El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que “bloqueará” la adquisición de US Steel por parte de la compañía japonesa Nippon Steel, un acuerdo que alcanza los 14.900 millones de dólares, incluyendo deudas.
A través de su plataforma Truth Social, Trump expresó que “estoy totalmente en contra de que la otrora gran y poderosa US Steel sea comprada por una empresa extranjera, en este caso Nippon Steel de Japón”.
Trump, quien ha adoptado políticas económicas proteccionistas desde su campaña, agregó: “A través de una serie de incentivos fiscales y aranceles, haremos que US Steel sea fuerte y grande nuevamente, ¡y sucederá rápidamente! Como presidente, bloquearé este acuerdo”.
Esta declaración se produce en un contexto en el que la adquisición está siendo revisada por el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS, por sus siglas en inglés), una agencia liderada por la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, que examina las compras de empresas estadounidenses por parte de entidades extranjeras desde una perspectiva de seguridad nacional.
US Steel, una de las compañías siderúrgicas más importantes de Estados Unidos, ha argumentado que necesita este acuerdo con Nippon Steel para asegurar suficiente inversión en sus plantas de Mon Valley, en Pensilvania, que según la empresa podrían tener que cerrar si la compra se bloquea.
Esta región es políticamente clave, ya que Pensilvania fue un estado decisivo en las elecciones presidenciales. Sin embargo, el presidente Joe Biden también ha manifestado su oposición al acuerdo, subrayando la importancia de que US Steel siga siendo una compañía estadounidense “de propiedad y operación nacional”.
El acuerdo había sido inicialmente revisado por el CFIUS, pero tras las elecciones de noviembre, la administración de Biden extendió su revisión, retrasando la decisión hasta después del 5 de noviembre. No obstante, Nippon Steel se mostró confiado en que cerraría la transacción antes de fin de año, con el vicepresidente de la compañía, Takahiro Mori, declarando el 7 de noviembre que “la transacción se espera cerrar en el año calendario 2024″, siempre y cuando no haya cambios importantes en la revisión de seguridad nacional de EEUU.
Durante su campaña electoral, Trump prometió implementar políticas que favorecieran a las empresas estadounidenses y fortalecer la industria nacional, una posición que ha mantenido incluso tras las elecciones. J.D. Vance, su elección como vicepresidente, también lideró la oposición al acuerdo en el Senado de EEUU, donde tanto republicanos como demócratas han expresado su preocupación sobre las implicaciones del trato.
Sin embargo, algunos trabajadores de US Steel han apoyado la compra, argumentando que esta sería crucial para mantener abiertas las plantas y preservar empleos en el sector.
A pesar de las críticas y la presión tanto de grupos empresariales japoneses como estadounidenses, que han instado a Yellen a no ceder a presiones políticas en su evaluación, la postura de Trump ha sido clara. Su enfoque proteccionista está alineado con su promesa de preservar los empleos en el sector industrial estadounidense, especialmente en un estado tan importante como Pensilvania.
Por otro lado, el sindicato de trabajadores del acero se ha opuesto al acuerdo, criticando la decisión de los árbitros en septiembre, quienes fallaron que Nippon Steel podía asumir las obligaciones del contrato laboral de US Steel. Sin embargo, algunos trabajadores de la compañía han mostrado su respaldo a la operación, con la esperanza de que este acuerdo ayude a mantener las plantas abiertas y a garantizar la estabilidad en sus empleos.
(Con información de AFP)