia una herramienta para inspirar a otros que enfrentan desafíos similares.
“No me arrepiento porque todas las experiencias que he tenido en mi vida me han convertido en la persona que soy hoy”, concluyó Naomi durante su diálogo con People.